viernes, 15 de junio de 2007

Sicología de la bondad. En búsqueda de configurar la “nueva PEDAGOGÍA de la BONDAD, A LA LUZ DE ESTOS DOS COLUMNAS DE LA COMUNICACIÓN HECHA CARIÑO.

“San Juan BOSCO Y CARL ROGERS”

Dedico este trabajo a todos los Salesianos que dieron y que están dando su vida a los jóvenes que creen en la bondad de S Juan BOSCO.

CONCEPTO DE PERSONA HUMANA EN SAN JUAN BOSCO dedicado a la familia de “ECONCEPTONCUENTROS en el “ESPIRITU

San Juan Bosco fue formando su concepto del hombre desde su vivencia familiar y por todo el período en que estuvo en el seminario y en la "cárcel". Su visión se asemejaba a los varios conceptos de persona humana de su época, principalmente los de fondo ético teológico.

Influencias ambientales

La familia y la formación de seminarista, y los contemporáneos de teología ejercieron gran influencia en J.. Bosco, como él mismo menciona en su libro Memorias del Oratorio. Nacido de una familia de granjeros de Piemonte, en 1815, perdió a su padre a los dos años, pero recibió de su madre pruebas de amor en los momentos de dificultad económica y de rechazo del hermano mayor.

Margarita, su madre, era católica fervorosa, y "su máxima preocupación era de instruir a sus niños en la religión, en la obediencia y ocuparlos con actividades compatibles con su edad" (Bosco, 1946, pág. 9).

A los nueve años tuvo un sueño - en el cual se sintió llamado a cumplir una misión para salvar a los niños y jóvenes alejados del sendero de la bondad y del amor - que determinó su camino y debe de haber atado en él un concepto de persona humana.

Su madre le dio mucha libertad para jugar, hacer prestidigitación y contar historias a sus coterráneos (Bosco, 1946, pág. 15-16).

Don Bosco estudió en varios lugares: Murialdo, Castelnuovo, Chieri.

En el seminario de Chieri recibió formación un poco severa, rigurosa y pesimista en la línea de la Imitación de Cristo, aunque cultivó buenas y enriquecedoras amistades. (Bosco, 1946, pág. 66-72).

Don Bosco tuvo la oportunidad de reformar un poco las ideas que había asimilado anteriormente, al ponerse en contacto con los jóvenes de las cárceles y de los hospitales. Sin lugar a dudas, su concepto de persona humana fue concebido sobre todo en el estudio de la filosofía escolástica y de la teología tridentina, que prevaleció mucho tiempo en la mayoría de los seminarios, casi inalterable, hasta el Reconcilio Vaticano II.

Conceptos opuestos de naturaleza humana en el tiempo de Don Bosco

Subyacente a cualquier sistema educacional hay un concepto de hombre que puede estar explícito en las declaraciones de sus defensores o ser deducido de las ideas y de la praxis de sus autores.

Desde los filósofos griegos hasta los tiempos actuales, existen los más diversos y opuestos conceptos de la persona humana.

En la época de Don Bosco (siglo XIX) existían varias corrientes de educativas que se basaban en conceptos muy diferentes sobre la naturaleza humana. Normalmente tales ideas estaban asociadas a un concepto religioso de hombre.

Nunca ha sido fácil poner al hombre y su conducta contrastable, y muchas veces desconcertantes, en una teoría lógica y coherente. En el ámbito moral, el Hermano Justo, en su estudio sobre La Salle, divide estas teorías en pesimistas, optimistas y realistas (La Salle patrono del Magisterio 1961, pág. 215).

a) Concepto pesimista de los calvinistas y jansenistas.

Según este concepto, la naturaleza humana parece radicalmente mala, "incapaz de volverse buena, ya que su esencia, ante cualquier circunstancia, es evadirse en los impulsos de la maldad: por lo tanto, hay que guiarla constantemente, como se fuera un niño; mantenerla bajo control perpetuamente con disciplina de hierro; estancarle el impulso espontáneo. Aquí debe reinar la ley, el sistema, la disciplina, que no sea motivada por ninguna influencia personal o viva. Es el triunfo del formalismo y de la represión en su máxima expresión. (Auffray, 1940, PÁG. 85).

b) el concepto optimista de Rousseau

Rousseau y sus seguidores reflejan una visión completamente opuesta con relación a la de los Calvinistas y jansenistas. Rousseau expone sus ideas en las obras denominadas Emilio, Contrato Social y Nueva Heloisa. Él empieza Emilio afirmando: "Todo sale bueno de las manos del Creador, de todas las cosas y casi todo se deteriora en las manos de los hombres" (Rousseau, sd JJ Émile ou de l´Education. Paris,Garnier Pág. 5).

El niño nace bueno, casi sin otra clase de tendencias. La sociedad es la responsable por corromperlo. Los primeros movimientos de la naturaleza son siempre correctos.

El hombre es bueno, pero los hombres muchas veces son una pena.

Si Rousseau es optimista en lo que se refiere a la naturaleza original del hombre, es muy pesimista con la relación al rol de la sociedad:

La forma en que están las cosas actualmente, un hombre abandonado a su propia suerte desde la cuna será el más deformado de todos. Las presuposiciones, la autoridad, la necesidad, el ejemplo, todas las instituciones sociales en que nosotros estamos insertados, ahogan la naturaleza del hombre y la desordenan por completo. El hombre será como un arbusto que la casualidad hizo nacer el medio de la carretera y que los transeúntes pronto lo hicieron perecer, pisándolo por todas partes y doblándolo en todos los sentidos. (Rousseau, s.d., pág. 7).

Y, entre las instituciones sociales, la escuela era una de las que más bajo concepto tenía ante Rousseau: "Yo no reconozco como una institución pública estos establecimientos ridículos que se llaman colegios"

Rousseau empieza su experiencia mostrando que estaba más contento cuando vagabundeaba de Suiza para Saboia, de Saboia para Italia y de Italia para Francia. Sólo cuando comenzó a participar en la vida social fue que probó el odio y la malicia.

El hombre nace bueno y se vuelve malo cuando ingresa a la sociedad. El hombre debería quedarse en su estado natural. Este hombre natural es el ideal de la educación rousseauniana. Para una buena educación es necesario aislar el niño de la sociedad, incluso de la familia, y darle completa libertad en el aislamiento y en la soledad.

El mentor que inicialmente debería cuidar al niño con exclusividad, tendrá que ofrecerle las condiciones necesarias para que éste pueda instruirse solo luego de cumplir la edad de doce años. Para lograr esta tarea, no se servirá de libros, sino de cosas que despierten su curiosidad y afinen su precisión. A los 15 años, el mentor lleva a Emilio a la cúspide de una colina, en cuyo fondo pasa un río imponente. En este lugar, frente a un paisaje magnífico, él hace una bonita demostración de un Dios personal, creador de esos entornos maravillosos, de la inmortalidad del alma y de la vida futura.

Poco a poco, en un proceso de desarrollo espontáneo, con la mínima participación de su mentor, contemplando y observando, nunca encogido, despojado de todos los libros, con poco esfuerzo, siempre informado por las propias cosas, por la experiencia, este joven llegará a la edad de hombre. Su inteligencia habrá adquirido, por el camino, todo lo que necesita saber sobre Astronomía, Física, Química, Geografía; el aprendizaje de un oficio manual a la vez que flexibiliza los músculos, pondrá a su disposición todas las virtudes (Auffray, 1940, pág. 217-220).

c) Concepto realista del hombre en la visión de Don Bosco

Don Bosco, por su formación, prefirió tratar al hombre con más realismo, sin los radicalismos de bueno o de malo, orientándose también por la tradición de la Iglesia católica, cuya historia conocía bien. Es importante mencionar que éste era también el pensamiento de varios educadores católicos anteriores a él, como Felipe Néri, La Salle y otros.

Varios autores, estudiaron esta perspectiva intermedia de Don Bosco en lo que se refiere a las ideas de persona humana más comunes en su época. Él dice en su Memorias del Oratorio que los sacerdotes Guala y Cafasso habían fundado la "cárcel" eclesiástico de Turín, donde él se perfeccionó durante tres años "para arrancar algunas raíces de jansenismo que todavía se conservaban entre nosotros" (1946, pág. 80).

Cuenta, además, que había gran discusión entre los probabilistas, más rigurosos en el caso de actuar con dudas, y los probabilistas, discípulos de San Alfonso, más abiertos (1946, pág. 80-81).

Si Juanito Bosco no aceptaba el pesimismo jansenista, todavía común en Piamonte de su época, mucho menos era capaz de hacerlo en lo que concierne al optimismo naturalista de Rousseau y sus seguidores, que iban en contra de algunas doctrinas de la Iglesia, especialmente a la del pecado original.

El concepto que Don Bosco tenía del hombre era parte de una cosmovisión católica que poseía, con algunas particularidades propias de su ambiente.

La mentalidad religiosa de Don Bosco puso a Dios en el vértice de todo. Él es el Creador, Señor, Redentor, principio y fin de todas las cosas.

Este Dios, que siempre existió y que existirá siempre, después de haber creado todas las cosas presentes en el cielo y en la tierra, creó también al hombre, que es la más perfecta de todas las criaturas visibles (Bosco, 1952, pág.12).

Para Don Bosco "el hombre es una armonía de alma y cuerpo" (Stella, 1969b, pág. 33).

Él escribe en la obra Juventud Instruida que el hombre se distingue de todos los otros animales, principalmente por tener un alma que piensa, raciocina, quiere y conoce lo que es el bien y lo que es el mal. Este alma, por ser espíritu puro, no puede morirse con el cuerpo; pero, cuando éste sea llevado a la sepultura, empezará otra vida, que jamás tendrá fin. (Bosco, 1952, pág. 12).

El alma es lo que vuelve a la Persona la imagen y semejanza de Dios (Stella, 1969b, pág.34).

El cuerpo es una dádiva de Dios y a pesar de estar muy unido al alma hasta la muerte, es su propio instrumento. El objetivo último del hombre es amar y servir a Dios y salvar el alma; si pierde el alma, queda despojado de todo. El pecado es el peor de todo los males, porque se aleja de Dios y puede comprometer irremediablemente la salvación de la persona en el instante de la muerte, momento decisivo y para el cual Don Bosco le pedía a la juventud que estuvieron atentos. (Bosco, 1952, pág. 12, 52-54 pág.216).

Una parte del hombre es puesta en forma destacada en el pensamiento de Don Bosco: el corazón es el órgano simbólico del amor, la parte central del ser; el corazón quiere, desea, comprende, se inflama de amor, refleja y se mueve (Stella, 1969b, pág. 37-38). Para él, tenía un significado bíblico y psicológico: corazón es el hombre en toda su extensión, es el centro y la fuente de todas las acciones libres de la persona. Por ser hijo de Dios, el hombre (joven) merece ser respetado y ser libre

Si, por un lado, aceptaba que la naturaleza humana tenía determinada inclinación hacia el mal, según la visión de Santo Tomás, por el otro, creía también que ella era perfectible (Bosco, 1965b, pág. 305).

Las preocupaciones ético religiosas dividían a Don Bosco: el miedo al pecado se contradecía con la creencia en la juventud y la atracción que sentía en vivir entre los jóvenes, desde el sueño que tuvo a los 9 años. Para Do Bosco no existe joven sin recuperación:

En cualquier joven, incluso en el más infeliz, hay siempre un punto posible de conexión con el bien y la primera obligación del educador es la de buscar este punto, este hilo sensible del corazón y sacar provecho de las ventajas (Lemoyne,1905,Pág367.

Su biógrafo Auffray expresa un pensamiento similar: " En el alma joven queda siempre una cuerda capaz de vibrar" (1940, pág. 108).

Según Braido:

La visión pedagógica de Don Bosco nace

De una sólida y única concepción del joven,

Ni ángel, ni bestia, ni un ser alado sin cuerpo,

Soñador o estático, ni máquina, ni instrumento, pero síntesis viva de exigencias espirituales y de funciones corpóreas, orientadas hacia lo alto y, aunque vinculado a la tierra, está anclado en Dios y al mismo tiempo fuertemente apoyado sobre la Tierra y en la sociedad de los humanos (Braido, 1964, pág. 124).

Las dos inspiraciones, celestial y terrestre, no se oponen en la visión de Don Bosco, sino que forman parte de una unidad jerárquica.

Para San Juan Bosco, el hombre era susceptible de perfección, a pesar de ser débil por el pecado. Él dedicó toda su vida a los jóvenes, porque creía que la persona del joven era capaz de educarse y de perfeccionarse.

Para él, la vida es un don, un deber, un talento para desarrollar, un reto, una misión a realizar (Braido, 1964, pág. 236)

I .-RESUMEN HISTORICO Y CARACTERISTICAS DEL SISTEMA (m’todo) PREVENTIVO DE DOM BOSCO

Resumen histórico del método educativo de Don Bosco

Estudiando la vida de Don Bosco (1815-1888), vemos un niño con una idea - que en el sueño que tuvo a los nueve años - que se fue aclarando y se fue estructurando en los sucesos familiares y ambientales, en la formación que recibió en el seminario y en el impacto de su entusiasmo sacerdotal con la cruel realidad de la juventud pobre de su ciudad. Dice Wirth, mencionando una declaración de Viglietti durante su proceso de beatificación: desde la edad de 5 años creía que el objetivo de su vida debería ser "reunir a los muchachos para enseñarles el evangelio". (1971, pág. 23).

A los nueve años, tuve un sueño "que me marco profundamente para toda la vida". Vi una multitud de “lolos” que se reían, jugaban y, entre ellos, algunos que blasfemaban. Me acerqué a ellos. Mis puños y mis palabras intentaba silenciarlos, pero apareció una persona que dice: "No con violencia, sino con calma y bondad SE conquistan a estos jóvenes. "Para lograr esto", te ofreceré una maestra". Una señora apareció y se reanima: "Éste es tu campo de trabajo. Sé humilde, fuerte y robusto". Los “LOLOS” se transformaron de animales salvajes en mansos corderos (Bosco, 1946, pág. 10-11). A pesar de las muchas investigaciones hechas de los sueños de S.J.BOSCO, el resultado sigue exento de una explicación natural. Un niño del área rural, que vivía en un ambiente cerrado, ve una multitud de JÓVENES y como él mismo la comenta en el relato de este sueño, entra para luchar con ellos porque insultaban gravemente a Dios y

Ahora Alguien le dice que debe ser manso y humilde y que esa actitud transformará los niños rudos en personas educadas.

A los diez años, Don Bosco ya era el líder de los compañeros de su misma edad. En sus Memorias del Oratorio recuerda: "Era todavía muy pequeño y ya estudiaba el carácter de los compañeros y, mirando cada uno en sus ojos, mostraba los proyectos que él tenía en el corazón" (1946, pág. 13). Durante las fases de la puerilidad y de la adolescencia fue contador de historias, mago para sus vecinos y catequista de los amigos. Por ello, era muy querido en su región. En P. Colosso encontró alguien que lo inició en los estudios y que, con el afecto, fue su guía en la vida. En el período que estuvo en el seminario, a pesar de no sentirse muy a gusto con la excesiva seriedad del ambiente, se perfeccionó en el estudio y reforzó su dedicación en el ideal del elemento religioso.

Después que recibe la orden sacerdotal (5-6-1841), en la cárcel tuvo la ocasión de entrar en contacto con la realidad de los jóvenes que estaban al margen de la sociedad y que empezaban a aparecer en gran número con la explosión demográfica en Turín, que de 117.000 habitantes en 1835 pasó a 218.000 en 1864. El marco inicial de su trabajo ocurrió el 08 de diciembre de 1841, cuando ya asumió un método definido de actuación con la juventud. Estaba preparándose para celebrar la misa, cuando el sacristán invitó a un muchacho para ayudarlo y como éste no sabía como hacerlo, el sacristán lo expulsó a gritos y puñetazos de la sacristía. Don Bosco mandó llamarlo y, luego de una charla muy amistosa, lo invitó a volver otras veces con sus amigos. En el relato de este “compartir”, nos damos cuenta de la gran habilidad de Don Bosco de acercarse a las personas tímidas. Mientras se reunía con Garelli y sus amigos, formando el primer Oratorio Festivo, dice en sus Memorias.

Todos los sábados me iba a las cárceles llevando provisiones, como frutas, panes y cigarrillos, con el propósito de darles asistencia, hacer amistades y luego invitarlos al Oratorio, cuando tuvieran la felicidad de salir a la calle (JN Bosco pág. 196,Pág87).

En otro pasaje demuestra el sentido de su misión y el método de su trabajo:

A partir de entonces, me di cuenta, claramente, que si los jóvenes que habían logrado salir de la cárcel encontraran una mano que los apoyara, que los amaran y ellos lo sintieran ,que se preocupara de ellos, que los acompañaran en los días festivos, que les ofreciera un trabajo honesto y que los visitara algunas veces durante la semana, tendrían amplias posibilidades de empezar una nueva vida, honrada, olvidándose del pasado y volviéndose buenos cristianos y honrados ciudadanos(Bosco, 1946, pág. 84-85).

El Oratorio de este tiempo estaba compuesto de carpinteros pequeños, emigrantes estucadores, calceteros, ARMADORES y otros, en general eran migratorios, algunos que habían salido de la cárcel y mucho de ellos no tenían donde dormir.

En octubre de 1844, Don Bosco termina su período de perfeccionamiento en la "CÁRCEL". Aparecieron varias propuestas tentadoras y que, dentro de la vocación de Fe, le darían seguridad y prestigio. Su Consejero, P. Cafasso, pregunta: "¿En ese momento, para cuál de las propuestas se inclina su corazón?". Don Bosco le contesta: "En este momento, pienso encontrarme en el medio de una multitud de jóvenes, que me piden auxilio"

(1946, pág. 88).

Pero tuvo que elegir la dirección de un hospital pequeño para lograr sobrevivir. Sin embargo, destinaba un porcentaje de su tiempo a los jóvenes. Era esa la forma como definía los destinatarios de su acción sacerdotal y educativa. Al principio, reunía los jóvenes en su propia habitación, pero, con el gran aumento de la asistencia, logró que le prestaran, provisoriamente, un espacio en el recién construido hospital de Santa Filomena, de la marquesa Barolo. Con la inauguración del hospital, el Oratorio tuvo que cambiarse al templo de San Martín, pero la bulla que hacían los muchachos provocó reclamos y engendró antagonistas, como la sacristana del templo, los vecinos y hasta del cura, que exigían la salida del Oratorio. Don Bosco empezó a peregrinar con los jóvenes de un lugar a otro y encontró tres cuartos de la casa del P. Moretta, donde hacían las reuniones y donde comenzó a dar las primeras clases nocturnas de Turín (1845).

Los otros residentes de la casa se quejan y el Oratorio tiene que trasladarse una vez más. Empiezan, entonces, a reunirse en el prado de los hermanos Filippi, a cielo abierto y en el mismo pasto. La cantidad de jóvenes ya era de 300 a 400, en la primavera de 1846 (marzo).

En aquella época había mucha turbulencia revolucionaria en toda Europa y las autoridades de Turín se sentían incómodas con la presencia del Oratorio de Don Bosco. El marqués de Cavour, alcalde de Turín, cita a Don Bosco y le exige que ponga fin a aquellas reuniones ilegales y peligrosas. Don Bosco se defiende y le muestra que las actividades que realizan en el Oratorio no tienen vínculos politiqueros, sino estrictamente de FE y promocional. Hasta la marquesa de Barolo puso a Don Bosco frente a un dilema: o abandonaba la labor que realizaba con los jóvenes desvalidos o perdería el cargo que estaba ocupando en aquel momento. Él no titubeó en su decisión, prefiriendo quedarse con los muchachos, aun cuando no sabía como iría a sobrevivir. Hasta los amigos más cercanos lo juzgaban loco y le tenían lástima. Los hermanos Filippi le piden que ya no ocupen el prado para sus encuentros. J.Bosco consigue el acceso a la casa Pinardi, pequeña y bajita, y un terreno, para la recreación, en Valdocco, y empieza el Oratorio con sede definitiva (12-04-1846).

Como resalta Scaramussa, en este período de actuación más libre de Don Bosco, algunas expresiones que él utiliza, como "tener un amigo", "cuidarse", "asistir", "instruir en la FE", "encontrar una mano benévola", "ofrecerles trabajo", "visitarles", "hacerse amigo", "cultivarlos", "guiarles", "alejarlos del vicio", "unirlos", "hablarles", comienzan a definir su método de actuación pastoral, el objetivo que quiere lograr y los destinatarios de su misión(1977, pág. 47).

Don Bosco tenían el don de cautivar a los jóvenes. Para darse cuenta de la veracidad de esta afirmación, es sólo observar la cantidad de ellos que fueron a visitarle en Sassi, a 4 Km. de Turín, cuando cayó enfermo y tuvo que descansar unos días. Además, un grupo de casi 400 alumnos de un colegio donde atendía confesiones, hizo una caminata al término de un retiro, sólo para confesarse con él (Bosco, 1946, pág.126).

En Valdocco, Don Bosco retomó sus clases dominicales y nocturnas y, como la casa era pequeña, ocupaba también el Templo, la sacristía, la cocina y los cuartos (1946, pág. 130).

En 1847 surge la() Compañía de San Luís, primera de varias otras, que eran asociaciones que estaban a cargo de los propios jóvenes que buscaban actuar dentro de su ambiente escolar. En 1850 incentiva el inicio de la Sociedad de Mutuo Auxilio, entidad donde el aprendiz pagaba una módica mensualidad y recibía auxilio en las enfermedades y en el desempleo (Bosco, 1965 e, pág.461-465). Ese año también empieza a albergar a niños y jóvenes que no tenían a donde ir cuando terminaban las clases nocturnas (1946, pág. 133). Al acoger al primero jóvenes de estos, antes de dormir, la madre de Don Bosco habla de la necesidad de trabajo, del vivir cómodamente y de la Fe. Fue la primera "buenas noches" que se volvió praxis importante en los internados salesianos (1946, pág. 133). En 1848, en toda Europa, hay revoluciones. Piemonte no fue una excepción, motivo por el cual el Rey Carlos Alberto tuvo que proclamar una constitución.

La iglesia sé vió involucrarse por estar asociada a los privilegios de un régimen absolutista. J. Bosco fue atacado varias veces por desconocidos (1946, pág. 136-138). Él no se adherió al movimiento político y, por consiguiente, casi todos sus ayudantes y muchos jóvenes se apartaron de él(1946, pág. 146-147).

En 1853, en un pasillo de la casa Pinardi, empezaron los primeros talleres (zapatería y sastrería). Luego surgieron los talleres de encuadernación, carpintería, tipografía y cerrajería; se inicia también la preparación de los reglamentos para el ingreso de las personas externas y para los que estaban internos. Para proteger a sus jóvenes del peligro de tener que estudiar o aprender un oficio afuera, Don Bosco, en 1855, inició, cursos para los estudiantes. Al cabo de poco años, ya había logrado todos los cursos para los estudiantes y aprendices (1946, pág. 138).

En el Oratorio, como señala Braido, la fórmula del internado tiene un significado negativo-protector (1964, pág. 330) bastante acentuado, en Don Bosco, con relación a los jóvenes abandonados que él albergaba y de los cuales encontraba gran dificultad en desarraigar los malos hábitos adquiridos (Bosco, 1946, pág. 138). En 1854, propone a los jóvenes más adelantados que participen de la formación de una sociedad religiosa para trabajar con los jóvenes pobres y abandonados, utilizando la manera habitual de educarlos en el Oratorio.

Don Bosco da inicio a una sociedad de educadores (Braido, 1964, pág. 388). Es el origen de la Congregación Salesiana.

Así, Don Bosco, un hombre práctico, con una idea fuerte (salvación de los jóvenes pobres y abandonados) que lo seguía desde chico, fue definiendo, de a poco, su método de trabajo con los jóvenes, a partir de sus vivencias y necesidades. En el reglamento de la casa, que era de conocimiento de todos, ya que, al inicio del año, se hacía la fiesta del reglamento, el objetivo del Oratorio estaba bien trazado, así como la manera en que cada uno de ellos debería actuar, o sea, de forma muy meticulosa y operacional.

Don Bosco, durante muchos años, se preocupó en solidificar la Congregación. En 1875, partieron los primeros salesianos hacia las Américas. Mientras vivían cerca, Don Bosco les enseñaba como trabajar. Con la expansión de la Congregación a varios países, él tuvo la necesidad de aplicar una base teórica más sólida a su labor educacional.

Hasta 1875 se podría observar el pensamiento pedagógico de Don Bosco esparcido en sus obras: en la Historia Sagrada, en la Historia Eclesiástica, en la Historia de Italia, en las biografías de Savio, Camolo, Magone y Besucco, en el compartir con el Ministro Ratazzi, en los reglamentos para las varias secciones y para las “Compañías,(pequeñas comunidades de fe)”, en sus cartas, en sus Memorias del Oratorio que fueron impresas - al que no había dado permiso - después de su muerte. En aquel año imprimió los "recuerdos confidenciales" y se los entregó a los directores, debido a que ya los había enviado anteriormente a varios de ellos.

En 1877 Don Bosco decide imprimir definitivamente los Reglamentos de las casas salesianas, de forma que las personas externas a la congregación también pudieran tener acceso. En un apéndice a un documento escrito sobre la inauguración del Patronato de Nice, expone, por primera vez de forma sistemática, algunos principios del sistema preventivo.

Por encargo del ministro Crispi (huésped del Oratorio cuando estaba en el ostracismo político), escribió en 1878 sobre la posibilidad de la aplicación del sistema preventivo en los institutos de reeducación del Estado.

Al darse cuenta de que muchos no entendían su método, mandó, en 1883, una circular sobre los castigos en las casas salesianas, donde volvió a enfatizar algunos puntos importantes que deberían ser observados por aquellas personas que se proponían a trabajar en su sistema de educación.

Uno de los documentos esenciales para la comprensión del método preventivo de Don Bosco es la carta que escribió a los hijos del Oratorio en Roma, a 10 de mayo de 1884, cuyo título es "El poema educativo salesiano".

Para no echar a perder su imagen de Padre, cuenta que los antiguos alumnos del Oratorio aparecieron en su sueño y le mostraron el Oratorio primitivo, donde había una familia alegre, sin distancias, ni protocolos, con confianza recíproca, y el Oratorio de 1884, con poco movimiento y alegría, lleno de pandillas y desorden, con mucha distancia entre el profesorado y alumnos. Don Bosco, solicita, entonces, el regreso del antiguo SISTEMA DE FAMILIARIDAD SIN BARRERAS”.

Con la muerte de Don Bosco el 31 de enero de 1888, la obra salesiana ya poseía 57 casas fundadas en nueve países de Europa y de América, incluso en Chile donde se instalaron 1887 en Concepción y la gran Punta arenas).

Los Salesianos intentaron mantenerse fieles al espíritu y al método educacional de Don Bosco, que no siempre ha sido entendido y utilizado de manera correcta, según él mismo llamara la atención en su carta del año 1884. Era un método revolucionario para su época.

Debido a una determinada autosuficiencia, la nueva realidad educacional de los colegios y las nuevas teorías de educación hicieron que el sistema preventivo tuviera menos crédito. El método estaba obsoleto en cuanto a la teoría y a las fórmulas prácticas de actuación. Había una gran distancia entre el sistema preventivo y lo que anunciaban las modernas escuelas psicológicas y pedagógicas.

El P. Braido hizo muchas investigaciones y publicó varias obras sobre el sistema preventivo. Solamente en la década de los años 70 (siglo XX), se puede observar una reacción a la validez de los principios del sistema preventivo. A principios de 1974 se realizó en Roma el Primer Congreso Europeo sobre el Sistema Preventivo de Don Bosco. Hicieron la presentación de 12 temas, lo que significó el despertar para la actuación del sistema preventivo.

Los desafíos son: 1) cómo aplicar, hoy, el sistema preventivo, frente a los cambios profundos y acelerados; 2) lo que debe quedarse y lo que es transitorio en la herencia pedagógica de Don Bosco.

En Brasil, Modesti (1975) y Scaramussa (1977) muestran que los principios del sistema preventivo actualizados tienen validez en la realidad latinoamericana actual.

El 21º. Capítulo General de Congregación Salesiana, concluido en febrero de 1978, volvió a resaltar la importancia del sistema preventivo en el proyecto educacional salesiano.

LAS CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA (MÉTODO) PREVENTIVO

I. Fuentes de Información

Nosotros podemos estudiar el sistema educativo de Don Bosco a través de sus libros (más de 100), que abarcan los asuntos más diversificados: enología, sistema métrico decimal, historia sagrada, eclesiástica y de la Iglesia, biografías de carácter religioso y devocionario y obras de teatro.

A lo largo de su vida, escribió muchas cartas, cuyos contenidos son fuentes importantes para la investigación de sus planes educacionales. Además, las declaraciones de sus discípulos, casi todos formados en el sistema preventivo desde la niñez, son testimonios claves en la caracterización de línea maestra de su método educativo.

Don Bosco posee muchos biógrafos e investigadores, cuyas obras reflejan la magnitud de sus trabajos. Vale la pena destacar los 19 volúmenes de las Memorias Biográficas de San Juan Bosco y, de las investigaciones más recientes, el estudio crítico bastante profundo de Stella y los varios libros y conferencias de Pedro Braido sobre el sistema preventivo de Don Bosco.

JUANITO Bosco y su método (sistema) de educación

Don Bosco fue un educador en acción. Él y su sistema de educación se identifican (Auffray, 1940, pon todo tu corazón con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo,(Mc 12,28-31). Don Bosco lo sacó directamente del Evangelio. ”AMARÁS al Señor, tu DIOS, con todo tu corazón, con toda tu “esencia”, con toda tu mente y con toda tus fuerzas. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Su método representa la aplicación, en el campo educacional, de la parábola del Buen Pastor y de la inspiración de la página paulina sobre la caridad. Don Bosco fue coherente consigo mismo, actuó de manera uniforme, según una idéntica inspiración. Al utilizar el mismo sistema, llevó siempre en consideración el lugar y las circunstancias, de forma que el objetivo fuera alcanzado con su obra (Braido, 1964, pág. 28-36).

Don Bosco tenía "un sistema muy personal de educación... un método ecléctico, hecho con discernimiento basado en el concepto del AMAR EN CRISTIANO (Ágape cristiano), en la esfera de la fe, intentó realizar la fusión cordial e íntima de la razonable autoridad del educador con la razonable libertad del estudiante.

Don Bosco, al llamar su método de sistema, utilizó una forma muy popular para decir: "una manera de actuar." PERSONALMENTE; yo LA LLAMO AQUÍ

la nueva SICOLOGÍA DE LA BONDAD”,en el sentido amplio de la sicología: que consiste en “enfrentar los problemas y lograr solucionarlo”

No se puede denominar su método de sistema, en el sentido técnico de la palabra, como un conjunto de principios técnicos sistematizados

Don Bosco "empezó con el actuar, con la presencia y testimonio, luego, poco a poco, ensayó varios enunciados y codificaciones o, mejor dicho, teorías sobre su método de actuar" (Atti, 1974, pág. 35).

Su discípulo Barberis dice que Don Bosco dejó "un sistema de educación escrito sólo en su mínima parte" NOS DEJO, EL BORRADOR, PARA QUE SUS HIJOS LO PASARAN EN LIMPIO .(cf. Ricaldone, 1951, pág. 95).

Cuando Auffray dice:

Este hombre nunca pensó en construir un sistema. En el crepúsculo de sus días, recogió, en verdad, en algunos principios breves y transparentes, los resultados de experiencia y eso fue todo (Auffray, 1940, pág. 33).

El propio Don Bosco dice: "el llamado sistema preventivo"(Bosco, 1965 g, pág. 291). El corazón no obedece a un sistema y, para Don Bosco, el AMAR, como Jesús nos sigue amando es todo un desafío al corazón. Que es elemento integrante de toda actividad educacional. Por consiguiente, el sistema preventivo es un estilo, un arte educacional centrado en la decisión de amar siempre y a todos, especialmente a nuestros queridos jóvenes.

Don Bosco no estaba desinteresado por la investigación pedagógica. En la Circular sobre los castigos dice que solicitó orientación de célebres educadores sobre la costumbre de pasar copias a los alumnos (Bosco, 1965b, pág. 314). Entre ellos, debería estar el profesor Rayneri, pedagogo de Turín, que decía a sus alumnos: "Váyanse al Oratorio de San Francisco de Sales y observen lo que Don Bosco hace: es pedagogía admirablemente puesta en práctica" (Crispolti, 1932, pág. 128).

Don Bosco no estaba ajeno a la realidad que lo circundaba. Él fue influenciado por los esquemas culturales de su época, por las perspectivas teológicas, por el ambiente y por el carácter de hombre práctico .La fidelidad total a la situación y la visión amplia, concluida y jerarquizada de la respuesta de Don Bosco al llamamiento de la juventud son elementos esenciales de este sistema, quien lo afirma en el 1er Congreso Europeo del Sistema Preventivo

Don Bosco dice en el 3er Capítulo General de la Congregación de 1883: "Es necesario conocer y adaptarnos a los nuevos tiempos y a respetar a las personas" (Ceria, 1936, pág. 416).

Don Bosco tenía una visión clara de sí mismo, se sentía amado por su madre(1946, pág. 16), por Dios y por los jóvenes, y elegido para una misión

a) Las dos dimensiones del sistema preventivo

La vocación de Don Bosco, sacerdote y educador, ya reflejaba la doble dimensión, espiritual y humana, de su sistema preventivo. La dimensión espiritual de la salvación eterna unifica la vida y el pensamiento educacional de Don Bosco.

Las dos preocupaciones centrales de Don Bosco son:

La preocupación bondadosa del educador: urgencia del pan material, de la asistencia, del alojamiento y del trabajo;

y la primera, fundamental y que condiciona a las demás, es la preocupación pastoral, sacerdotal de la salvación del alma, en el sentido cristiano de vivir y morir en la AMISTAD de Dios (Braido, 1964, pág.47).

Don Bosco: tenía como opción central "la promoción de la juventud, realizada a través de una acción solidaria, asistencia material al joven, y de una pastoral: salvación del alma" (1977, pág. 72).

Según el concepto teológico de Don Bosco respecto de las realidades terrestres, la intervención educacional tiene finalidades religiosas (morales) y sociales. A razón de eso, dedicó su vida al bien espiritual y temporal de los jóvenes. Además del pan material, ellos necesitan alguien quien los acoja y los oriente al trabajo, a la orden y a la religión (Braido, 1964, pág. 334).

La vida espiritual y la formación moral, ciertamente, eran las prioridades. "El carácter religioso, teológico, cristiano, moral, sobrenatural" se mezclaba con el "aspecto humanístico y humano", con los valores pedagógicos del trabajo, del esfuerzo moral en este mundo, de la bondad, de la alegría (Braido, 1964, pág.51). Don Bosco se basa en los dos fundamentos de escuela cristiana: el trascendente y el terrestre. Él dice que la preocupación del educador en el sistema preventivo debe ser la del bien espiritual, moral, civil, físico y científico de los jóvenes (J Bosco, 1875, pág. 283-297).

A Don Bosco no le faltaba el sentido social. Cuando un compañero le preguntó si sería cura cuando creciera, él contestó: "¿acaso no sabes cuántas obligaciones tiene un cura? Cuando él se para de la mesa debe decirse a sí mismo: yo comí, ¿pero todas mis ovejas también tienen comida?

En las cárceles de Turín, con Cafasso, perfeccionó la idea de volverse amigo de los jóvenes para salvarlos.

Las actividades de Don Bosco tuvieron origen en las carencias extraídas del contacto directo con su realidad social

b) El concepto de educación de Don Bosco

Para Don Bosco, Dios está en la base de la educación, es el centro de toda la actividad educacional. Don Bosco afirma que antes de que el joven diga sí a Dios, es necesario que el educador diga sí a la juventud (: "La educación es el gran arte de formar personas. El objetivo concreto, repetido por él más de una docena de veces, es formar "honestos ciudadanos y buenos cristianos" que en nuestro lenguaje quiere decir hoy en “armonía interior”, es la irradiación de sus ESENCIAS.

La experiencia educacional debe ser un proceso amplio e indivisible, en que la persona del JOVEN está en el centro del proceso porque al COORDINADOR Y Padre ESPIRITUAL le debe "gustar lo que a los jóvenes les gusta"(Bosco, 1965i, pág. 320 y Scaramussa, 1977, pág. 72 y 85).

Don Bosco cree posible asociar la fe a lo social; quiere "ciudadanos del cielo en la tierra”. Él creía en los valores objetivos y absolutos y veía la educación como formación general de la personalidad y de ciudadanos capaces y solidarios, con interés en el trabajo y en su vocación específica

Por eso, Don Bosco ponía metas elevadas y desafiadoras, pero la educación, según él, ocurría en la acción concreta: se educaba por el trabajo y para el trabajo. La vida como misión debería ser realizada por el cumplimiento de los deberes de cada uno.

"El método de Don Bosco forma al joven, porque se propone a formar el FORMADOR perfecto". Quiere decir que el educador tiene un papel decisivo en su pensamiento. Tiene que tener capacidad de “compartir” y de respeto por las características individuales de cada estudiante. Usando siempre el lenguaje de la bondad que es; usar las 5 “T”,QUE SE TRADUCEN POR; tono, tino, tacto, ternura y tolerancia. El sentido comunitario de la educación se refleja en la participación de los jóvenes y en las responsabilidades que asumen dentro de la comunidad en formación. Las”comunidades cristianas, o compañías y hoy “los movimientos” eran y son actividades en grupo, a cargo de los propios jóvenes, Don Bosco dice: "Estas comunidades tenían el apoyo de los educadores, pero eran organizadas y coordinadas por los propios jóvenes" Cosa que muchas instituciones hoy no atinan Y si ellos no lo organizan no resulta. GRAN ERROR, ,ES TODO LO CONTRARIO .Don Bosco se adelantó a los tiempos. .Hoy la Iglesia ama y desea que los laicos que son del mundo y están en el mundo, para renovar la evangelicen este mundo del siglo 21.

Desde sus primeras obras, Don Bosco invitaba a los mejores alumnos para ayudarlo, sin discriminar a los jóvenes; “basta que seas joven para que te ame.

Aunque mi objetivo fuera albergar solamente a los lolos que corrían mayor riesgo y, de preferencia, los que habían salido de la cárcel, invité también a otros con buena conducta y mejor instruidos, para tener algún fundamento en donde pudiera tener como base la disciplina y la moralidad. Estos últimos me ayudaban a conservar la orden y también a leer y a cantar en la iglesia... (Bosco,1946, pág. 85)

. Hoy como hijo de Don Bosco puedo comprobar, que es posible y dan un excelente resultado estos principios con la familia de los “encuentros” a lo largo de todo Chile. DURANTE ESTOS AÑOS HAN VIVIDO MAS DE 500MIL JOVENES ESTO QUE NOS DEJÓ SAN JAUN BOSCO.

Para el educador que se preocupaba en defender a sus jóvenes de los desvíos y tentaciones de la calle, donde la mayoría de ellos fue creada, el ambiente escolar debería ser agradable y estimulante, además de satisfacer sus intereses. Debería ser reforzador positivo, en el ámbito de la conducta. El elogio (positivo) de una buena acción y la reprensión (negativo) son premio o castigo para quien los recibe. El refuerzo negativo deber ser reducido al mínimo. En la formación de nuestros jóvenes tenemos excluido todo juicio, sermones, con mayor razón golpes, lanzamientos a la calle.

+Por eso experimentando las palabras del Pastor de los jóvenes” basta que sean jóvenes para que yo sienta amista espiritual por Udes”.

c) Elementos fundamentales de la sicología de la BONDAD.

Don Bosco dice que el sistema preventivo "se apoya en la FE,(decimos fe porque nosotros no somos una religión, somos un FE, Juan15,16) en la razón(hace años que tengo dicha de escribir y enseñar filosofía para niños y jóvenes ,lo me ratifica lo que S. J. BOSCO nos señala.) y en la bondad (que estamos destacando aquí en este trabajo, que no es otra cosa que el expreso MANDAMIENTO de JESÚS de Amar, como su PADRE LO AMA a Él y Él a cada uno de nosotros.).

Don Bosco quería todo ese proceso de FORMACIÓN envuelto en una triple atmósfera (FE, afecto y razón),

Característica fundamental del sistema preventivo

y sobre la cual él puso su nota personal.

Para él, todos los elementos eran indispensables interactiva.

Si falta y deberían participar de forma uno de ellos, todo el sistema sufre Graves alteraciones. Estas necesidades sicológicas Se pueden expresar así,

AMAR Y SER AMADO

SER UTIL A LA SOCIEDAD y valorizado por esta.

Y ENCONTRARLE EL SENTIDO A TODO. ÉL ¿para qué? De todo en torno al último fin de cada uno.

Los elementos esenciales del sistema preventivo se polarizan, como teología y método, alrededor del trinomio: AMAR Y SER AMADO, (BONDAD). SER Y SENTIRME UTIL, (RAZÓN).SABER ÉL ¿POR QUÉ Y EL PARA QUÉ LO HAGO?(Fe)

La razón significa: “Saber pensar por mí mismo”; preguntarme siempre él ¿por qué? de las cosas, la racionalidad, la claridad de las ideas, el discernimiento, la simplicidad, el sentido de la medida y de la realidad

El método de la razón es, al mismo tiempo, mas que método de persuasión y de la convicciones tener el coraje de ayudarle al joven a pensar y sentir por si mismo y saber tomar decisiones según sus calores. No es suficiente informarles antes. No es suficiente que el aviso, la norma y el reglamento sean objetivamente razonables. Es necesaria que la racionalidad sea percibida por el joven para tomar conciencia de una efectiva responsabilidad personal, el adoctrinamiento mata la pedagogía de la “espontaneidad, tan querida por S.J.BOSCO

Cuando el niño aprende a pensar por si mismo desde los 4 años, toda la formación es mas rápida y sencilla.

El uso maduro de la racionalidad en el coordinador, que le enseñó primero a pensar y a sentir por si mismo quien, a través de la claridad de las ideas y del culto de la verdad, respeto a discrepar del joven consigue dominar la impulsividad de los sentimientos de sombra y los sentimientos de luz que los aproxima a los valores y frena las pasiones. Es también discernimiento, simplicidad y proximidad. Es el largo uso de la persuasión en función preventiva y motivadora

La disciplina sólo era concebida por Don Bosco dentro de un orden racional objetivo.

En 1854, contestaba al ministro Rattazzi, quien, impresionado, le preguntaba como lograba él orientar bien aquella multitud de jóvenes de la calle:

Vuestra Excelencia sabe que existen dos sistemas de educación: uno es el llamado sistema represivo y el otro es el sistema preventivo. La propuesta de la primera es educar el hombre a través de la fuerza, de la represión y de la punición, cuando este viola una ley o cuando comete un error; el segundo procura educarlo a través de la bondad y ternura, y por eso lo orienta discretamente a observar la propia ley, y le provee los medios más adecuados y eficaces para la necesidad; es exactamente éste el sistema que rige entre nosotros (Bosco, 1965:00, pág. 279).

La sicología de la BONDAD se debe dar preferencia a los medios de persuasión y de la caridad, no a los castigos, sermones inútiles, malas caras y palabras, etc... En la circular que escribió sobre estos, llama la atención de los educadores:

En general, el sistema que nosotros debemos usar es el denominado preventivo, el cual consiste en disponer el ánimo de nuestros alumnos de modo que, sin ninguna violencia externa, se inclinen a hacer lo que Dios quiere. Mi intención es la de avisarles que los medios coercitivos jamás deben ser usados. En tal sistema sólo deben ser empleados los medios de la persuasión y de la bondad. (Bosco, 1965b, pág. 305).

Don Bosco tenía una aversión muy grande a los castigos físicos, él los vivió con su hermanastro, muy común en su época.

La presencia de los “padres espirituales es un factor importante de educación en él. Significa la presencia amorosa interrumpida de todos los coordinadores y asesores y educadores. No es sólo concebida a modo de resguardar, sino como eficaz acción positiva, de dirección, de orientación, de flujo continuo y persistente.

El Padre Espiritual tiene un papel decisivo en la consecución de los objetivos de la acción educativa en este método; tiene una función unificadora y conectiva

d) El segundo elemento esencial del método es la FE

Él ¿por qué? y la bondad son los instrumentos de los cuales el educador debe servirse siempre; debe inculcarlos, practicarlos él mismo, si quiere que los jóvenes lo amen y pueda alcanzar los resultados que desea,

Don Bosco añade enseguida:

El sacramento de la reconciliación, la comunión frecuente y la CENA del SEÑOR cuando sea necesario son los pilares que deben sostener un edificio educativo, del cual se quiera eliminar la amenaza y el látigo. Sin embargo, nunca se debe obligar a los jóvenes a asistir a los santos sacramentos en libertad Lo único que tienen que hacer es llenarse de júbilo y proporcionar a los jóvenes la facilidad para que ellos disfruten de ellos (...) Así, por estas prácticas de FE, se acercarán voluntariamente con placer y con provecho (Bosco, 1965g, pág. 295).

En el reglamento para los jóvenes externos, Don Bosco pone, como condición de aceptación, que el joven sepa y esté de acuerdo con la promoción de la FE en el ambiente que están: "una vez que un joven entre en estas comunidades, debemos persuadirlo que este es un lugar de FE donde se desea formar PERSONAS EN ARMONÍA INTERIOR y RESPONSABLES PERSONAS" (Bosco, 1877, pág. 36).

La FE REGALADA QUE significaba vida divina que JESÚS NOS DIO EN EL BAUTISMO. Y, aunque consideramos la fe esencial dentro de esta misión, no deseamos ninguna exageración de ningún tipo. El tercer elemento esencial del sistema preventivo es la “bondad” que aquí traducimos por amor, aunque muchos traduzcan por "cariño", "cordialidad", "afecto". Es el factor que penetra todo esta nueva sicología,(“nueva sicología de la Bondad”). Para Don Bosco no hay amor sin verdad, ni FE, sin razón(FILOSOFÍA para el joven).

La familiaridad, la confianza, la alegría son consecuencias de la DECISIÓN DE amar; esta decisión y la familiaridad traen la irradiación de los sentimientos de luz y sombras, que nos produce confianza, y el educador puede hablar el lenguaje del corazón

EL TERCER ELEMENTO ES EL AMAR (que brota de la presencia de la TRINIDAD

COMO UNO DE LOS VALORES CENTRALES DEL SISTEMA PREVENTIVO

El amor es resaltado por Don Bosco principalmente en una carta que escribió en Roma, en 1884, cuando llamó la atención de los educadores para el hecho de que su sistema sólo podría funcionar teniendo por base el amor, la familiaridad, la alegría y la espontaneidad.

Concepto de amor (BONDAD)

La BONDAD, modestísima expresión de lenguaje de los moralistas significar mucho más que la manifestación de un simple sentimiento y de un simple afecto, mucho más allá que una sencilla calidad humana... su singularidad venía de algo sobrenatural, traía la marca de una vida sobrenatural que irradia De la decisión de amar

Para mí "la BONDAD sigue siendo lo más característico de la nueva sicología de la BONDAD. Para Don Bosco, la bondad, amor sobrenatural vinculado a la racionalidad y a la comprensión humana paterna y fraterna, transforma la relación educativa en una relación filial, fraterna y el ambiente de educación en una familia" " La bondad significa más la manifestación de un simple sentimiento y de afecto; ella se expresa como algo sobrenatural, místico, como una energía espiritual que se proyectaba en los jóvenes, cautivándolos para el amor de Dios y para evitar todo lo que pudiera ir en contra de él. La bondad como "amor que se exterioriza en palabras, acciones y hasta en las expresiones de los ojos y del rostro

La “BONDAD” no es el objetivo de la FORMACIÓN DE TODAS LAS PERSONAS; el objetivo de la LOS FDS es la formación integral del JÓVEN. La BONDAD es un método para llegar a una meta a través de la aplicación de medios adecuados. Como método, ella se encuentra en la zona de los sentimientos y de la afectividad. La BONDAD es LA IRRADIACIÓN DE LOS SENTIMINTOS DE LUZ,QUE PROVIENEN DE NUESTRAS ESENCIAS, es amor eficaz, es amor productivo. No es una idea, sino una DECISIÓN

EL AMOR

El Amor espiritual es el valor principal de esta Pedagogía preventiva.

San Pablo NOS dice: Bondad es paciente, es benigna, sufre todo el tiempo, pero está siempre esperando y soporta cualquier incomodidad La bondad es, de hecho, AMOR sobrenatural, en el sentido de las motivaciones de FE y de la relación entre coordinadores asesores, Y LOS QUE ESTAN EN SEGUIMIENTOS.: pequeñas atenciones, respeto a Cristo, representado y presente en ellos, “CUANDO HAY DOS O MÁS REUNIDOS EN MI NOMBRE, ALLI YO ESTOY EN MEDIO DE UDES,.. Al mismo tiempo, significaba el amor de Dios al desdoblarse sobre ellos a través del coordinador

La “BONDAD” es AMAR sobrenaturalmente que no olvida las pequeñas atenciones, el respeto y la dedicación afectuosa a los jóvenes, Don Bosco puso sus obras bajo la protección de San Francisco de Sales, por haber sido él testimonio de BONDAD y de buenas maneras

"Son las cosechas y los resultados seguros de ESTA NUEVA PEDAGOGÍA DE LA bondad fundado sobre lo más sólido y duradero que existe: la BONDAD y la caridad jamás terminará (1Cor 13,8)".

EL AMAR Y FAMILIARIDAD

Don Bosco, siendo huérfano de padre desde los dos años, tuvo la experiencia de su ausencia y encontró en ese sacerdote de edad todo el cariño para no revelarse. Supo entender la necesidad que sus jóvenes tenían de un padre que los amara.

Dentro de la estructura familiar que nosotros soñamos en nuestras comunidades, que los señores coordinadores, asesores, Papas espirituales, sean BONDADOSOS

De tal manera QUE SI ALGUNO DE ellos carece de BONDAD ninguna coordinación puede OBVIAR este requisito indispensable. “No basta amar, decía S.J.BOSCO TENGO QUE DEMOSTRARLO”,Y que le llegue sanamente al joven, QUE SE DE CUENTA Y QUE LA SIENTA..

Es indispensable" crear en los ambientes y en las relaciones personales un ambiente “favorable, música suave de paz espontáneo de familia"

“Hacerse amar no es hacerse temer”.

Les pido a todos los Coordinadores, asesores y papas espirituales que traten a los su jóvenes, como sus hermanos mayores o menores, ya que tenemos un PADRE común que AMA sin discriminación alguna.

SE PUEDE LLEGAR A DECIR QUE LA FORMACIÓN ES DETERMINANTE, ,en el ambiente en que nos desarrollamos

La familiaridad y la bondad conducen a la superación práctica de la dicotomía "tirano joven" y de la "autoridad-libertad" y favorece un ambiente de confianza, de alegría y de espontaneidad.

En la Carta de Roma, Don Bosco pone en los labios de un ex alumno: "Vea, la familiaridad induce al afecto y el afecto produce confianza. Es eso lo que abre los corazones y los jóvenes se expresan sin miedo a los profesores, asistentes y superiores" (1965i, pág. 318).

La “BONDAD” se manifiesta, concretamente, en EL MANUAL DE PROCEDIMINTO PARA TODAS LAS DISTNTAS COMUNIDADES que son reducidas al mínimo indispensable, en la relación cordial entre coordinadores, asesores y padres espirituales y las personas de la comunidad, sin distancias ni protocolos.

La BONDAD que, de parte del COORDINADOR, se vuelve razón y amor y de la parte del INVITADO Y DEL QUE ESTA EN PROCESO, se transforma en confianza, amistad, espontaneidad y colaboración, es la fuente DE LA sicología de la BONDAD de Don Bosco En la anteriormente mencionada Carta El ambiente de los retiros (de fin semana)FDS y en los seguimientos,:no valen "sin alegría sana, sin cánticos, música, guitarras juegos, teatro etc. con la presencia de jóvenes sin confianza en sus COORDINADORES por el hecho de que están lejos de sus juegos y de sus vidas".

Para que regrese el antiguo espíritu de alegría y de confianza, y logre romper la barrera fatal de la desconfianza, RECOMENDAMOS:

Familiaridad con los jóvenes, especialmente en el recreo. Sin familiaridad no se puede demostrar afecto y sin esa demostración no puede existir confianza. Quien quiere ser amado debe demostrar que ama. El maestro observado desde la perspectiva exclusiva de la cátedra, es puro maestro, pero si está en el recreo con los jóvenes, se vuelve hermano. Si alguien habla sólo del púlpito, producirá la sensación de deber cumplido, pero si pronuncia una palabra en el recreo, es la palabra de Alguien que ama

Sólo el amor (la caridad) puede reavivar LAS COMUNIDADES Y NO CAER EN LA RUTINA.

Cuando la bondad disminuye es porque las cosas ya no marchan bien. ¿Por qué quieren sustituir la amistad profunda por la frialdad de un reglamento? ¿Por qué los coordinadores se apartan de la vigilancia de las reglas que ECO les ofreció? ¿Por qué prefieren reemplazar, poco a poco, LA fe preventiva de amor para combatir los desórdenes por la imposición de leyes, menos pesada y más cómoda, para quien manda, pero que sólo se mantiene con castigos y enciende odios y engendra decepciones

Permítanos tratar los jóvenes con el amor y ellos nos amarán, tratémoslos con respeto y ellos nos respetarán

Amor y simpatía por la juventud

Don Bosco declara: "Mis estimados jóvenes, yo los amo con todo el corazón. El único hecho de saber que son jóvenes es suficiente para que los ame profundamente" (1952, pág. 7).

YO siento la misma atracción por los jóvenes que Don BOSCO, le encantaba estar con ellos y se creía en misión para salvarlos. Desde los primeros años de ministerio en las cárceles, hospitales, bares y en el Oratorio, percibió que a los jóvenes les faltaba una mano que los apoyara, que se preocupara por ellos. (Bosco, 1946, pág. 84

En la circular sobre los castigos, se acuerda que "esta estimada juventud ha sido siempre el cálido objeto de mis preocupaciones, de mis estudios, de mi ministerio sacerdotal y de nuestra congregación" (1965b, pág. 306).

En la Carta de Roma le asegura a un antiguo alumno:

Sabes cuánto los (jóvenes) amo. Tú conoces muchas de mis penas en el transcurso de estos cuarenta años y todo lo que soporto y sufro en este momento. Tantos trabajos, tantas humillaciones, tantas oposiciones, tantas persecuciones para darles el pan, la casa, profesores y, especialmente, para garantizarles la salvación del alma. Hice todo lo supe y pude hacer por ellos (jóvenes), que son el amor de mi vida (Bosco, 1965i, pág. 320).

La educación de los jóvenes debe ser realizada en un ambiente de afecto porque es "cosa del corazón" (Bosco, 1965b, pág.316). Si los educadores amaran lo que les gusta a los jóvenes, los jóvenes amarían lo que les gusta a sus educadores:

"... quien es amado logra cualquier cosa, especialmente de los jóvenes. La confianza establece una corriente eléctrica entre jóvenes y superiores. Los corazones se abren, expresando sus necesidades y sus defectos (Bosco 1965i, pág. 322).

Para juzgar la acción de un joven y, antes de castigarlo, es necesario ponerse en su lugar: "Él, quizás, no crea tener mucha culpa en la falta que cometió; más por indiferencia que por maldad". (Bosco, 1965b, pág. 307).

La BONDAD tiene tonalidades especiales de simpatía, de confianza y de apertura (Braido, 1964, pág. 351).

Usando esta simpatía y este amor en la forma de tratar a los jóvenes, Don Bosco recomienda a los educadores:

No hablar mal o ridiculizar las cosas que les agradan, como, por ejemplo, la patria, la ropa, los amigos, la nobleza o la pobreza, su inteligencia, su fisonomía, su familia, su nombre y sus defectos corporales, Todos los sobrenombres y reírse de los minus validos. Formas de andar, tono de voz .Jesús nos dice; que no juzgue, no condene,,”sacate primero el tronco que tienes en tu ojo...(Mt. 7). cf. Ceria, 1933, pág. 846-847).

El educador del sistema preventivo debe dialogar con el alumno, en una relación personal activa y sincera colaboración, sin manipulaciones. En esta sicología espiritual amar a Jesús que esta dentro de mí y del joven que al frente. Estar lleno de paciencia, esperanza, dulzura ,respeto. Quien no sabe amar, no sabe educar.

La Sicología de la Bondad

Se conseguirá mucho más con una mirada de bondad, con una palabra acogedora, que llene el corazón de confianza, que con muchas reprensiones que sólo traen inquietudes y reprimen su espontaneidad (1965b, pág. 312-313).

EL "mensaje fundamental de Don Bosco es el amor espiritual que siente por los jóvenes" (1977, pág. 23).

El amor benévolo, manifestado, que hace crecer

En el Oratorio, cada uno de los jóvenes se creía el preferido de Don Bosco, porque él sentía una gran comprensión por el joven en su situación de persona singular. ”Amar lo que los jóvenes aman

En la carta de 1884, Don Bosco pide para que ellos amen lo que nosotros amamos es la demostración del amor a través de gestos concretos y visibles:

Que los jóvenes no sean amados, pero que ellos propios sepan que son amados... que siendo amados en las cosas que les gustan, como participar en sus inclinaciones infantiles, aprendan a ver el amor en las cosas que naturalmente poco les agradan, como la disciplina, el estudio, la mortificación de sí mismos; aprendan a hacer todo eso con entusiasmo y amor (1965i, pág. 320).

Resalta también que "quien sabe que es amado, ama..." (1965i, pág. 332).

La BONDAD, entonces, incluye comprensión y afecto benévolo, manifestado y visible. Los jóvenes se dan cuenta del bien que se les hace y tienen "el corazón sensible, fácilmente abierto al reconocimiento" Destacamos todavía este amor universal de Don Bosco cuando afirma que él "ama la naturaleza, la belleza, la juventud, el amor y la alegría" (1964, pág. 403).

LA LIBERTAD Y LA ALEGRIA:

La relación del tipo padre e hijo y hermanos entre coordinadores y asesores, presencia continuada del P ESPIRITUAL y los jóvenes que están haciendo sus seguimientos en espíritu de familia, se vive en la confianza mutua, en la libertad y alegría

La libertad

Para Don Bosco, la libertad es una consecuencia de la dignidad de la persona Él mismo no estaba preso a esquemas rígidos y defendió la libertad de opinión frente a los ministros Cavour y Farini

En sus últimos años de vida, fue entrevistado por el Diario de Roma (25/04/1884) sobre su sistema preventivo:

¿Mi sistema? Sencillísimo: darles total libertad espiritualidad a los jóvenes para que hagan lo que más les apetezca. El problema es descubrir en ellos los gérmenes de las buenas disposiciones e intentar desarrollarlas. Y como cada uno hace con placer sólo lo que sabe es capaz de hacer, yo me oriento por este principio, y todos mis alumnos trabajan no sólo con dinamismo, sino con amor (cf. Ceria, 1936, pág. 85).

Su mentalidad era dejar "el mayor campo posible a las libertades"

En su tratado sobre el sistema preventivo decimos:

Dar amplia libertad de correr, saltar y gritar a rienda suelta. Los ejercicios de físicos y deportivos, la música, canto, la declamación, el teatro, los paseos, son medios muy eficaces para lograr la disciplina, favorecer la moralidad y conservar la salud. Hay que tener cuidado para que el tipo de diversión, las personas que participan en ella, las charlas no sea reprensibles. "Hagan lo que quieran, decía el gran amigo de la juventud S. Felipe Neri, pues a mí sólo me importa que no cometan pecados" (Bosco 1965g, pág. 295).

En el F.D.S. y seguimiento, la vida es más libre y espontánea que en otros lugares de jóvenes.

El manual de procedimiento no debería eliminar la espontaneidad de los alumnos Sin embargo, "la familia de Don Bosco no es una república o una ciudad de jóvenes", ni poseen un régimen parlamentario, sino un lugar donde el niño o el joven se sentía amado y valorizado y donde había espacios de libertad que favorecían el florecer de su personalidad.

ALEGRÍA

Don Bosco siempre ha sido una persona alegre y daba espectáculos recreativos desde niño. Fundó "la sociedad de la alegría" en la Escuela de Chieri y buscaba proporcionar alegría al ambiente del seminario. Una vez ordenado, con sus magias, historias y entusiasmo, alegraba centenas de jóvenes (1946, pág. 116).

Escribió mucho sobre la alegría: en La vida del joven Besucco, el capítulo XVIII (1864, pág. 239-241) está dedicado a ella; lo mismo ocurre en el Tratado sobre el Sistema Preventivo (1965g, pág. 295);

No concebía un ambiente verdaderamente educativo sin alegría, sin vibración, como lo demuestra claramente en la Carta de Roma, donde dice que "el mejor plato de una cena es el buen humor", refiriéndose a la necesidad de una alegría que realmente proviene de un ambiente sano donde todos se sientan a gusto (1965i, pág. 318-319, 324).

La alegría es uno de los elementos que constituyen el sistema de Don Bosco, junto al estudio y a la piedad; es "el resultado de una instructiva evaluación psicológica del espíritu familiar", de una evaluación cristiana de la vida y de una FE de amor, salvación y gracia (

La alegría es todavía el timbre particular del sistema educativo de Dom Bosco (Braido, 1964, pág. 117).

Para SAN JUAN BOSCO, la alegría se manifestaba, principalmente, en el recreo, y ésta es uno de los mensajes más destacados en la Carta de Roma (Bosco, 1965i, pág. 317-327).

"Para Don Bosco, la recreación constituía una radiografía del grupo" y "favorecía el encuentro espontáneo del joven con su P.Espiritual" El juego, la alegría y el ambiente festivo son esenciales y atraen a los jóvenes).

Las fiestas, bien distribuidas durante el año, eran Y son los momentos claves de integración mayor de toda la familia educativa en un objetivo religioso. En el reglamento para los alumnos externos escribe: "El objetivo del Oratorio Festivo es ocupar la juventud en los días de fiesta, con agradable y honesta recreación, luego de haber asistido a las sagradas funciones de la Iglesia" (1877, pág. 3).

La música estuvo presente en la vida del Oratorio desde el principio, en el año 1842, con las canciones y la banda. Don Bosco dice que las reuniones festivas sin cánticos y sin música serían "como un cuerpo sin espíritu". La música es un factor de la educación, favorece la creación de un ambiente tranquilo de alegría y de participación de los jóvenes y estimula las funciones cívicas, escolares, sociales y religiosas de la CCEES

El teatro también sirve para crear el clima y la atmósfera de alegría y de participación

Los paseos eran hechos a menudo y a pie, en grandes grupos, y con mucha bulla y espontaneidad. Se volvió célebre el paseo que hizo con los presos de Generala, sin escolta, y regresando todos juntos, al final del día, a la cárcel Los paseos eran un medio para revitalizar la salud y para mantener la alegría y hacía parte del "gustar de lo que a ellos les gusta"

La fe y la religión, para el Santo Educador, deben ser cultivadas en una atmósfera de alegría sincera y de expansión juvenil, garantizadas por el amor, por la paternidad y por la confianza).

APLICACION DEL AMOR

EN LA ACTIVIDAD Y EN LA ORIENTACION ACADEMICA

El amor de Don Bosco en las actividades académicas

DoN Bosco fue profesor de alfabetización, de latín, de italiano, de francés, de historia sagrada, de geografía, de aritmética, de piano y de canto y debe de haber iniciado sus jóvenes en el aprendizaje de oficios como sastrería y encuadernación (Bosco, 1946, pág. 122).

A sus clases asistían hasta pedagogos de su época (1946, pág. 123).

Cuenta en las Memorias del Oratorio como conseguía, sólo con las clases dominicales, alfabetizar, en pocos meses, sus rudos jóvenes trabajadores Escribió de 1847 a 1849 un libro de ocho diálogos sobre el sistema métrico decimal (Braido, 1965, o. 605-638).

Él orientaba a los directores para que se mantuvieran alertas respecto a cualquier problema físico o moral de los profesores (1845, pág.283).

En la circular sobre los castigos afirma que "los profesores que no perdonan ninguna acción de sus alumnos tienen la costumbre de perdonarse a sí mismos ante cualquier circunstancia (1965b, pág.308).

Los profesores deben tener paciencia y ponerse al nivel de la capacidad de los alumnos El sistema preventivo bien comprendido rompe las barreras que puedan existir entre los profesores y los alumnos,

Don Bosco quería que los profesores interrogaran a todos los alumnos, dialogaran y dramatizaran bastante en la exposición del tema (1875, pág. 283).

Él utilizaba técnicas del COMPARTIR personalizadas y pedía lo siguiente a sus profesores:

Estoy también a favor de que hagan muchas preguntas profundas o mayéuticas y si es posible, no dejen pasar un día sin preguntar a todos. A razón de eso, se obtendrán ventajas incalculables... Preguntar, preguntar mucho, preguntar muchísimo; cuanto más logramos que los alumnos hablen, tanto más aumentan las probabilidades de sembrar buenos frutos Esta es la mayéuticas que nos ayudan a interactuar con nuestros jóvenes .Especialmente en los enfoque de los temas y después de los Testimonios y vivencias.

LA BONDAD EXPRESIÓN DE LA PRESENCIA DE JEÚS EN MEDIO DE NOSTROS.

"LA PALABRA SABIA AL OIDO". LOS SALUDOS DEL PADRE ESPIRTUAL EN TODOS LOS FINES DE SEMANA" SON INDISPENSABLES.

Las "palabras al oído" en el DESCANSO son el medio más utilizado por los coordinadores y cualquiera de nosotros que tenemos sed de almas, así mismo las llamadas telefónicas oportunas a aquellos jóvenes que están mal por tantas causas, especialmente las afectivas.

Es indispensable tener entrevistas cortas con todos los jóvenes, especialmente los de mayor responsabilidad.

Te sugiero estar perito en el lenguaje facial, que yo tengo para ti y dejar que el joven hable bastante para analizar su carácter, su capacidad y se desahogue

c) Orientación vocacional

CON ANGUSTIA Y ESPERANZAS LES PIDO QUE MIREMOS A NUESTRO FUTRURO; NECESITAMOS MILES DE JÓVENES COORDINADORS Y ASESORES Y SOBRE TODO SACERDORDOTES Y DICONOS, MATRIMONIOS COMO PAPAS ESPIRITUALES, DE LO CONTRARIO ESTA GRAN MISIÓN QUE TENMOS SE ESCAPA DE LAS MANOS.:

La pedagogía de los fuertes ideales debe conducir al hombre a una buena selección vocacional

Como ya hemos dicho, la dirección espiritual, ES INDISPENSABLE HOY. Te invito a prepararte para acoger a miles de jóvenes La orientación es una forma de capacitarte para tal misión. Si realizamos esta auto capacitación en los E C O S podemos llegar a realizar el sueño del “estilo de vida. ”Que te prepara NOS para defendernos de tantas separaciones, injusticias, enfermedades sicosomáticas y nos defiende de una civilización del poder y dinero mal entendido que no llena el alma.

EL BONDAD EN ROGERS

EL CONCEPTO DE PERSONA HUMANA EN ROGERS

Carl Rogers fue formando su concepto de persona desde la vida familiar, en que la severidad de la religión lo inducía a una visión negativa de la persona humana. Durante el período de estudiante, revisó aquel concepto. En su vida profesional - gracias al contacto con personas de todas las edades, de convicciones sociales, de culturas variadas, de los dos sexos y en situaciones de las más diversificadas - creó algunas convicciones y determinó una teoría en que presenta la persona humana de manera positiva y optimista, con posibilidad de desarrollo para alcanzar una vida plena.

Carl ROGERS era de temperamento “SENTIMENTAL”.

TENAZ, INTELIGENTE, CON RIGOR CIENTIFICO,,NO ERA FACIL DE INTUIR LO QUE

PENSABA, INTELECTUALMENTE MUY ESTUDI0SO.CON CARACTERISTICAS DE ARTISTA.

Rogers tomó como base de su teoría la experiencia observada y controlada, afirmando en la obra Terapia Centrada en el Paciente: "Actuando bajo esta perspectiva, me pareció ser perfectamente natural que la frágil flor de la teoría naciera en el terreno sólido de la experiencia (Rogers, 1974ª, pág.31).

Evolución del pensamiento de Rogers

Carl Ranson Rogers nació el 08 de enero de 1902, en Oak Park (Illinois). Él cuenta en Llegar a Ser Persona:

Fui educado en una familia extremadamente unida, en que reinaba una atmósfera religiosa y moral muy estricta e intransigente, y que tenía un verdadero culto por el valor del trabajo. Fui el cuarto de un total de seis hijos. Mis padres sentían un gran afecto por nosotros y nuestro bienestar era para ellos una constante preocupación. También controlaban nuestro comportamiento, de manera sutil y, a la vez, afectuosa. Ellos consideraban - y yo estaba de acuerdo con esa idea - que nosotros éramos diferentes de las otras personas: no tomábamos nada con alcohol, no bailábamos, no jugábamos a las cartas y no asistíamos a ningún espectáculo; una vida social muy reducida y mucho trabajo (Rogers, 1977a, pág. 17).

En un artículo suyo, reproducido en La Persona como Centro, explica mejor la influencia del hogar:

En un hogar religioso estrictamente fundamentalista, absolví las actitudes de mis padres con relación a los otros. No estoy seguro si realmente creía en ellas. Lo que sé es que actuaba de acuerdo con estos valores. Pienso que las actitudes respecto a las otras personas que no hacían parte de nuestra extensa familia pueden ser resumidas categóricamente de la siguiente manera: las otras personas se portan de forma dudosa, no aprobada por nuestra familia. Muchas de ellas juegan a las cartas, van al cine, fuman, bailan, beben y tienen otras actividades - algunas de ellas no vale la pena siquiera mencionar. Así siendo, la mejor actitud es ser tolerante, pues, quizás, no conozcan nada mejor, y mantenerse alejado de cualquier comunicación más cercana con ellos y seguir viviendo en el seno de la familia. Apartarme de ellos y mantenerme separado es un dictado bíblico que conviene seguir.

De lo que puedo recordar, este alejamiento inconscientemente arrogante determinó mi comportamiento durante toda la enseñanza básica. Estoy seguro de que no tenía amigos íntimos (Rogers, 1977e, pág. 195).

Sigue el relato de los orígenes de su filosofía de vida:

Sabía que mis padres me amaban. Sin embargo, nunca me pasó por la cabeza compartir con ellos cualquiera de mis sentimientos o pensamientos personales o más íntimos, pues sabía que serían condenados o declarados vanos. Mis pensamientos, mis fantasías y los pocos sentimientos de los cuales tenía conciencia, los mantenía ocultos. Podría resumir estos años de la niñez diciendo que cualquier cosa que hoy considerara como una relación interpersonal, cercana y comunicativa con el prójimo, estuvo completamente ausente durante este período. Mi actitud con relación a los otros, fuera del ambiente familiar, se caracterizaba por la distancia y por el alejamiento que adquirí de mis padres (Rogers, 1977e, pág. 196).

Es interesante observar que en ninguno de sus relatos hace referencia al nombre de sus padres y de sus hermanos, cuando lo hace respecto a las muchas personas que marcaron su vida.

En el inicio de la pubertad, su padre se compró una finca y llevó toda la familia, tal vez, para alejar los hijos adolescentes de las "tentaciones" de la vida de la ciudad. Dice Rogers en Psicoterapia y Relaciones Humanas:

el

Yo tenía más o menos doce años cuando mi familia se fue a vivir en el campo para explotar una hacienda. En este ambiente, luego empecé a desarrollar un interés apasionado por los métodos experimentales de la agricultura y de la creación de ganado y, por mi propia iniciativa, estudié con ahínco los enorme volúmenes que trataban de estos asuntos. Desde estos primeros contactos con el método experimental, nunca más pude dejar de sentir una atracción y un respeto cada vez más grande por la manera científica de aborda un problema y de promover conocimiento (Rogers, 1977d, n. 145).

Durante este período, no tuvo ningún amigo íntimo y sólo una vez tuvo una cita con una niña para una cena de graduación (Rogers, 1977e, pág. 196).

La Universidad fue un escalón decisivo en la formación de Rogers. Esta afirmación se encuentra eso en todos los relatos de su vida:

La Universidad representó el primer sendero en esta experiencia solitaria. Ingresé a la escuela de agricultura, luego, me asocié a un grupo de compañeros que se reunían en la ACM. A partir de este interés particular, nos transformamos en un grupo dinámico, autodirigido, que se dedicaba a todo el tipo de actividad. Fue, entonces, que descubrí por primera vez lo que significaba tener compañeros e incluso amigos.

Había discusiones vivas, agradables e interesantes sobre actitudes e ideas sobre problemas morales y éticos. Había, inclusive, una especie de intercambio de problemas personales, especialmente de pareja. Durante dos años, este grupo significó mucho para mí, hasta que pedí transferencia para el curso de Historia de la Facultad de Ciencia y Letras, y, poco a poco, fui perdiendo el contacto con ellos. (Rogers, 1977e, pág. 197).

En este período fui líder de un club de varones y consejero de un campamento para jóvenes desamparados y eso marcó el sentido de su vida profesional (Rogers, 1977e, pág. 197).

Empezó a pensar, también, en ser pastor, tal vez influenciado por el grupo de jóvenes al que asistía.

Podemos observar esta afirmación en su relato:

Durante mis dos primeros años de curso, hubo un cambio en mi vocación profesional, consecuencia de apasionadas reuniones estudiantiles sobre religión: desistí de la agricultura científica a favor del sacerdocio - un pequeño cambio. Pedí transferencia, entonces, de la Agricultura para la Historia, juzgando que esta sería una mejor manera de preparación (Rogers, 1977a, pág. 18-19).

Luego, fue elegido para participar de un Congreso en China:

En mi primer año, fui escogido entre doce estudiantes estadounidenses para hacer un viaje a China, a fin de participar en un Congreso Internacional de la Federación Mundial de los Estudiantes Cristianos. El hecho representó para mí una experiencia de extraordinaria importancia. Estábamos en 1922, cuatro años terminados la Primera Guerra Mundial. Me di cuenta de la amargura con que los franceses y los alemanes continuaban odiándose, aunque parecieran simpáticos a un nivel individual. Fui forzado a admitir y a comprender como las personas sinceras y honestas podían creer en doctrinas religiosas muy divergentes. Me emancipé por primera vez de la actitud religiosa de mis padres y me di cuenta de que ya no era posible seguirles (Rogers, 1977a, pág. 19).

Eso provocó choques con sus padres, pero esta revolución interior estaba reprimida desde la infancia:

Esta independencia de pensamiento provocó una gran decepción y grandes tensiones en nuestras relaciones, pero, observando los hechos desde otra perspectiva, comprendí que fue en este momento, más que cualquier otro, que logré mi independencia. Es obvio que existía mucha turbulencia y rebelión en mi actitud durante todo este período, pero la ruptura esencial ocurrió durante los seis meses de mi viaje al Oriente y, a partir de entonces, esa actitud se confirmó fuera de la influencia familiar (Rogers, 1977ª, pág. 19).

En esta época ya empezaba a tener citas con las muchachas. Al principio, tímidamente. Y ocurrió algo que Rogers llama de "un importante hecho de mi vida particular". Continúa:

Fue durante mi viaje a China que me enamoré de una muchacha que ya conocía desde hace muchos años, desde la infancia, y con quien me casé, con la reluctante aprobación de nuestros padres, luego que terminé mis estudios secundarios para que pudiéramos proseguir juntos los estudios universitarios. No podré ser muy objetivo en este tema, pero estoy convencido de que el apoyo de su amor y el afecto de su compañía a lo largo de todos estos años fueron un factor de enriquecimiento extremadamente importante en mi vida (Rogers, 1977a, pág. 19).

Para el joven Carl Rogers tuvo una importancia VITAL el matrimonio para su evolución y para una real comunicación con las personas:

...y fue, entonces, que, gradualmente, se estableció una profunda comunicación de expectativas, ideales y objetivos. Descubrí que los más íntimos pensamientos y planes para el futuro realmente podrían ser mutuamente compartidos con otra persona. Fue una experiencia de crecimiento (Rogers, 1977e, pág. 198).

Además de su matrimonio, en 1924, se vuelve bachiller en Historia y resuelve ingresar al Union Theological Seminary, "es esta época el seminario más liberal del país, con el objetivo de prepararme para una misión religiosa" (Rogers, 1977a, pág. 19). Una vez abandonada la religión tradicional de sus padres, siente atracción por las concepciones religiones más modernas. Dos experiencias llamaron su atención en el Union Seminary:

La primera fue un seminario organizado y a cargo de sus propios alumnos, sin ningún liderazgo por parte de los miembros de la facultad. Juntos asumimos la responsabilidad por los asuntos que elegimos y por la forma como deseábamos conducir nuestros problemas personales relacionados con el trabajo y nos volvimos, a razón de eso, un grupo con confianza mutua, que discutía problemas profundos y que vino a modificar la vida de muchos de nosotros (Rogers, 1977e, pág. 198).

Las cuestiones que discutíamos en el seminario mostraron a Rogers y a muchos de sus compañeros las dificultades para aceptar las restricciones de una doctrina religiosa. Otro hecho lo motivó a abandonar el seminario y a ingresar en la Universidad de Columbia:

La segunda experiencia fue un curso sobre trabajo con jóvenes, administrado por Goodwin Watson - que todavía es un instructor activo en la NTL (National Training Laboratory) y un líder educacional progresista. Con este curso me di cuenta, por primera vez, que trabajar cerca de las personas podría ser una profesión.

Vislumbraba una alternativa para el trabajo religioso y, como resultado de estas dos experiencias, "crucé la calle" (literalmente), para el Teacher´s College, de la Universidad de Columbia, donde Goodwin Watson fue el orientador de mi tesis. Empecé a trabajar en psicología clínica y a través de William Heard Kilpatrick me puse en contacto con el pensamiento de John Dewey (Rogers, 1977e, pág. 199).

En el Teacher´s College sigue el interés por la psicología y la psiquiatría, que ya iniciara en el Union. Pudo encontrar en este establecimiento la atmósfera del estudio serio y científico, como le gustaba:

En el Teacher´s College, el enfoque era comprender al individuo a través de pruebas, mediciones, entrevistas, diagnósticos y consejos que representaban el tratamiento. Sin embargo, este tipo de abordaje venía mezclado de calor por la personalidad de Leta Hollingworth, quien enseñó mucho más a través de su persona que de sus clases (Rogers, 1977e, pág. 199).

Enseguida, hizo la práctica en el Institute for Child Guidance, de Nueva York, donde el ambiente era bien diferente. Existía el predominio del psicoanálisis freudiano. Aprendió a trabajar con los exhaustivos "históricos de los casos", abarcando las personalidades de los abuelos, padres y tíos, traumas del nacimiento, forma de destete, dependencia, relación con los padres, pruebas Rorschach y entrevistas a los niños (Rogers, 1977e, pág.199).

Este método de trabajo entró en conflicto "con las respectivas estadísticas, rigurosas, científicas y fríamente objetivas, que prevalecían en el Teacher´s College" (Rogers, 1977a, pág. 21).

Pasa por un período fecundo, pero muy caótico:

Al mismo tiempo que preparaba mi doctorado, sentía de manera aguda la incompatibilidad radical que existe entre el espíritu altamente especulativo, característico del Institute for Child Guidance, y los conceptos rigurosamente experimentales y estadísticos que reinaban en Columbia - es decir, entre el pensamiento de Freud y el de Thorndike (Rogers, 1977d, pág. 146).

Aunque haya defendido la tesis de doctorado en 1931, buscó en 1928 un lugar para trabajar y mantenerse. No fue fácil y se alegró cuando lo logró:

Empecé a trabajar como psicólogo en el Child Study Departament de la Asociación para la Protección a la Infancia, en Rochester, Nueva York. Éramos tres psicólogos en este centro de estudios y mi sueldo era de USD 2.900 anuales (Rogers, 1977a, pág. 21).

El Departamento de Estudio del Niño de Rochester era "en la realidad una clínica infantil de orientación para niños delincuentes y niños que se encontraban bajo la tutela de instituciones sociales debido a las condiciones familiares precarias" (Rogers, 1977e, pág. 200). Empezó haciendo diagnósticos y programas para los casos de niños delincuentes y sin recursos financieros que eran mantenidos por los tribunales y por los servicios sociales. Intentó ser objetivo, profesional y sin involucrarse personalmente como aprendiera en el curso. Algunos episodios, que Rogers llama "incidentes" pusieron en jaque sus convicciones anteriores y le provocaron una nueva manera de encarar las personas y de ayudarlas. El último incidente fue con una madre que rechazaba a su hijo. Ya estaba a punto de desistir del caso cuando la madre le pide que sea su consejero y le cuenta muchos detalles importantes que no habían sido recopilados en el "histórico de los casos".

Rogers afirma que:

Este incidente fue uno de los que me alertaron en el hecho de que - y sólo tiempos después me di cuenta claramente - es el propio cliente que sabe de lo que sufre, qué rumbo tomar, qué problemas son cruciales y qué experiencias fueron profundamente reprimidas. Empecé a comprender que para ir más allá de demostrar mi propia clarividencia y mi sabiduría, lo mejor era dejar al cliente el timón del movimiento en el proceso terapéutico (Rogers, 1977a, pág. 24).

Se quedó 12 años en Rochester y sólo cuando se fue a dar clases de psicología clínica en la Universidad de Ohio, se dio cuenta de que, por la fuerte reacción de los profesores y de los alumnos, sus ideas eran bastante originales y se diferenciaban mucho de las teorías psicológicas que estaban de moda. Tuvo la influencia de Rank y, más tarde, también se sintió atraído por las ideas de Kierkegaard, Buber y Polanyi.

Trabajó también en las Universidades de Ohio, Chicado, Wisconsin y está en el Centro de Estudio de la Persona en La Jolla (California). Rogers se convirtió en defensor del valor de la persona libre, autónoma, comprensiva, auténtica y en pleno funcionamiento.

Diversos conceptos de la naturaleza humana

En el ámbito de la psicología y de la psicoterapia, hay varias escuelas, cada una con un cuadro de referencia teórica particular. Estudiando el concepto de persona humana, ha buscado, para efecto de investigación, reunir las varias corrientes en tres grupos: la pesimista, con Freud; la de la conducta (neutra), con Skinner, y la optimista, con el humanismo de Rogers.

Concepto optimista de Rogers sobre la persona

El concepto de Rogers sobre el modelo de hombre y de mundo es opuesto al de Skinner. Para Rogers, la realidad es un fenómeno subjetivo. "La diferencia básica entre las posiciones de conducta humanística con relación a los seres humanos reside en una opción filosófica" (Rogers, 1977e, pág. 36).

La cuarta parte del libro “Llegar a Ser Persona” tiene como título "Una Filosofía de Persona", donde Rogers empieza preguntando: "¿Cuál es mi objetivo en la vida? Y la única respuesta que lo satisface es la de Soren Kierkegaard: "Ser lo que realmente somos" (Rogers, 1977a, pág. 146).

Carl Rogers ve al hombre de una manera esencialmente positiva y optimista:

Me queda señalar una lección que aprendí y que está, tal vez, en la base de todo lo que vengo exponiendo... La lección es simplemente ésta: la experiencia me enseñó que las personas tienen fundamentalmente una orientación positiva. En mis relaciones más profundas en psicoterapia, aunque con aquellas personas cuya conducta era la más antisocial posible, con aquellas cuyos sentimientos eran menos normales, la afirmación sigue siendo verdadera. Cuando logro efectivamente comprender los sentimientos que expresan, cuando soy capaz de aceptarlos como personalidades diferentes, como es el derecho de cada uno, me doy cuenta que tienen la tendencia a orientarse en determinadas direcciones. ¿Y cuáles son las direcciones que sus movimientos subentienden? Las palabras que considero que puedan describir con mayor verdad esa dirección son palabras como: positiva, constructiva, con tendencia a la autorrealización, evolucionando para la maduración y hacia la socialización (Rogers, 1977a, pág. 38).

Para Rogers, la naturaleza humana es fundamentalmente digna de confianza. En “Llegar a Ser Persona” (pág. 174) y en Libertad para Aprender (pág. 272):

Parece evidente que otra consecuencia de la perspectiva que estoy presentando es que la naturaleza profunda del ser humano, cuando funciona libremente, es constructiva y digna de confianza.

Rogers tiene conciencia de que esta afirmación va en contra del concepto común de los profesionales de su área:

Uno de los conceptos más revolucionarios que se destacó de nuestra experiencia clínica fue el reconocimiento progresivo de que el centro más íntimo de la naturaleza humana, las capas más profundas de su personalidad, la base de su naturaleza animal, son naturalmente positivos - fundamentalmente socializado, guiado hacia delante, racional y realista (Rogers, 1977a, pág. 92).

Esta fe en la persona es un elemento que está siempre presente en sus escritos:

“Cuando esta capacidad única del ser consciente que el hombre posee funciona de forma libre e integral, nos damos cuenta de que lo tenemos delante de nosotros no es un animal, del que debemos sentir miedo, no es una bestia, la que debemos controlar, sino un organismo que es capaz de alcanzar, gracias a la extraordinaria capacidad integradora de su sistema nervioso central, una conducta equilibrada, realista, valorizándose a sí mismo y valorizando al otro, conducta que es el resultado de todos esos elementos de la conciencia (Rogers, 1977a, pág. 105-106).

Sigue diciendo que sólo podemos temer al hombre cuando él es menos que un hombre integral:

Pero cuando él es plenamente hombre, cuando él es un organismo integral, cuando la conciencia de su experiencia, ese atributo específicamente humano, funciona plenamente, podemos confiar en él, pues su conducta es, entonces, constructiva. No siempre será convencional. Será individualizada, pero será igualmente socializada (Rogers, 1977a, pág. 106).

Analizando una entrevista de una paciente dice: "Debajo de la capa de una conducta controlada, debajo de la amargura y del sufrimiento hay un "yo" que es positivo y que no siente odio" (Rogers, 1977a, pág. 102).

Con otras palabras QUE DIOS NO ES BASURA Y SU ESENCIA ES MARAVILLOSA.

Esta visión de Rogers significó para él su alejamiento de la tradición cristiana protestante, que "impregnó nuestra cultura de la idea de que el hombre era fundamentalmente pecador y que sólo por milagro puede ser aniquilada su naturaleza pecadora" (Rogers, 1977a, pág. 92). Representó, también, la negación de la manipulación de la persona por el especialista:

Espero haber aclarado que, en el transcurso de los años, me alejé mucho de algunas cosas en las cuales creía inicialmente: de que el hombre es, en su esencia, un pecador; de que, profesionalmente, él es mejor tratado en cuanto objeto; de que la ayuda se fundamenta en la pericia; de que el perito puede aconsejar, manipular y amoldar el individuo a fin de producir el resultado deseado (Rogers, 1973a, pág. 206).

Rogers se preocupa también con las actitudes y los sentimientos destructivos y antisociales de las personas:

No me gustaría ser mal interpretado. No tengo una visión ingenuamente optimista de la naturaleza humana. Tengo perfecta conciencia de que, por la necesidad de defenderse de sus temores íntimos, el individuo puede venir a portase de una manera increíblemente feroz, espantosamente destructiva, inmadura, regresiva, antisocial, perjudicial. Pero no deja de ser verdad que el trabajo que llevo a cabo con individuos de esta naturaleza, la investigación y el descubrimiento de las tendencias que están orientadas muy positivamente en todos ellos, y en todos nosotros, en el nivel más profundo, constituye uno de los aspectos más motivadores y revitalizantes de mi experiencia (Rogers, 1977a, p 38).

La otras concepciones sobre la naturaleza del hombre son consecuencias de estas afirmaciones sobre el positivismo del ser humano. Rogers transformó sus aseveraciones en hipótesis de trabajo y intentó comprobarlas:

Fue la hipótesis gradualmente formada y testada de que la persona tiene en su interior varios recursos para la auto comprensión, para modificar su auto concepto, sus actitudes y su conducta auto controlada y que, para movilizar estos recursos, sólo es necesario proporcionar un clima de actitudes psicológicas que les pueda facilitar el camino y que sea posible de definición (Rogers, 1977e, pág. 31).

El ser humano tiene la capacidad, latente o manifiesta, de comprenderse a sí mismo y de resolver sus problemas de modo suficiente para alcanzar la satisfacción y la eficacia, necesarias para el funcionamiento adecuado (Rogers, 1977d, pág. 39).

La capacidad es la tendencia a la actualización del organismo para el desarrollo integral de individuo y para alcanzar lo que el sujeto percibe como valorizador y enriquecedor (Rogers, 1977d, pág. 41).

El grado en que esta capacidad se realiza depende de las condiciones ofrecidas por el ambiente:

El ejercicio de esta capacidad requiere de un contexto de relaciones humanas positivas, favorables a la conservación y a la valorización del "yo", es decir, requiere relaciones que estén libres de amenazas o desafíos frente a la concepción que el sujeto hace de sí mismo (Rogers, 1977d, pág. 40).

Es inherente a la naturaleza humana la tendencia para construir y actualizar sus potencialidades. Esta tendencia exige que una persona sea libre, capaz de desarrollarse, esté en camino de la auto dirección, de la autonomía, de la apertura, de la aceptación y confianza en sí y que camine para ser un proceso (Rogers, 1977a, pág. 150-152).

Este concepto de persona como proceso está vinculado a los filósofos existencialistas. Sobre la autorealización, como cúspide del proceso vital, Rogers se apoyó en las teorías de Maslow, Goldstein y Angyal.

La tendencia para la actualización o autorrealización representa la fuerza motivadora primaria del ser humano para la totalidad de su organismo.

El funcionamiento integral de la persona, su "vida plena", es el ideal y la meta final de todo el proceso de transformación de la persona que se vuelve libre interiormente.

Este proceso implica la expansión y la madurez de todas las potencialidades de una persona. Implica el coraje de ser. Significa que se tira en plenitud por la corriente de la vida (Rogers, 1977a, pág. 176).

Al hablar sobre una persona en pleno funcionamiento, Rogers escribe:

La vida plena es un proceso, no un estado de ser. Es una dirección, no un destino. La dirección representada por la vida plena es aquella que es seleccionada por el organismo total, cuando existe libertad psicológica para movilizarse en cualquier dirección (Rogers, 1977a, pág. 166).

Ahora bien, hay un predominio de la subjetividad en el ser humano:

Por lo tanto, concluyo que llegamos a una nueva constatación - y, para muchas personas, es asustadora. La única realidad que me es posible conocer es la del mundo y del universo como yo los percibo y los vivo en este momento. La única realidad que es posible que usted conozca es la del mundo y del universo que usted perciba y viva en este momento. Y la única certeza es la de que estas realidades percibidas son diferentes unas de las otras. Los mundos reales son tantos como las personas (Rogers, 1977e, pág. 189).

Pero Rogers no es muy optimista en cuanto a la existencia de esta persona ideal dentro de la realidad actual.

El control y la manipulación de la persona son defendidos por científicos y tienen la aprobación de la sociedad tecnológicamente orientada. Pero Rogers cree que de las cenizas puedan surgir esperanzas:

Con toda sinceridad, debo decir que creo que la posición humanística acabará por prevalecer. Creo que, como pueblo, estamos empezando a no permitir que la tecnología domine nuestras vidas. Nuestra cultura, cada vez más arraigada en la conquista de la naturaleza y en el control del hombre, está en declinación. De las ruinas, está surgiendo una nueva persona humana, altamente consciente, auto controlado, que explota su espacio interior, quizás más que su espacio exterior, desdeñoso de la pasividad de las instituciones y del dogma de la autoridad. Ella no acepta la idea de ser moldeada o de amoldar la conducta de los otros. A mi parecer, ella tiene una alta probabilidad de supervivencia (Rogers, 1977e, pág. 37-38).

Rogers vislumbra una cultura radicalmente opuesta a la que defiende Skinner en Walden Two y con la cual mantuvo memorables debates y donde siempre cuestionó el control de la conducta humana: ¿quién controlará, para qué y hasta qué punto se podrá ejercer el control sobre la conducta humana? Hace más de diez años que Rogers hace el siguiente comentario sobre la "Persona del Futuro":

Creo que esta revolución no vendrá de ningún movimiento organizado ni de grandes proporciones, de la acción del ejército armado y alzando banderas, tampoco de manifiestos y declaraciones, sino del aparecimiento de un nuevo tipo de persona, que brotará de las hojas y ramas agonizantes, amarillentos y podridos de nuestras instituciones desvanescentes (Rogers, 1977e, pág. 213).

Él siente la necesidad de señalar varios autores que defienden la aparición de este nuevo hombre. Entre ellos, destaca André Weil, quien afirma "que el futuro pertenece más al pensamiento ¨chiflado¨ que al pensamiento tradicional" (cf. Rogers, 1977e, pág. 214).

Rogers observa algunos de los aspectos de esta persona que está surgiendo "en los momentos en que los pacientes elegían para sí mismos un tipo de vida más liberal, más rica y más autónoma" (Rogers, 1977e, pág. 215).

Una de sus preocupaciones consiste en delinear algunas de las cualidades de esta persona multiforme: a) autenticidad; b) oposición a las instituciones demasiado estructuradas, rígidas y burocráticas; c) desprecio por los bienes materiales; d) interés no moralista; e) deseo de intimidad; f) desconfianza con relación a una ciencia que se basa en la cognición y en una tecnología que se preocupe por la conquista del mundo material y humano; g) deseo de explorar el espacio interior; h) respeto a la naturaleza y sus designios; i) conciencia de encontrarse en un continuo proceso, confianza en sus experiencias y desconfianza en toda la autoridad impuesta desde afuera (Rogers, 1977e, pág. 223).

Para Rogers, los obstáculos que pueden surgir para esta nueva persona se resume en seis eslóganes muy usados hoy:

“el Estado por encima de todo";

"la tradición por encima de todo

"el intelectual por encima de todo";

"el hombre debe ser moldeado";

"el ´status quo para siempre"

"nuestra verdad es la verdad" (Rogers, 1977e, pág. 226).

Después de disertar brillantemente sobre los rumbos que tomaría la nueva cultura, Rogers termina el artículo sobre la "Persona del Futuro" con palabras visionarias:

A pesar de la oscuridad del presente, nuestra cultura puede estar dispuesta a un grandioso salto de progreso y revolución. Poder a la persona que está surgiendo y a la revolución que ella trae en sí (Rogers, 1977e, pág. 228).

RESUMEN HISTORICO Y CARACTERISTICAS DEL METODO NO-DIRECTIVO

Resumen histórico del método de Rogers

El método no-directivo, más conocido como "centrado en el cliente", nació de la experiencia y de la síntesis elaborada por Rogers y se desarrolló bajo su liderazgo. Lo reconoce cuando afirma:

"De hecho, aunque el movimiento no-directivo se haya desarrollado muy ampliamente como una inversión colectiva, tuve, entre tanto, un papel importante a lo que se refiere al origen y a la orientación de sus ideas maestras" (Rogers, 1977d, pág. 144).

Vamos a estudiar la vida y el trayecto que Rogers recorrió para llegar a la formulación de su teoría. Él nos ayuda mucho porque, en varios de sus textos, como en el Capítulo I de "La Persona como Centro" y en el Cap.VII de Psicoterapia y Relaciones Humanas, recuerda la evolución de su pensamiento y la fijación progresiva de los principios básicos de su teoría.

Mucho se ha mencionado cuando estudiamos su evolución con relación al concepto de persona humana. Como hemos visto, Rogers nació de una familia religiosa, unida y rígida, donde los sentimientos eran controlados. De ahí surgió su concepto negativo de las personas. Descubre, en grupos, en su viaje a China, en los estudios y en el matrimonio con Helen, otra manera de ver el mundo, a las personas y la forma de relacionarse con ellas.

Del interés por la agricultura científica quedó el placer por el método experimental y por la investigación científica.

Empieza, entonces, a darse cuenta de algo diferente en su trabajo:

Exactamente al principio de mi actividad como terapeuta, descubrí que simplemente escuchar con atención lo que quiere decir mi paciente era una importante forma de ayudar (Rogers, 1977e, pág. 69).

En Rochester, él comienza a grabar y a hacer la trascripción de las entrevista para estudiarlas: "Empezaba, progresivamente, a formar mis propias opiniones a partir de la experiencia de mi trabajo cotidiano (Rogers, 1977a, pág. 22).

Rogers nos cuenta que, en esa época, ocurrieron tres hechos que fueron muy significativos e importantes para él. Fueron tres momentos de "desilusión con relación a mí mismo" (Rogers, 1977a, pág. 22). En el primer caso, trató a un pirómano, y cuando pensó que ya había localizado el conflicto sexual causador, el muchacho fue puesto en libertad condicional y volvió a provocar incendios. El segundo caso fue haber leído nuevamente un material ya usado por él sobre técnica de entrevista que pronto llegaba al centro de la dificultad, pero, en aquel estadio en que estaba, parecía un tipo de interrogatorio judicial. Se dio cuenta de que se estaba alejando de todo el método de presión en las relaciones clínicas. El tercer hecho o incidente ocurrió tiempos después. Intentaba convencer a una madre que la mala conducta de su hijo había sido ocasionada porque ella lo rechazaba. Pero no resultó. Decidió desistir y le comentó a la madre, quien estaba de acuerdo. Cuando la madre iba saliendo, le preguntó a Rogers: ¿usted también atiende a los adultos? Él contestó afirmativamente. Ella, entonces, dijo: "Bueno, me gustaría que usted me ayudara". La señora se sentó y empezó a contarle toda la desesperación que sentía con respecto a su matrimonio, sobre la relación con el marido, sobre el sentimiento de fracaso y de incertidumbres; todo aparte del "histórico del caso", que antes había sido dado. "Se inició, entonces, una real terapia que terminó con mucho éxito" (Rogers, 1977a, pág. 23).

Rogers habla sobre la significación de este episodio en su vida:

Ésta fue una lección de fundamental importancia para mí. Yo fui guiado por ella y no ella por mí. Simplemente, la escuché, al contrario de intentar inducirla a una comprensión diagnóstica que yo ya había alcanzado. Fue una relación mucho más personal que profesional. Y los resultados hablaron por sí solos. (Rogers, 1977e, pág. 202).

A razón de ello, mis puntos de vista fueron modificándose cada vez más. Esta transición se encuentra bien definida en mi libro "Tratamiento Clínico del Niño-Problema", escrito en 1937-1938, donde dedico un largo capítulo a la terapia relacional, aunque los demás tratan, la mayor parte, de un abordaje diagnóstico-prescriptivo(Rogers, 1977e, pág. 202).

En esta época, Rogers comenzaba a darse cuenta que el orden del proceso terapéutico no era ajeno a la experiencia, y no debería ser impuesta de fuera. Luego de doce años en Rochester, le ofrecieron una cátedra de Psicología Clínica en Ohio State University. Sigue su relato autobiográfico:

En Ohio, ciudad donde fui a vivir en 1940, tuve una experiencia muy enriquecedora, en el sentido de que intentaba transmitir mis puntos de vistas sobre el trabajo clínico a los alumnos de postgrado inteligentes y preguntones .Nuevamente, empecé a percibir que estaba diciendo algo nuevo (y, quizás, original) sobre orientación y psicoterapia, y escribí un libro con este título. Mi sueño de grabar entrevistas terapéuticas se volvió realidad y me ayudó a frenar mi interés en el efecto de las diferentes respuestas en la situación de entrevista. Este hecho me impulsó a poner una gran énfasis en la técnica – a la cual nombré "técnica no-directiva" (Rogers, 1977e, pág. 202).

En las discusiones con alumnos y compañeros se dio cuenta, por las fuertes reacciones, que estaba formulando ideas nuevas y revolucionarias. Su concepto de psicoterapia revelaba un estilo más independiente y personal.

Se sintió un poco desorientado con todo eso:

Y el hecho de encontrarme en el centro de las críticas, de los argumentos a favor y en contra, me desorientó y me hizo dudar y cuestionarme a mí mismo. Sin embargo, pensaba que tenía algo que decir y escribí el manuscrito de Couseling and Psichotherapy, en el cual empecé a describir lo que, de alguna manera, me parecía ser una orientación más eficaz de la terapia (Rogers, 1977a, pág. 25-26).

En Ohio, percibe que puede aplicar el método no-directivo en las clases:

Venía observando, entre tanto, que esta confianza recientemente encontrada en mi paciente y en su capacidad de explorar y resolver sus propios problemas, atingía inquietantemente otras áreas. Si tenía confianza en mi paciente, ¿por qué no confiar en mis alumnos? Si esto era bueno para el individuo con problemas ¿por qué no lo sería para un equipo que se encuentra con los problemas? Llegué a la conclusión de que había sumergido no en un nuevo método, sino en una filosofía de vida y de relaciones completamente diferentes (Rogers, 1977e, pág. 202).

En 1945 acepta iniciar un nuevo centro de orientación en la Universidad de Chicago, colocando sus propias directrices y seleccionando su propio equipo. Se sintió con coraje para formular y poner en práctica su nuevo abordaje en las relaciones humanas:

Yo aprendí mucho en la época que estuve en Chicago. Tuve amplias oportunidades de testear las hipótesis que acabara de formular. Pude ampliar mucho la verificación empírica de las hipótesis terapéuticas que había iniciado anteriormente. Alrededor de 1957, desarrollé una rigurosa teoría de la terapia y de la relación terapéutica. Además, divulgué las condiciones necesarias y suficientes para la modificación terapéutica de la personalidad, todas ellas al nivel de las actitudes personales y no de la capacitación profesional(Rogers, 1977e, pág. 203).

Durante su estadía en Chicago, se pone en contacto con los escritos de dos filósofos existencialistas que lo marcaron:

Fue la época en que, motivado por mis alumnos, conocí a Martin Buber (al principio, a través de sus publicaciones y, luego, personalmente), y a Soren Kierkegaard. Me sentí tremendamente apoyado en mi nuevo abordaje, que, para mi sorpresa, era un campo de fabricación casera de la filosofía existencial (Rogers, 1977e, pág. 203).

En este período tuvo algunas crisis personales por lo que denomina "una relación terapéutica errónea".

En 1951, publica Cliente Motivado con la experiencia, en donde afirma:

En La Jolla, mi experiencia ha sido mucho más feliz. Con el tiempo, un grupo muy compatible empezó a integrar el Centro para Estudios de la Persona, una experiencia poco común y motivadora... Psicológicamente, somos una comunidad unida, apoyándonos los unos a los otros, pero también criticándonos abiertamente. Aunque el director tenga responsabilidad de la rutina, ninguno de nosotros ejerce autoridad sobre nadie. Cada uno hace lo que le apetezca, solo o en conjunto. Cada uno se responsabiliza por el sostenimiento de cada quien. Actualmente, disponemos de un pequeño presupuesto proveniente de una fundación particular. No nos gustan el espesamiento (muchas veces al principio invisibles) que acompañan los presupuestos abultados o gubernamentales. No existe absolutamente nada que nos mantenga unidos, a no ser el interés común por la dignidad y por la capacidad de las personas, y la continua posibilidad de una comunicación real y profunda entre nosotros (Rogers, 1977e, pág. 204).

En 1977 se publica en Brasil el libro La Persona como Centro, cuyos autores son Rogers y Rachel Rosenberg.

"si regresara a la terapia individual, que no practico hace muchos años... sería más libre en la expresión de mis sentimientos y de mi "yo" espontáneo en la relación, al mismo tiempo que intentaría ayudar al paciente a hacer lo mismo" (Frick, 1975, pág. 125).

En esta misma entrevista dice también que le gustó mucho un artículo del Time, que llama la terapia centrada en el paciente como "Terapia de Persona a Persona". "Tal vez sea, realmente, la mejor denominación para mi abordaje" (Frick, 1975, pág. 126?127).

En 1967-68, Rogers realizó una experiencia de grupo de encuentro y métodos de entrenamiento de sensibilidad con más de 50 escuelas parroquiales de las Hermanas del Inmaculado Corazón. Él trabaja en el Centro para Estudios de la Persona en La Jolla, donde 45 personas son miembros del Centro, siendo 24 de ellas doctores. También viajó para realizar encuentros. Carls Rogers publica “on Personal Power” (Sobre el Poder Personal), publicado en los Estados Unidos en 1977.

Rogers reconoce que su obra revolucionó los campos de la orientación, de la psicoterapia, de la enseñanza, de la industria, del servicio social, de la enfermería, de la asistencia religiosa, de la orientación familiar, de los grupos de encuentros, de la filosofía de la ciencia, de la teología y de la filosofía. Sus obras están traducidas en 12 idiomas, y toda la colección puede ser encontrada en japonés (Rogers, 1977e, pág. 30).

Las características principales del método centrado en la persona

El método no-directivo, centrado en el cliente, o "Persona a Persona", de Rogers, está basado en una concepción de persona y en una teoría dinámica de la personalidad. Tiene también elementos característicos que, como hemos visto, fueron integrados poco a poco al método según las necesidades de las personas, beneficiarias de los procesos desarrollados.

Fuentes de información

Concepto, objetivos y resultados de la terapia centrada en el paciente

Concepto de la terapia centrada en el paciente(nosotros usamos; centrada en la persona del joven)

Rogers escribió un libro sobre esta terapia, mostrando su carácter evolutivo y cómo ocurre el proceso terapéutico. En la introducción afirma que terapia "es un proceso, una cosa-en-sí, una experiencia, una relación, una dinámica" (1974a, pág. 14).

La terapia debe suscitar una alteración en la organización de la personalidad y en su estructura. También promueve cambios en la conducta, que deben ser permanentes. No hace falta que esta organización perdure toda la vida.

Rogers define la terapia como un proceso de la siguiente manera:

El proceso terapéutico es, por lo tanto, en su totalidad, la realización, por la persona del joven, en una atmósfera psicológica favorable, de nuevos pasos, en una dirección que ya haya sido establecida por su crecimiento y desarrollo para la maduración a partir del momento de su concepción (Rogers, 1974a, pág. 197).Su crecimiento en torno a su “Esencia”.

La terapia centrada en el joven es siempre una experiencia de crecimiento en que existe la libre expresión de los sentimientos (Rogers, 1973, pág. 42, 143).

Objetivos de la terapia centrada en el joven

El propio paciente selecciona sus propios fines (Rogers, 1973, pág. 138). En la terapia, él no va a buscar soluciones, sino una capacidad mayor para enfrentar sus problemas de manera constructiva (id., pág. 234).

Rogers considera que el método no-directivo tiene una finalidad diferente de los métodos directivos:

Él reconoce directamente una mayor independencia e integración del individuo, en lugar de esperar que estos resultados se logren más deprisa con ayuda del consejero en la solución del problema. El foco es el individuo y no el problema. El objetivo no es resolver un problema particular, sino el de ayudar a la persona a desarrollarse para poder enfrentar el problema y los futuros, de una manera perfectamente más integrada. Si logra alcanzar suficiente integración para enfrentar un problema de una forma más independiente, más responsable, menos confusa y mejor organizada, será capaz también de combatir de la misma manera con los nuevos problemas que surjan (Rogers, 1973, pág. 40).

Fases y resultados de la terapia centrada en la persona

En su libro Psicoterapia y Consulta Psicológica, Rogers presenta doce fases en el proceso terapéutico: a) el individuo viene a buscar ayuda; b) el cliente, desde el inicio, sabe que la terapia no tiene las respuestas, pero que el propio individuo, auxiliado, puede elaborar sus soluciones; c) el terapeuta el(asesor o el coordinador)estimula la libre expresión de los sentimientos; d) el terapeuta acepta, reconoce y aclara los sentimientos de luz e) después de los sentimientos de sombra, surge la expresión vacilante de los impulsos positivos para la maduración; f) el terapeuta acepta los sentimientos de duz ; g) la comprensión, aprensión y aceptación de sí constituyen el aspecto más importante de todo el proceso; h) con el proceso de comprensión, ocurre también el del esclarecimiento sobre posibles decisiones y líneas de acción; i) ocurre, entonces, el inicio de las acciones positivas, todavía restringidas, pero altamente significativas; j) perfeccionamiento de la comprensión; l) acción positiva cada vez más integrada; m) el sentimiento de una decreciente necesidad de ayuda y el reconocimiento, por parte del paciente, de que la relación debe terminar (1973, pág. 42-55).

Tiempo después, en Llegar a Ser Persona, resume estas fases en siete: a) rechazo de la comunicación personal propia, existiendo para él sólo las que hablan sobre asuntos exteriores; b) la expresión con relación a los tópicos referentes al no-yo empieza a ser más fluido c) el paso de la incongruencia a la congruencia; d) cuando el cliente se siente comprendido, ocurre una espontaneidad más libre de sus sentimientos; e) mayor apertura y renovada libertad en el flujo del organismo; f) sentimiento creciente de autor Responsabilidad por los problemas; g) el joven vive libre y abiertamente en la relación con el terapeuta (asesor) y con los otros y tiene sólida confianza en su propia evolución (1977a, pág. 114-136).

La reacción inicial del paciente es el descubrimiento de que es el responsable por sí mismo en la relación. Uno de los primeros aspectos en sufrir modificaciones es en el tipo de contenido verbal; empieza a revelar una cierta comprensión de las relaciones entre su conducta pasada y el presente y entre las conductas habituales. Los cambios en el material verbal indican claramente un movimiento de los síntomas para el ego, para la conciencia. Se nota un paso del pasado para el presente.

En el inicio de la terapia hay una tendencia para que el centro de apreciación esté fuera de la persona. Después, "el joven descubre poco a poco que no sólo es posible, sino también satisfactorio y firme aceptar el centro de la apreciación como centrado en sí" (Rogers, 1974a, pág. 157).

Rogers entiende por resultados de la terapia las modificaciones relativamente duraderas que ocurren en la persona, que pueden ser sostenidas por la investigación. Los primeros resultados son:

El joven se modifica y reorganiza la concepción que hace de sí mismo. Se disloca de una idea que lo vuelve inaceptable a sus propios ojos, indigno de consideración, obligado a vivir según la norma de los otros. Conquista, progresivamente, una concepción de sí mismo como una persona de valor, autónoma, capaz de fundamentar los propios valores y normas en su propia existencia. Desarrolla una actitud mucho más positiva con relación a sí mismo... El joven se vuelve menos defensivo, y, por eso, más abierto a su propia experiencia y a la de los otros... El objetivo o ideal que intenta alcanzar se vuelva más accesible. La distancia inicial entre su yo cerebral o estructural" que él es y su ser profundo o ESENCIA que él desearía ARMONIZAR disminuyó considerablemente. Se nota una reducción de la tensión en todas sus formas – tensión fisiológica, malestar psicológico, ansiedad. Entra en contacto con los otras personas de una forma mucho más realista y los acepta perfectamente (Rogers, 1977a, pág. 68-69).

La consecuencia de este proceso "es que se produce una evolución de la personalidad y de la conducta en el sentido de la salud y de la maduración psíquicas de las relaciones más realista para con LA AROMONIA ENTRE SU “ESTRUCTURA Y SU ESENCIA", y los otros en su entorno" (Rogers, 1977a, pág. 69).

La terapia centrada en el joven provoca una alteración en la organización y en la estructura de la personalidad y de la conducta. A través de ella la persona debe convertirse en una unidad armónica de transformación (Rogers, 1977a, pág. 139).

El concepto de educación en Rogers

Rogers critica fuertemente el sistema de educación vigente en ese entoces en varios de sus libros:

"La tendencia actual en la educación es apartarse de la libertad. Hoy día existen enormes presiones culturales y políticas para el conformismo, la mansedumbre y la rigidez". Se buscan alumnos teóricamente instruidos, capaces de vencer a los rusos, y nada de esta tontería de educación que pueda mejorar nuestras relaciones interpersonales" (Rogers, 1976, pág. 64).

En Libertad para Aprender llama a la educación "la más conservadora de nuestras instituciones" (1977b, pág. 198). Reclama que las instituciones de enseñanza se han fijado sólo en las ideas, llamándola "educación del cuello para arriba" (Rogers, 1977e, pág. 146).

Como las demás instituciones sociales de enseñanza, Rogers cree que la escuela también está en decadencia:

En cuanto a la escuela, nuestro sistema de enseñanza pública está codificado y no suple las necesidades sociales. La innovación es asfixiada y los innovadores son oprimidos. En un mundo de rápidos cambios, los profesores y sus consejeros directivos - sean los consejos escolares locales, sean las administraciones universitarias - tienden a aferrarse con tenacidad al pasado, provocando sólo cambios simbólicos. Es probable que nuestras escuelas sean más perjudiciales que benéficas al desarrollo de la personalidad y ejerzan una influencia negativa sobre el pensamiento creador. Básicamente, son instituciones para confinar y vigilar al hombre, a fin de mantenerlo apartado del mundo adulto (Rogers, 1977e, pág. 212).

La palabra ESCUELA, VIENE DEL GRIEGO , quiere decir un lugar apto par pensar y sentir por si mismo “OCIUM”;contemplación de la sabiduría Las escuelas en general no logran este tan importante objetivo y muchas veces logran lo contrario. Usan el método “ducere”, que genera niños Sico-dependientes, no libres de pensar por si Son adoctrinadores, nutricionistas, conductistas.(no todas las escuelas).”Las escuelas en general se han convertido en un “negocium”; todo es para sacar dinero, “Resultistas, ”buscando muchas veces mas aparecer en las encuestas y lograr mejor “Markting”, consiguiendo más postulantes

Y se olvidan del sistema de educación ex_ducere que es lo contrario al “duece”(aquí se entrega el pescado al niño).En ex_ducere le enseñamos a pescar.

En Libertad para Aprender, Rogers habla sobre la finalidad de la educación: facilitar y promover el cambio y el aprendizaje del joven dedicado al estudio para que aprenda a vivir como persona en proceso (1977b, pág. 110-111). Lo deja claro cuando habla del clima de cambio que debe ser el nuevo objetivo educacional:

En el mundo en que vivimos, la finalidad de la educación debe ser el desarrollo de individuos abiertos al cambio. Solamente tales personas pueden, constructivamente, ir al encuentro de las perplejidades de un mundo en que los problemas proliferan más rápidamente que sus respuestas. El objetivo de la formación debe ser el desarrollo de una sociedad en que las personas puedan vivir de un modo más adecuado al cambio que a la rigidez. En el mundo que vendrá, la capacidad de enfrentar adecuadamente al nuevo es más importante que la aptitud de conocer y de armonizar mi vieja estructura con mi esencia (Rogers, 1977b, pág. 284).

En su libro Terapia Centrada en el JOVEN cuando habla sobre la FORMACIÓN dice:

El objetivo de la formación democrática es ayudar a los alumnos a convertirse en personas que sean capaces de actuar por iniciativas propias y ser responsables por esas acciones; que sean capaces de opciones y de autogobierno inteligentes; que aprendan críticamente )preguntándose siempre los ¿por qué y los para qué?. Siendo capaces de apreciar los aportes de los otros; que adquieran conocimientos importantes para la solución de problemas; que, fundamentalmente, sean capaces de adaptarse con flexibilidad Y SABIDURÍA a las nuevas situaciones problemáticas; que hayan absorbido los modos de adaptación frente a los problemas utilizando todas las experiencias pertinentes de una forma libre y creadora; que sean capaces de cooperar exitosamente con los otros en las diversas actividades; que trabajen, no para que los otros los aprueben, sino en la línea de sus propios objetivos socializados (pág. 380-381).

Una de las grandes prioridades en la “FORMACIÓN”, para Rogers, es "ayudar al JOVEN a adquirir el aprendizaje, la información y el crecimiento personal que lo capacitarán para tratar de modo más constructivo con el mundo real" (Rogers, 1977e, pág. 185).

Para que esos objetivos sean alcanzados, los educadores deben ser abiertos, flexibles y adaptar las condiciones organizacionales para las personas.

Hay que descubrirse un medio para desarrollar, dentro del sistema DE SEGUIMIENTO como un todo y en cada uno de sus componentes, una atmósfera en la cual la innovación no sea tímida, en la cual las capacidades creadores de los administradores, de los maestros y de los VIVIENTES sean sostenidas y estimuladas en lugar de ser reprimidas. Hay que descubrir un medio de desarrollar un clima, en el sistema, a través del cual el foco se proyecte no sobre la enseñanza, sino sobre la facilidad de aprendizaje autodireccionada. Solamente así se podrá desarrollar el individuo creativo, que está abierto a la totalidad de su experiencia; consciente de ella, receptivo y continuamente en un proceso de cambio. Solamente de esta forma, creo, podremos dar efectividad a una organización educacional creativa que esté, también, continuamente, en proceso de cambio (Rogers, 1977b, pág. 284).

Rogers propone la aplicación de la teoría de MacGregor a la administración; ella sería "responsable por la organización de los recursos de la institución - los COORDINADORES, los VIVIENTES, los fondos, el equipo y los materiales - de manera que todas las personas en ella involucradas, puedan trabajar juntas, para definir y realizar sus propios objetivos DE FORMACIÓN" (Rogers, 1977b, pág. 201).

Para alcanzar también esta educación abierta, Rogers sugiere la creación de grupos de encuentro "verticales" con COORDINADORES, ASESORES, JEFES DE SERVICIO, padres ESPIRITUALES, VIVENCIADORES y TESTIGOS, partiendo de una larga experiencia ya desarrollada por él y relatada en Libertad para Aprender (1977b, pág. 282-300).

los elementos fundamentales del método rogeriano

Rogers, como dijimos anteriormente, no hizo una teoría partiendo de un esquema intelectual prefijado, sino de su experiencia viva en el trabajo de orientación, de terapia, de profesor, de incentivados de grupos de encuentro.

Poco a poco, él se dio cuenta de que las actitudes del terapeuta son más importantes que la técnica y la capacidad de diagnosticar, y que el énfasis, más que los hechos relatados, debe ser dada al contenido emocional y al establecimiento de un buen "rapport". Es necesario tratar al paciente como persona y no como problema.

La teoría rogeriana se basa en tres fundamentos:

La concepción filosófica positiva y optimista de la naturaleza humana;

La concepción democrática y solidaria en las relaciones humanas;

La convicción en los recursos de la persona está dentro de ella misma para solucionar sus problemas.

Las varias denominaciones del método indican el despegue dado a algunos elementos en una determinada época. Inicialmente, Rogers lo llamaba "método no-directivo", por el hecho de es que coordinador u orientador espiritual dejan que el joven tome el timón del proceso sanación. Posteriormente empezó a llamarlo "método centrado en él (joven)paciente". Ya que el método propone que el paciente, y no el especialista o técnico, tenga el control de la entrevista y de las decisiones que debe tomar. Rogers ahora simpatiza mejor con la expresión "Terapia de Persona a Persona", que retrata el clima caluroso del encuentro y una mayor libertad de expresión para el terapeuta.

Las tres actitudes fundamentales, resaltadas por Rogers, para el terapeuta, para el consejero, para el profesor o facilitador del aprendizaje, para el administrador, para el orientador de grupo, para el padre o para la madre de familia son: la congruencia, la comprensión empática y la consideración positiva incondicional.

Estas actitudes no aparecen juntas en sus primeros libros, sino que son presentadas con mucha claridad por Rogers en sus libros y artículos posteriores recientes. Según Gendlin: "En 1957, Rogers presuponía tres condiciones necesarias y suficientes para la psicoterapia" (Rogers, 1976, pág. 39). " En "Llegar a Ser Persona estas actitudes se encuentran como agentes primarios que, en el proceso terapéutico, provocan una alteración que facilita la evolución de la personalidad y de la conducta en el sentido de un desarrollo de la persona" (Rogers, 1977a, pág. 64).

Para el psicólogo humanista y para nosotros la calidad del encuentro es más importante que el conocimiento, la preparación profesional y el uso de técnicas. La calidad es determinada por las tres actitudes básicas:

Si la práctica de la terapia rogeriana no presupone ni la personalidad especial ni talentos superiores, ella requiere, entre tanto, de ciertos atributos sin los cuales no podría pretender ser "client-centered". Estos atributos son: la capacidad de empatía, la autenticidad y una concepción positiva y liberal del hombre (Kinget, 1977d, pág. 104).

Relatando la experiencia de la psicoterapia con esquizofrénicos, reafirma que el mayor agente de transformación son las tres actitudes del terapeuta:

Hace algunos años formulé una teoría de que no era el conocimiento profesional específico del terapeuta, ni su concepto intelectual de la terapia (su escuela de pensamiento), ni sus técnicas que determinan su eficiencia. Según mi hipótesis, lo importante era hasta que punto tenía determinadas actitudes personales en la relación. Intenté definir tres actitudes que consideré fundamentales – la cualidad de ser verdadero, la autenticidad o congruencia del terapeuta; el grado de comprensión empática hacia el cliente, es decir, lo que vivenció y pudo comunicarse; y el grado de atención positiva incondicional o de amor no-posesivo que siente por el cliente (Rogers, 1976, pág. 211).

Congruencia

Congruencia, autenticidad o un acuerdo interno son nombres que tienen un significado bien definido en Rogers. Kinget dice que originariamente usó la palabra "genuiness" (1977d, pág. 106), “AUTENTICO” para los Encuentristas

Congruencia es la armonía de una cosa con el fin a que se destina. No es simplemente una actitud formal del momento, sino que representa toda una vivencia, una vida con un sentido bien profundo y trascendente.

Rogers lo explica muy bien cuando habla de la congruencia en "Llegar a ser Persona":

De "Persona a Persona" Rogers reafirma que el desarrollo personal del joven es facilitado cuando el consejero es lo que es, cuando, en la relación con el joven, es auténtico, sin máscara ni fachada, presentando abiertamente los sentimientos y actitudes que surjan en él en aquel momento. Explica nuevamente porque escogió el término congruencia:

Afirmamos que, por la autenticidad, "el terapeuta intenta abandonar toda la artificialidad personal o profesional, cualquier maniobra o postura, y continúa a ser él mismo" y que "la autenticidad significa que no necesita siempre aparecer bajo el aspecto favorable, comprensivo, sabio y fuerte" (Rogers, 1976, pág. 139, 140)

.

La autenticidad deber ser no sólo la calidad del terapeuta, sino un objetivo de vida, tanto para él como para el joven: "Será lo que realmente es" (cf. Rogers, 1977a, pág.

146).

Por consiguiente, toda la terapia que se inicia "es una nueva aventura que comienza" para el Coordinador de los encuentros.

Lo que soy y lo que siento puede perfectamente servir de base para la sanación si yo pudiera ser transparentemente lo que soy y lo que siento en mis relaciones con él. Entonces, tal vez, él pueda ser lo que es, abiertamente y sin recelo (Rogers, 1977a, 70-71).

El encuentro existencial del terapeuta con el joven exige que sea transparentemente abierto y sin muchas defensas.

Rogers valoriza mucha la congruencia en el contexto de las relaciones personales. Al formular un principio general de las relaciones interpersonales, después de exponer tres suposiciones iniciales, presenta la siguiente hipótesis:

Cuanto mayor sea la congruencia de la experiencia, de la conciencia y de la comunicación por parte de un individuo, más la relación implicará: una tendencia para una comunicación recíproca caracterizada por una creciente-congruencia, COMUNICACIÓN PROFUNDA; una tendencia para una comprensión mutua más adecuada de la comunicación; una mejoría de la adaptación psicológica y del funcionamiento de ambas partes; satisfacción recíproca en la relación. Inversamente, cuanto más grande sea la incongruencia comunicada de la experiencia y de la conciencia, más las relaciones, de esta forma originadas, engendran comunicaciones posteriores con las mismas características, desintegración de la comprensión adecuada, funcionamiento y adaptación psicológica menos adaptadas en ambas partes, insatisfacción recíproca en la relación (Rogers, 1977a, pág. 304).

Entre los seis aprendizajes significativos que sacó del trabajo de millares de horas con individuos que presentan alguna clase de disturbio, las tres primeras se refieren a la congruencia:

En mis relaciones con las personas, descubrí que no ayuda, a largo plazo, actuar como si fuera alguna cosa que no soy.

Descubrí que soy más eficaz cuando puedo servir a mí mismo aceptándome y cuando puedo ser yo mismo

La comunicación de ambas ESENCIAS irradiando los sentimientos, nos produce la armonía de personas.

NOTA: En este trabajo muchas veces usaremos la palabra “joven” en lugar de otras, porque para mi todos los tienen que el coraje de vivir estas experiencias tienen espíritu joven.

Comprensión empática

Al hablar de empatía, en un artículo de 1975, reproducido en La Persona como Centro, Rogers nos cuenta, lo importante que es expresar los sentimientos y emociones al joven

Con las grabaciones, aparecieron los que transformaron su método en una técnica para reflejar los sentimientos del paciente o, peor todavía, una caricatura, técnica que repite las últimas palabras del cliente. Rogers quedó tan impresionado que, por muchos años, no habló más de "atención empática".

Más tarde, por medio de investigaciones, percibió la importancia de la empatía en la búsqueda de los objetivos. Con el surgimiento de muchas terapias que modelan las conductas de los individuos a través de especialistas, es necesario reconocer el valor de la empatía en el método rogeriano que pone en la calidad de la relación el mayor o menor éxito de la terapia (Rogers, 1977e, pág. 70-71).

El estado de la empatía o ser empático consiste en darse cuenta con exactitud del cuadro de referencias internas de otra persona, juntamente con los componentes emocionales y los significados a él pertenecientes, como si fuera otra persona, sin perder jamás la condición de "como si". Por lo tanto, significa sentir las penas y las alegrías del otro como él propio las siente y percibir sus causas como él propio las percibe sin, no obstante, perder la noción de que es "como si" estuviéramos apenados o alegres, y así sucesivamente. Si perdemos esta condición de "como si", tendremos un estado de identificación (Rogers, 1977e, pág. 72).

A esta definición bien comprensible él contrapone una definición actual mucho más compleja, en que habla de la empatía más como un proceso de que como un estado. Explica también que los varios significados que la forma de ser con relación a otra persona puede alcanzar cuando esta manera es empática:

La manera de ser con relación a otra persona denominada empática tiene varios aspectos. Significa penetrar en el mundo perceptivo del otro y sentirse totalmente cómodo dentro de él. Requiere sensibilidad constante para con los cambios que se verifican en esta persona a lo que se refiere a los significados que ella denota al miedo, a la rabia, a la ternura, a la perturbación o a lo que sea que él(ella) esté vivenciando. Significa vivir temporalmente su vida, moverse delicadamente dentro de ella sin juzgar, percibir los significados que él(ella) casi no se da cuenta, todo ello sin intentar revelar sentimientos de los cuales la persona no tiene conciencia, pues esto podría ser muy amenazador. Implica transmitir la manera como uno percibe el mundo de él(ella) a la vez que examina directamente y sin miedos los aspectos que le da miedo a la persona. Significa hacer con él(ella) una evaluación frecuente de la exactitud de lo que sentimos y guiarnos por las respuestas obtenidas (Rogers, 1977e, pág. 73).

Rogers continúa su larga definición explicativa:

Estar con el otro de esta manera significa dejar de lado, en este momento, nuestros propios puntos de vista y valores, para penetrar en el mundo del otro sin prejuicios y sin juzgarlo. En un cierto sentido, significa dejar de lado nuestro propio "yo", lo que puede ser hecho sólo por una persona que este suficientemente segura de que no se perderá en el mundo posiblemente raro o bizarro del otro y de que podrá regresar sin dificultades a su propio mundo cuando así lo desee (Rogers, 1977e, pág. 73).

Encontramos, en su obra, sus definiciones de empatía o comprensión empática. En Psicoterapia y Relaciones Humanas”, v.1:

La empatía o comprensión empática consiste en la percepción correcta del punto de referencia de la otra persona con las matices subjetivos y los valores personales que le son inherentes.

Percibir de manera empática es percibir el mundo subjetivo del otro "como si" uno fuera esa persona sin, no obstante, jamás perder de vista que se trata de una situación análoga al "como si fuera "vista desde su esencia.. (1977d, pág. 179).

En Llegar a ser Persona Rogers define la empatía como la comprensión aguda y empática del mundo del cliente como si fuera visto de su interior:

La empatía es captar el mundo particular del cliente como si fuera su propio mundo, pero sin jamás olvidarse ese carácter del "como si" y surge como esencial en el proceso terapéutico. Sentir la angustia, el recelo o la confusión del cliente como si de los suyos se tratara y, sin embargo, sin que esa angustia, ese recelo o esa confusión lo vengan a afectar, tal es la condición que estamos intentando describir. Cuando el mundo del cliente está claro para el terapeuta, en el cual se mueve cómodamente, es el caso de que pueda transmitir su comprensión de lo que es claramente conocido al joven, y puede igualmente expresar el significado de la experiencia del cliente, del cual la persona difícilmente tiene conciencia (Rogers, 1977a. pág. 262).

Antes de comentar al respecto de la "comprensión empática", Rogers ya se refería al hecho de alcanzar el cuadro de referencia interno del cliente como una meta importante para el terapeuta en el proceso terapéutico (Rogers, 1977a, pág. 56-57).

Rogers define el punto de referencia interno "como el conjunto de las experiencias-sensaciones, percepciones, significaciones, recuerdos-disponibles a la conciencia del individuo, en un determinado momento (Rogers, 1977d, pág. 179).

Ser sensible a los sentimientos y a las reacciones personales del cliente tal como el joven se siente y conseguir transmitirle esta comprensión no es muy común para Rogers.

Creo que cada uno de nosotros descubrió que este tipo de comprensión es exactamente poco común. Nosotros no la tenemos ni tampoco somos objeto de esa comprensión con mucha frecuencia. Recurrimos a un tipo de comprensión que es muy diferente. Yo comprendo su problema (Rogers, 1977a, pág. 66; cf. 1976, pág. 62).

Rogers describe detalladamente como es recibida la comprensión empática y cuales son sus consecuencias sobre el receptor..

En resumen, las consecuencias sonLRogers,1977 c, pp 80-85).

"En aquel momento, por lo menos, se ve el receptor como miembro de la familia humana";

"Alguien que lo valoriza y está atento a su persona que él es.

Que lo acepta tal.

"Sorpresa por no ser juzgado y evaluado, sino aceptado cariñosamente";

"La comprensión basada en una alta sintonía confiere al receptor su calidad como persona, su identidad";

"La persona se ve comentando hechos que jamás había comentado, y en este proceso descubre un aspecto hasta entonces desconocido de sí misma";

"Cuando la empatía es adecuada y profunda pueda desbloquear un flujo de vivencias y permitir que siga su curso normal";

"... las respuestas empáticas del terapeuta motivan el cliente a emprender una explotación más amplia de la vivencia visceral que está procesando en su interior..." (Rogers, 1977e, pág. 80-85).

Consideración positiva incondicional

Rogers define el término y explica como llegó a esta expresión. Para él, la consideración positiva incondicional es:

Sentir una calurosa preocupación por el joven – una preocupación que no exige cualquier gratificación personal. Es simplemente una atmósfera que demuestra: "Yo me preocupo"; y no "yo me preocupo por ti si te portas de esta manera". Que yo denominé esta actitud como una "consideración positiva incondicional", pues no le está agregada ninguna condición de apreciación. Empleé frecuentemente el término "aceptación" para describir ese aspecto del clima de sanación espiritual. Él dice que se deben aceptar tanto las expresiones negativas del joven, los sentimientos "de sombra", de decepción, del miedo o de anomalías, como sus expresiones de sentimientos "de luz", que inspiran confianza, positivos, maduros, y sociales (Rogers, 1977a, pág. 261-262).

Es una actitud afectuosa, positiva y de aceptación respecto a lo que lleva el cliente:

Este hecho abarca la disposición auténtica del terapeuta a favor del cliente, cualquier que sea el sentimiento que este vivencia en el momento-miedo, confusión, dolor, orgullo, cólera, odio, amor, coraje o admiración. Significa que el terapeuta se interesa por el paciente de manera no posesiva. Quiere decir que valoriza al cliente de manera total y no condicional. Quiero decir con eso que no lo acepta solamente cuando éste se porta de determinadas maneras y lo desaprueba cuando se porta de otras. Significa un sentimiento efusivo y positivo, sin reservas, sin evaluaciones (Rogers, 1976, la pág. 61 y 110; cf. Rogers, 1977a, pág. 65).

Rogers da otros nombres más conocidos, pero que no siempre explican la riqueza de la expresión: apreciación, estima, respeto, aceptación; dice que otros autores la llamamos BONDAD y amor (Rogers, 1977d, pág. 175).

Nosotros la llamaremos desde ya, la palabra "BONDAD" como sinónimo de la consideración positiva incondicional.

Una actitud fundamental en la relación asesor es "el grado de atención positiva incondicional o del amor no-posesivo que se siente por el viviente." (Rogers, 1976, pág. 211).

Teoría rogeriana de la personalidad

Una de las bases del método rogeriano es su teoría de la personalidad. Le dedica a ella todo el capítulo once de su libro Terapia Centrada en el Paciente(joven)(1974a, pág. 465-514). Y afirma que esta teoría se fue moldeando a lo largo de dos años de contacto con los problemas clínicos. Formuló una serie de diecinueve (19) proposiciones, que consideraba provisorias.

Les presento acá sólo el enunciado de las preposiciones:

"Todo persona existe en un mundo de experiencia del cual es el centro, y que está en permanente cambio" (pág. 467);

"El organismo reacciona al campo perceptivo tal como es, experimentado y aprendido. Este campo es, para el individuo, una realidad" (pág. 468);

"El organismo reacciona al campo fenomenal como un todo organizado" (pág. 470);

"El organismo tiene una tendencia básica: realizar, mantener y realzar la experiencia 'organística'" (pág. 471);

"La conducta es fundamentalmente el esfuerzo dirigido a una finalidad del organismo para satisfacer sus necesidades tal como las experimenta en el campo aprendido" (pág. 474);

"La emoción acompaña, y, de un modo general, facilita la conducta dirigida por un fin; el tipo de emoción se refiere a los aspectos investigados de la conducta en oposición a los aspectos conclusivos; la intensidad de la emoción está relacionada al significado captado de la conducta para la subsistencia del organismo" (pág. 476);

"El mejor ángulo para la comprensión de la conducta es a partir del cuadro de referencia interno del propio individuo" (pág. 477);

"Una parte del campo total de la percepción va diferenciándose gradualmente como ego" (pág. 480);

"Como un resultado de la interacción con el ambiente y, de un modo particular, como resultado del YO estructural– un modelo conceptual, organizado, fluido pero consciente, de percepciones, de características y relaciones del yo ESENCIAL", juntamente con valores asociados a esos conceptos" (pág. 481);

"Los valores vinculados a la experiencia y los valores que son parte de una estructura del yo ESENCAIL son, en algunos casos, valores experimentados directamente por el organismo, y, en otros casos, son valores internalizados o GENETICAMENTE Y pedidos a otros, pero captados de una forma distorsionada, como si hubieron sido POR LOS AÑOS YA VIVIDOS. Experimentados directamente"

Al paso que van sucediendo experiencias en la vida de un individuo, éstas son: I) simbolizadas, asimiladas y organizadas en determinada relación con LAS ESTRUCTURAS; II) ignoradas, porque no se capta la relación con la estructura CEREBRAL; III) rechazadas a la simbolización o simbolizadas de una forma distorsionada porque la experiencia es incoherente con la estructura del YO EGOISTA" (pág. 486);

"La conducta puede surgir, en algunos casos, de las experiencias orgánicas y de las necesidades que no fueron simbolizadas. Esa conducta puede ser incoherente con la estructura CEREBRAL, pero en esos casos la conducta no es asimilada por el individuo" (pág. 491);

"La inadaptación psicológica existe cuando el organismo rechaza experiencias sensoriales y viscerales importante de la conciencia que, por consiguiente, no se simbolizan ni se organizan en la "gestalt" de la estructura. Cuando ocurre esta situación, hay una tensión psicológica de base o potencial" (pág. 492-493);

"La adaptación psicológica existe cuando el concepto del ego es tal que todas las experiencias viscerales y sensoriales del organismo son o pueden ser asimiladas en una forma simbólica dentro del concepto del ego" (pág. 495);

"Cualquier experiencia que sea inconsciente con la organización o estructura del ego puede ser asimilada como una amenaza, y cuanto más numerosas sean esas percepciones, más rígidamente la estructura del ego se organiza de forma de mantenerse a sí misma" (pág. 497); El problema es que la ESTRUCTURA se cree la DUEÑA CASA, cuando es solamente el chofera. En cambio la ESENCIA sí es la dueña de casa. Si no trabajan en armonía, no hay Sanación duradera.

"En determinadas condiciones que impliquen, principalmente, la total ausencia de cualquier amenaza a la estructura del ego, se puede captar y analizar experiencias que son coherentes con esa estructura y ésta puede ser revisada de forma de asimilarse y de incluir tales experiencias"(pág. 499);+++++

"A medida que el individuo asimila y acepta un mayor número de experiencias orgánicas en la estructura, descubre que está por sustituir su sistema de valores – basado en gran medida en introspección que fueron simbolizadas de una forma distorsionada – por un proceso continuo de valorización 'organística'" DE LO VIVIDO(pág. 504).Además hay que agregar; "la necesidad de aprecio positivo"; "la necesidad de auto aprecio"; "condiciones de valor

Rogers presenta, incluso con gráficos, la personalidad total formada por la estructura mi mismidad y por la experiencia en dos situaciones diferentes: la del conflicto, antes de la terapia; y la integrada, después de una terapia exitosa.

El concepto de "self" (yo) es fundamental dentro de la teoría de la personalidad de Rogers: "una de las nociones claves de nuestro sistema".

Diferencia entre mi Estructura y mi ESENCIA y su armonización Como ya hemos visto, algunas ideas derivadas del concepto positivo de persona están insertas en la dinámica rogeriana de la personalidad: confianza en el individuo, tendencia a la actualización, apertura a la experiencia, desarrollo sano del ego y defensas.

Rogers afirma que "la personalidad es un sistema organizado, dinámico y abierto" (1975, pág. 179).

La personalidad abarca a la persona y no sólo a la inteligencia: "El hombre es más sabio que su intelecto; que su organismo como un todo; posee una sabiduría y una intencionalidad que supera en mucho su pensamiento" (Rogers, 1977e, pág. 192).

Un concepto muy desarrollado por Rogers es el del funcionamiento óptimo de la personalidad o vida plena. Hay un capítulo (VII) en Llegar a ser Persona y otro (XIV) en Libertad para Aprender, en que habla sobre esta persona ideal.

La persona en pleno funcionamiento es el objetivo último de todo el trabajo multidimensionado de Rogers:

¿Por qué estamos luchando? ¿Por qué deseamos lo mejor (sea cual sea nuestra definición del término) en la vida familiar, en la escuela, en la universidad, en la comunidad? Porque, mientras no descubramos nuestra propia esencias no nos podremos comunicar en profundidad y no nos irradiaremos mutuamente nuestros sentimientos de luz ni los de sombra y en consecuencia no habrá paz en el mundo. Mi esencia son los valores ,dones ,carismas personales heredados genéticamente o adquiridos en estos año vividos ,por los que yo me amo y me aman.

Esta persona "sería abierta a la propia experiencia", "viviría de una forma existencial" y "vería su organismo como un instrumento fidedigno de llevar el comportamiento más satisfactorio, en cada situación existencial

f) ROGERS y los valores

En un artículo ROGERS distingue, entre los valores operativos, pensados y objetivos. Le interesan sólo los dos primeros. Analiza, a continuación, la forma infantil de valorización: "El niño es el centro del proceso de valorización, y la prueba de sus elecciones es dada por sus sentidos" (1976, pág. 17). Hablando sobre el cambio en el proceso de valorización, muestra que:

En un intento de recibir y conservar amor, aprobación y consideración, el individuo renuncia al centro de evaluación que posee inicialmente, y lo atribuye a los otros. Aprende a tener una desconfianza básica en su experiencia, como guía de su conducta. Aprende con los otros un gran número de valores pensados y los adopta como suyos, aunque puedan ser muy diferentes de lo que está sintiendo. Como sus conceptos no se basan en su valorización, tienden a ser fijos y rígidos y no fluidos y mutantes (Rogers, 1976, pág. 19).

Rogers presenta cinco (5) proposiciones referentes al desarrollo y a los resultados del proceso de valorización:

"En el fuero íntimo del ser humano existe una base organística de un proceso organizado de valorización";

"Este proceso es eficiente, en la medida en que el individuo está abierto a las vivencias que ocurren en su interior";

"Para ayudar al individuo en esta apertura, en la relación debe ser apreciado como persona, sus descubrimientos deben ser comprendidos y evaluados empáticamente y deben tener la libertad para vivenciar sus sentimientos";

"A las personas que están caminando para una mayor apertura de su vivencia, existe un punto organísmico común de orientación de valor";

e) "Estas orientaciones comunes de valor son de tal forma que acentúan el desarrollo del individuo, así como lo de otros de su comunidad, y contribuyen para la supervivencia y la evolución de su especie" (1976, pág. 26-27).

Rogers afirma categóricamente que esta opción personal de valor sólo debe llevar al individuo a armonizar sus potencias de SER y crecer:

Me atrevo a creer que, cuando el ser humano queda interiormente libre para elegir lo que valore profundamente, tiende a valorar los objetos, las experiencias y los objetivos que permiten su supervivencia, su crecimiento y el desarrollo de otras personas (1976, pág. 29-30).

En el final del artículo presenta algunas consideraciones de valor que parecen muy comunes a los individuos y hasta para las diferentes culturas: "sinceridad, independencia, dirección personal, autoconocimiento, sensibilidad social, responsabilidad social y relaciones interpersonales de amor" (1976, pág. 32).

EL AMOR COMO UN IMPORTANTE VALOR EN EL MÉTODO NO-DIRECTIVO DE ROGERS

Terminamos de ver que Rogers considera el amor como un valor común a la mayoría de los individuos y de las culturas, y que presenta el amor como sinónimo de la "consideración incondicional positiva", que es una actitud básica en una buena relación dentro de su teoría.

Dividiremos este capítulo en cuatro (4) partes: valorización del sentimiento, concepto de amor, amor caluroso y demostrado y simpatía por la juventud.

1) Valorización del sentimiento

Para que los objetivos de una terapia, de una orientación, de la educación, de la administración, de la familia, de los grupos sean logrados – siguiendo el pensamiento de Rogers – es esencial el establecimiento de una relación satisfactoria. Por otro lado, hoy, esta idea es aceptada por casi todas las corrientes psicológicas.

Para Rogers, esta relación no puede ser satisfactoria se queda limitada al campo cognoscitivo; tiene que abarcar las vivencias sensoriales y hasta viscerales del individuo. El terapeuta rogeriano "es capaz de participar completamente en la comunicación del paciente" (Rogers, 1974a,

66).

Hace falta recordarse de que las palabras son sólo simbolizaciones de las vivencias. En nuestra cultura valoramos más las ideas que los sentimientos y Rogers propone que se responda a los sentimientos del individuo y no sólo a su contenido intelectual (Rogers, 1973, pág. 145).

La libre expresión de las actitudes afectivas provoca, en el individuo, una nueva percepción de sí mismo y él, entonces, puede desarrollar la comprensión y la liberación de los impulsos reprimidos.

En la escuela, hubo una sobre valorización del intelecto,

Pero en la vida, en la terapia, en las relaciones con el sexo opuesto, en el matrimonio, en las relaciones entre padres e hijos, en los grupos de encuentro o en reuniones de departamentos universitarios, fuimos obligados a aprender que los sentimientos forman una parte igualmente importante de la vida (Rogers, 1977e, pág. 175).

Kinget dice que el pensamiento psicoterapéutico cambió de forma sorprendente la concepción de la actitud afectiva del terapeuta respecto al cliente:

En el inicio de la terapia, el papel destinado al clínico era el de una tela neutra sobre la cual el paciente se proyectaría a sí mismo, así como sus problemas. Los autores contemporáneos, al contrario, son prácticamente unánimes en su insistencia sobre la necesidad de relaciones de carácter caluroso y recíproco. En la psicoterapia actual, contemporánea, se puede decir que la noción de una relación de carácter distante, objetivo y unilateral dio lugar, totalmente, a una relación auténticamente personal que se acerca cada vez más de la relación tal como la concebimos aquí. El papel del pensamiento de Rogers en este cambio no podría ser determinado con exactitud, pero podemos creer que ha sido considerable" (Rogers, 1977d, pág. 96).

Ella también acentúa que "más preocupado del factor humano que del factor técnico, el profesional de la orientación rogeriana entiende las condiciones de su trabajo en forma de actitud" (1977d, pág. 75).

En la combinación de elementos que propician una relación auténtica está la atmósfera, el clima, que, según Rogers, debe ser de "seguridad, calor y comprensión empática" (1977a, pág. 146 y Kinget, 1977d, pág. 76-77).

En su libro Psicoterapia y Consulta Psicológica, Rogers presenta cuatro (4) categorías que caracterizan aquella atmósfera favorable:

Un calor y una capacidad de respuesta, por parte del orientador, que torna la relación posible y hace evolucionar gradualmente para un nivel afectivo más profundo (1973, pág. 97);

Permisividad con relación a la expresión de sentimientos y ausencia de cualquier actitud moralista o juzgadora de parte del orientador (1973, pág. 98);

Aceptación de límites definidos a la acción del individuo (1973, pág. 99);

Estar libre de cualquier tipo de presión o coerción (1973, pág. 99).

Las dificultades mayores para la formación de este clima propicio se relacionan principalmente con los factores afectivos inconscientes (1973, pág. 144).

Aunque la relación orientador-paciente deba ser calurosa y afectiva, para Rogers ésta no es una relación padre-hijo, o de amigo a amigo, o de profesor-alumno, o de médico-enfermo, o de jefe-subordinado, o de cura-parroquiano, ni de una relación entre compañeros (1973, pág. 95-96). Comprensión es diferente de compromiso o de involucrarse afectivamente.

2) Concepto de amor en Rogers

En la relación terapéutica positiva, el "paciente pasa de una experiencia de sí como una persona sin valor, inaceptable, de la quien nadie gusta, a la comprensión de que es aceptada, respetada y amada" (Rogers, 1974a, pág. 164).

Rogers enfatiza bien el valor de este último término: "Amado, tal vez, tenga aquí su sentido más profundo y más general: el de ser profundamente comprendido y profundamente aceptado... (el cliente) encuentra ahí una aceptación total o amor..." (Rogers, 1974a, pág. 169). Aquí ya podemos percibir la profundidad de este amor que debe llegar a la aceptación total.

Continuando, Rogers da énfasis al hecho de que "cuando (el individuo) comienza a aceptarse, a respetarse y a amarse a sí mismo, es capaz de hacer la experiencia de esas actitudes con las otras personas" (1974a, pág. 165).

Rogers sigue hablando de la experiencia de Oliver Brown, de su equipo, quien, una larga exposición de diez páginas, describe una terapia en la cual el relieve recae en una "relación profunda y significativa", que él prefiere llamar "amor", aunque pueda ser fácilmente mal interpretado (Rogers, 1974a, pág. 165-174).

Al comentar la entrevista de una paciente, Rogers define el amor:

Es simplemente el sentimiento que impele un ser humano hacia otro, sentimiento que me parece a mí todavía más fundamental que el instinto sexual o sentimientos familiares. Es un interés suficientemente grande por el otro para que no se tengan ganas de interferir en su desarrollo o servirse de él para fines egoístas. La satisfacción viene del hecho de dejarlo libre para crecer a su modo (Rogers, 1977a, pág. 85).

El momento en que, según nuestra opinión, Rogers más profundizó y dio su mejor definición de amor fue en Persona a Persona, cuando diserta sobre la consideración positiva que es una "actitud afectuosa, positiva y de aceptación frente a lo que está en el cliente". Pero él puede ir mucho más allá:

Significa una forma de amor por el paciente tal como este es, desde que comprendamos la palabra amor, como el equivalente del término teológico ágape, y no en su sentido corriente, romántico y posesivo. Lo que estoy escribiendo no es un sentimiento paternalista, ni sentimental, ni superficialmente social y agradable. Respeta a la otra persona como un individuo diferente, y no la valoriza exclusivamente por lo que posee. Es un tipo de amor que tiene fuerza y nada exige (1976, pág. 109).

Fue la única vez que vimos a Rogers recurrir a la teología, que abandonó en su juventud, para explicar el sentido de esta palabra usada actualmente en sus sentidos más contrastantes.

Esta conceptualización rogeriana de amor se acerca a la que su amigo existencialista Maslow llama "S-amor": "Ya describí de forma preliminar la dinámica contrastante del 'S-amor' (amor por el ser de otra persona, amor desinteresado, amor altruista) y del 'D-amor' (amor-deficiencia, necesidad de amor, amor egoísta)" (Maslow, 1973, pág. 69).

Stevens también recurre a las palabras "ágape" (griega) y "caritas" (latina) para definir el amor no-posesivo que, para ella, es el espíritu que empuja a fluir, cambiar y crecer. Reclama que, en las lenguas vivas, sólo existe la palabra amor con el significado, casi siempre, de la posesividad (Rogers et allí, 1976, pág. 282). Y menciona a Trigant Murrow, quien escribe:

El amor es unidad, participación y comprensión. Es sencillo, armonioso, incondicional. El amor y la vida son una cosa sola... Es integral, espontáneo y libre. La sexualidad siempre choca con el amor. Es el "yo", y el amor es precisamente la ignorancia del "yo" (cf. Steven, 1976, pág. 304-305).

3.- Amor caluroso y demostrado

Stevens cuenta que su marido, en un hospital de Nueva York, en la década de veinte, consiguió salvar a un bebé que estaba agonizando, cuando pidió a una enfermera: "Cuide a ese bebé como si fuera suyo simplemente dele todo su amor". Ella escribe que "en aquella época, 'amor' era una palabra tonta hasta para los psicólogos; para médicos y enfermeras, todavía hoy parece ser algo que no debe sentirse mucho con relación a un paciente" (1976, pág. 36). En la concepción rogeriana de persona, la necesidad de ser amado y su propensión son también factores de equilibrio de los impulsos de agresión (Rogers, 1977d, pág. 269).

Rogers, a pesar de haber nacido y crecido en una familia que no se relacionaba con calor y amor visibles, cuenta en su autobiografía que su esposa Helen fue una fuente bastante abundante: "... estoy convencido que el apoyo de su amor y el afecto de su compañía a lo largo de todos estos años fueron un factor de enriquecimiento extremadamente importante en mi vida (1977a, pág. 19).

A las películas que pudimos asistir sobre la actuación de él, se nota una persona acogedora, afectuosa e inspiradora de confianza que él debe de ser. Por eso muchos fracasan, porque de nada sirve conocer puramente una técnica no-directiva. Lo difícil es ser la persona auténtica, empática y llena de amor positivo y demostrado, como es Carl Rogers.

Rogers cuenta que, "durante mucho tiempo, tuvo la tendencia a rechazar, casi automáticamente, cualesquier sentimiento positivo orientado en mi dirección". Pero después empezó a aceptar la estima y el afecto de las personas. Cuenta un caso de dos padres que consiguieron, en el grupo de encuentro, demostrar su afecto y amor" (Rogers, 1977b, pág. 221-223).

Asevera que este amor sólo debe facilitar el crecimiento y el desarrollo de las personas:

Sentir aprecio o amar, ser apreciado o amado son, para mí, experiencias que acentúan el crecimiento interior. Una persona que es amada, porque se le da aprecio, no porque se desea poseerla, ve florecer y desarrollarse su propio y singular ser. Quien ama de este modo no posesivo, se enriquece a sí mismo. Ésa ha sido, por lo menos, mi experiencia (Rogers, 1977b, pág. 224).

La consideración positiva, que es puesta como faceta de este amor y que involucra sentimientos y actitudes de calor, de acogida, de simpatía, de respeto y de aceptación, para Standal es una necesidad fundamental, pero adquirida, que se desarrolla durante la primera infancia (Rogers, 1977d, pág. 175).

Para otros autores, es una tendencia innata e instintiva. Rogers, que acepta la jerarquía de las necesidades del instinto propuestas por Maslow, no sigue el pensamiento de Standal: "Pienso que tendría que decir que la necesidad de amor y de afecto me parece innata..." (Frick, 1975, pág. 112).

La actitud del terapeuta es de una aceptación plena y libre, sin recelo, de los sentimientos positivos de otra persona. Rogers asiste a la lucha de coraje del individuo con admiración y "siente una reacción afectuosa, calurosa y positiva con relación al paciente" (Rogers, 1977a, pág. 83).

El terapeuta puede "reaccionar con amor ante esa persona, que también quiere amor, pero que, de momento, tiene que demostrar lo contrario" (Rogers, 1974a, pág. 166). Kinget alerta que "para tener efectos positivos, la actitud afectiva del terapeuta debe mantener un cierto equilibrio". Si es demasiado moderada, no despierta en el cliente las fuerzas de crecimiento; "si el calor es necesario", compromete la terapia, por ser difícil de mantenerlo constante durante todo el proceso y por alimentar en el cliente la ilusión de que es amado como desea (1977d, pág. 97).

Para el cliente, el calor debe actuar a la manera de un factor vitalizador. En la relación con el terapeuta, él pasa de una persona que no se acepta a la comprensión de que es aceptada, respetada y amada. Desde que comienza a amarse a sí mismo es capaz de hacerlo con relación a las otras personas (Rogers, 1974a, pág. 164-165).

Rogers, aventurándose en formular una hipótesis sobre el factor crucial del cambio positivo que ocurre en el paciente, termina así una de sus películas:

Lo que experimenta el individuo en la terapia es, lo que todo indica, la experiencia de ser amado. Amado no de forma posesiva, sino de una forma que le permita ser una persona distinta, con ideas y sentimientos propios de una manera de ser que le es exclusivamente personal (cf. Kinget, 1977d, pág. 100).

En los grupos, el amor caluroso también es muy importante. Cada persona, como miembro de un grupo, aprende "lo que significa dar y recibir apoyo afectivo y comprensión de una forma nueva y más experimentada" (Rogers, 1974a, pág. 286). El líder de esos grupos debe tener calor y empatía para crear una atmósfera de aceptación (pág. 342).

4. Simpatía por la juventud

Rogers cuenta, en su autobiografía, que fue con un grupo de jóvenes que empezó a hacer las primeras amistades. Y trabajó con la juventud durante toda su vida profesional: como terapeuta, consejero, padre, profesor y orientador de grupos. Al hablar de los valores afirma que "en casi todos los países, la juventud está profundamente insegura en cuanto a su orientación de valor" (Rogers, 1976, pág. 13).

Justo en las primeras palabras de su libro ”Nuevas Formas de Amor”, pregunta: ¿Por qué estoy escribiendo este libro?, y luego contesta:

Porque me gusta la gente joven. Hace muchos años que eso es verdad, y es más que verdad en este momento. Mucho de lo que aprendí al respecto del mundo moderno viene de mi costumbre de observar a los jóvenes – jóvenes compañeros, amigos y nietos – y de estar dispuesto a profundizarme con ellos en los elementos de la vida que los emocionan, los irritan y los dejan perplejos" (Rogers, 1977c, pág. 9).

Dice, en otro escrito autobiográfico, que, después de los pacientes, la segunda fuente importante de estímulo fue su relación simbiótica con los jóvenes, principalmente con sus compañeros más jóvenes: "los jóvenes me parecen menos pretenciosos, menos defensivos, más abiertos en sus críticas y más creativos en sus sugerencias. Les debo mucho" (Rogers, 1977e, pág. 41).

Rogers no acepta que el estudiante necesite ser motivado:

El joven es intrínsicamente motivado, en alto grado. Muchos elementos de su ambiente constituyen desafíos para él. Es curioso, tiene la ansiedad de descubrir, de conocer, de resolver problemas (Rogers, 1977b, pág. 135).

Más adelante resalta:

El adolescente creativo parece poseer la aptitud para libertarse de lo usual, para diferenciarse de la rutina. Parece deleitarse con el riesgo y la incertidumbre de lo desconocido (pág. 174).

Frente a la deshumanización del sistema de enseñanza separando las ideas, Rogers cree que sólo con la ayuda de la generación más joven podemos superar esto:

Es posible que los jóvenes consigan reconstruirnos como personas. Dios sabe que necesitamos volver a ser organismos unificados en contacto con todo lo que se refiere a nosotros y a nuestro medio (Rogers, 1977e, pág. 178).

LA LIBERTAD EN LA TEORIA ROGERIANA

Nosotros ya hemos visto que, en esta teoría, es imprescindible la libre expresión de los sentimientos. Rogers desarrolló su concepto de libertad principalmente el Persona a Persona y en Libertad para Aprender, donde defiende la libertad en la escuela.

La libertad de la persona humana es un concepto que Rogers defiende con mucho vigor y es una condición fundamental para que se logren alcanzar los objetivos propuestos en su trabajo. Sostuvo innumerables debates con Skinner, para quien la libertad es un mito.

Uno no puede decir que sigue una línea rogeriana si no defiende la libertad como valor insustituible.

Rogers afirma que "me sentiría incapaz de explicar el cambio positivo que puede ocurrir en psicoterapia, si omitiera la importancia del sentido de elección libre y responsable, por parte de mis pacientes" (Rogers, 1977b, pág. 253).

De hecho, la experiencia de aprender a ser libre es una de las más emocionantes en la terapia (Rogers, 1976, pág. 53).

Para el humanista de La Jolla la libertad "es esencialmente algo íntimo, alguna cosa que existe en la persona". Él habla del tipo de libertad, que, como describe Frankl, no lograban sacar a los prisioneros de los campos de concentración. Esta libertad íntima, subjetiva y existencial, para Rogers,

Es una convicción de que "yo puedo vivir, aquí y ahora, por mi propia elección". Es la calidad del coraje que permite que una persona, al elegir, aplaste la incertidumbre de lo desconocido. Es el descubrimiento del sentido interior, sentido que aparece cuando se escuchan, sensible y abiertamente, las complejidades de la vivencia. Es el peso de ser responsable por el "yo" que la persona decide ser. Es el reconocimiento, por la persona, de que es un proceso emergente y no un producto final estático (Rogers, 1976, la pág. 59 y 1977b, pág. 253).

La libertad, bien entendida, "es una realización por la persona de la secuencia ordenada de su vida". Rogers menciona a Martin Buber:

El hombre libre... cree en el destino y cree que éste le necesita...

Aquél que olvida todo lo que es causal y toma la decisión a partir de las profundidades... es un hombre libre, y el destino lo enfrenta como complemento de su libertad. No es su límite, sino su realización (cf. Rogers, 1976, pág. 59-60).

Como filósofo existencialista, Buber defiende la libertad en contraposición de aquellos que la consideran fuera de uso, en el mundo científico y condicionante de hoy.

Rogers dice que se dio cuenta de esta libertad en la vivencia de sus pacientes: ella existe como persona subjetiva, libertad que ella usa para vivir sus potencialidades. Afirma también,

Esta vivencia ocurre en una relación afectuosa y comprensiva en que la persona se siente libre de varias cosas – por ejemplo, amenazas – y libre para escoger y ser (1976, pág. 60).

Rogers, con lo que dijo, pone en evidencia el concepto existencialista de libertad de y libertad para o una libertad con una finalidad. "La vida que produce satisfacción consiste, no en una vida sin problemas, sino en una vida con una finalidad unificada" (Rogers, 1973, pág. 233-234).

En la terapia, el cliente deja de vivir para satisfacer a las expectativas de los otros, siendo una persona dirigida por fuerzas interiores y exteriores, para ser una persona que acepta sus sentimientos y confía en las capas más profundas de su naturaleza (Rogers, 1976 pág. 54-56).

Si el hombre no es libre se convierte en un fenómeno sin significación en un mundo sin sentido.

Para que haya creatividad es necesario que haya un clima de libertad psicológica (Rogers, 1977b, pág. 318).

Menciona un estudio de Crutchfield que "parece implicar que la persona interiormente libre, abierta a su propia experiencia, dotada del sentido de su libertad y de su opción responsable, está, probablemente, más lejos de ser controlada que aquella a quien le faltan tales cualidades (cf. Rogers, 1977b, pág. 255).

"La persona en pleno funcionamiento no sólo experimenta, sino que utiliza, la más absoluta libertad, cuando espontánea, libre y voluntariamente elige y desea lo que es absolutamente determinado" (Rogers, 1977b, pág. 245). Testigo que él mismo es un persistente promotor de la libertad:

Me gusta dar libertad a las otras personas y pienso que, a ese respecto, adquirí y desarrollé una aptitud considerable. A menudo, aunque no siempre, soy capaz de tomar un grupo, un curso o una clase de alumnos y volverlos psicológicamente libres. Puedo crear un clima en el cual cada uno sea lo que es y por sí mismo sea dirigido (Rogers, 1977b, pág. 220).

3.- APLICACION DEL METODO ROGERIANO A LA EDUCACION Y A LA ORIENTACION

El método rogeriano en la educación

Rogers, profesor desde los tiempos de Rochester, es un hombre preocupado por los rumbos de la educación, de las actividades pedagógicas y de la enseñanza-aprendizaje.

Conecta la educación con la tarea de renovar al hombre y, a través de él, el mundo. No concibe una educación mantenedora del "status quo", un alumno pasivo, receptivo y acomodado, una enseñanza que no satisfaga los intereses del alumno, una escuela que use el mismo sistema magisterial de siglos atrás.

Su libro, “Libertad para Aprender”, expone ideas innovadoras sobre educación, libertad, valores, la persona en pleno funcionamiento, facilidades de aprendizaje, administración, experiencias de enseñanza centradas en el alumno. Aborda este asunto en los capítulos XI e XII del Llegar a Ser Persona y en el capítulo IX del Terapia Centrada en el Paciente y en muchos pasajes de sus numerosas obras.

Como podemos percibir, Rogers critican fuertemente la inercia educativa, pero no se oponía a la institución, como lo hacía Illich, por ejemplo. Estando dentro de la realidad escolar concreta, intentaba encontrar maneras de revolucionar su acción.

Rogers, opositor de la educación tradicional y defensor de una nueva educación

Rogers afirma que, en la enseñanza tradicional, no se puede confiar en el alumno. El profesor motiva, informa y organiza los elementos, y tiene que recurrir a las pruebas, a los informes, a los interrogaciones y a los exámenes para forzar el alumno a estudiar (1974a, pág. 415).

Educación no es sólo evaluación. Aprender no es equivalente a oír una exposición. Lamentablemente, "los exámenes se convirtieron en el principio y en el fin de la educación" (1977b, pág. 174-177).

Comentando sobre el psicólogo escolar, pregunta si éste debe ser restringido al "tratamiento de los males individuales provocados por un sistema obsoleto de enseñanza" o se debe "tener un papel en la promoción de una oportunidad de aprendizaje en que la curiosidad de los estudiantes pueda expandirse y en que la alegría de aprender sustituya las tareas obligatorias de las cárceles que actualmente llamamos de escuelas" (Rogers, 1977e, pág. 169).

Haciendo el relato, en Harvard, de algunas conclusiones suyo respecto a la enseñanza, provocó mucha reacción y hasta polémica. Siguen, a continuación, las más fuertes: "Yo no puedo enseñar otra persona la forma de enseñar"; "comprendí que había tenido interés en ser profesor"; y, "por eso siento que los resultados de la enseñanza o no tienen importancia o son perniciosos". Propone también el "fin de la enseñanza, de los exámenes, de los grados y evaluaciones, de los diplomas y de las conclusiones" (Rogers, 1977a, pág. 253-255 y 1977b, pág. 155-156).

Es obvio que, al afirmar eso en el centro de la tradición educacional estadounidense, despertó las más contundentes críticas de especialistas presentes y ausentes.

Como la "educación se transforma en la frustrada tentativa de aprender asignaturas sin cualquier significado personal", Rogers propone una enseñanza en que el alumno enfrente problemas que tengan sentido y que sean importantes para él. El alumno sólo está interesado en aprender lo que tiene influencia sobre su comportamiento (Rogers, 1977b, pág. 156). Y afirma, basado en su experiencia, que el aprendizaje (fin) es más importante que la enseñanza (medio): "Enseñar me parece de tan poca importancia y aprender pasó a ser enormemente importante para mí" (1977b, pág. 153).

Rogers distingue dos especies de aprendizaje:

El aprendizaje de sílabas sin sentido, que sólo trata con el cerebro, no involucrando sentimientos ni significados personales y que no tienen la mínima relevancia para la persona como un todo;

El aprendizaje experimental o significativo, que busca abrazar la persona como un todo, en su aspecto sensible y cognitivo. Ella es auto-iniciada, penetrante y evaluada por el alumno (1977b, pág. 19-21).

Rogers naturalmente defiende, y siempre partiendo de su ejemplo y de su experiencia, el aprendizaje significativo centrado en el alumno, involucrando toda su persona. Propone "reunir el aprendizaje cognitivo, que fue siempre necesario, con el aprendizaje afectivo-vivencial, tan despreciado hoy en la enseñanza" (1977e, pág. 143).

Partiendo de su concepto de que la educación es facilitar el cambio y el aprendizaje, sostiene que:

El único hombre que se educa es aquel que aprendió cómo aprender; que aprendió cómo adaptarse y cómo cambiar; que se dio cuenta de que ningún conocimiento es seguro y que sólo el proceso de buscar el conocimiento ofrece una base de seguridad (1977b, PÁG. 110).

A través de las experiencias concretas con el aprendizaje centrado en el alumno, podemos observar que no es dogmático ni quiere cambiar todo de forma súbita, sino que presenta ejemplos que cualquier profesor puede realizar.

La primera experiencia que presenta es el relato que una profesora hace de su trabajo con un sexto básico. Encontrando una clase muy difícil, ella intentó una experiencia de tres meses de estudio autodirigido y quedó impresionada con los resultados (1977b, pág. 28-38).

La segunda experiencia es el relato de un profesor universitario que dio clases sobre la Introducción a la Psicología usando el estudio autodirigido con algunos matices de la enseñanza tradicional (Rogers, 1977b, pág. 43-65).

A pesar de su pesimismo con relación a los cambios en la educación, Rogers cree que algo de nuevo está surgiendo:

Hay profesores que se arriesgan, que intentan ser ellos mismos, confían en sus alumnos, aventurándose por lo existencial desconocido, enfrentan una transición subjetiva... sentimos que hay personas que están siendo creadas, aprendices que están siendo iniciados, futuros ciudadanos que emergen para enfrentar el reto de los mundos desconocidos. Si sólo un profesor de entre cien decide arriesgarse, se atreve a confiar, se atreve a comprender, asistiremos a una infusión de espíritu vivo, en la educación, la cual será, a mi parecer, inestimable (Rogers, 1977b, pág. 127).

Rogers, profesor

Rogers asegura que, por más de 40 años realizó experiencias en el trato con los alumnos y está comprometido con los sistemas escolares (1977b, pág.11 e 1977e, pág. 165). Cuenta que, después de haber formulado los conceptos del proceso terapéutico no-directivo, empezó a reflexionar si no podrían ser aplicados al campo educacional. Él y otros compañeros experimentaron, con adaptaciones, la orientación no-directiva en el campo pedagógico, con éxitos y fracasos. Sacaron sus primeras conclusiones. Rogers luego descubrió que Nathaniel Cantor, teniendo como punto de partida las teorías de Rank, llegó a idénticas conclusiones. Percibió que su experiencia reafirmaba ciertos principios de Dewey y de Kilpatrick (Rogers, 1974ª, pág. 377-379).

Es obvio que la base de toda su actividad como profesor consejero y promovedor de la libertad, como se declara, es la confianza en la potencialidad y en la sabiduría del ser humano para realizar cambios (1977b, pág. 13). Él mismo describe su modo de tratar a los estudiantes en el relato de un curso de postgrado. Rogers propone cuestiones que atingen a cualquier persona: ¿qué valores humanos defiendo?; ¿cuál es realmente mi posición ahora?; ¿qué quiero ser?; ¿cuál es mi objetivo?, ¿qué represento en el sistema cósmico de las cosas?". Hay límites y estructuras preparadas. "Lo que importa, dentro de esos límites, es que la libertad ofrecida sea real" (Rogers, 1977b, pág.84).

Enseñanza centrada en el alumno

Rogers defiende una perspectiva opuesta a la de la enseñanza tradicional:

Se puede confiar en el alumno. Podemos confiar

en que deseará aprender todas las formas que

Promuevan su personalidad; podemos confiar en

Que utilizará los medios para alcanzar esta finalidad; podemos confiar en él para que se

Pueda evaluarse a sí mismo de una forma que

Lo permita desarrollarse;podemos confiar en que

Progresará, desde que le sea proporcionada atmósfera favorable (Rogers, 1974a, pág. 445-446).

Un requisito básico para el profesor que quiere promover la enseñanza centrada en el alumno "es una profunda confianza en el organismo humano" (Rogers, 1976. pág. 68). El alumno necesita que le den problemas que tengan significado y relevancia para él. Cuando esto sucede, él quiere aprender, progresar, descubrir, dominar y crear y dirigirse a la autodisciplina" (Rogers, 1977b, pág. 119, 124).

La enseñanza centrada en el alumno propicia el encuentro personal directo del orientador con el aprendiz, de persona a persona.

El objetivo de esa enseñanza es

Ayudar a los estudiantes para se conviertan en individuos capaces de tener acciones espontáneas y ser responsables por estas acciones; ser capaces de una elección inteligente y de auto-orientación; sean capaces de lograr un aprendizaje crítico, de evaluar las contribuciones dadas a los otros; que adquieran conocimientos importantes para la solución de problemas; que, lo más importante, sean capaces de una adaptación flexible e inteligente a las nuevas situaciones problemáticas; que interioricen una forma de adaptación para enfrentar los problemas, empleando libre y creativamente toda la experiencia adecuada; sean capaces de cooperar efectivamente con los otros en esas actividades; que trabajen, no para la aprobación de los otros, sino en función de sus intenciones socializadas (Rogers, 1976, pág. 66).

La enseñanza centrada en el alumno no se restringe sólo a los aspectos cognoscitivos. "Aprendizajes significativos son los de carácter más personal – independencia, auto-iniciativa y responsabilidad; libertad y creatividad; tendencia para llegar a ser una persona más" (Rogers, 1977b,

pág. 124).

Para facilitar el aprendizaje es:

Libertar la curiosidad; permitir que las personas asuman la tarea de seguir en nuevos rumbos, dictados por sus propios intereses; desencadenar el sentido de la investigación; abrir las puertas a la indagación y al análisis; reconocer que todo se encuentra en proceso de cambio (1977b, pág. 111).

Los resultados de la enseñanza centrada en el alumno son los más variados: el campo de experiencia de cada persona es bien diferente del de las otras. Inicialmente se nota perplejidad, y hasta confusión y frustración por parte de los alumnos. Después, se percibe que la mayor parte de los alumnos estudia con más intensidad y profundidad que en un curso común. Otro resultado es que atañe la propia vida del alumno (Rogers, 1974a, pág. 408-410).

Rogers aborda también algunos puntos prácticos referente a la enseñanza centrada en el alumno:

El uso del contrato de trabajo capacita al alumno a establecer objetivos propios y a planear lo que quiere hacer;

A respetar la libertad de los alumnos, puede dejarlos elegir grupos autodirigidos;

En el campo de las ciencias, se puede desarrollar bien el espíritu de investigación, así como para profesores;

La simulación es un sistema social en miniatura; un modelo de una organización, una noción o un mundo, un laboratorio, en el cual una amplia variedad de situaciones sociales puede ser reproducida;

La instrucción programada puede ayudar a alcanzar un objetivo con plazo definido;

Los grupos de encuentro están surgiendo en colegios y universidades con muy buenos resultados (Rogers, 1977b, pág. 136-144).

Rogers presenta el testimonio de una profesora:

Decir que estoy acostumbrada a lo que ocurrió sólo refleja vagamente mis pensamientos. Fui profesora durante muchos más... y nunca había visto aparecer tan nítidamente en clase a una persona integral, tan profundamente comprometida, tan profundamente despierta... Sólo puedo... decir que estoy agradecida por la experiencia y que me torné menos arrogante (1977, pág. 75).

El propio Rogers encierra este párrafo:

La conclusión a la que nos lleva estos estudios es que vale la pena ser personal y humano en clase. Una atmósfera humana es mucho más que algo agradable para todos los que en ella están insertos. Promueve también más aprendizaje y más significación. Cuando actitudes de autenticidad, respeto por el individuo y comprensión del mundo particular del estudiante están presentes, eventos estimulantes acontecen. La recompensa está no sólo en las calificaciones, adquisición de lectura y similar, sino que en las calidades más huidizas, como un aumento en la autoconfianza, una mayor creatividad y más afecto por otras personas. En resumen, un clase con estas características induce a un aprendizaje positivo, unificado, por la persona como un todo (Rogers, 1977e, pág. 154).

El papel del profesor-orientador

La finalidad del profesor-orientador, en el método rogeriano, es ayudar permanentemente a descubrir los objetivos individuales para congregarlos en uno o más grupos de individuos. Indica también los medios que son ignorados por los estudiantes y acepta el papel que le es atribuido por el grupo en función de sus propios objetivos (Rogers, 1974, pág. 391).

El profesor se pone a disposición de los alumnos, con su conocimiento especializado y su experiencia, pero no se impone a ellos. El profesor trata de establecer en clase cierto clima favorable a una buena relación personal entre todos los participantes del trabajo escolar.

Rogers resume en diez puntos las cualidades de un profesor-orientador:

el orientador tiene mucho que ver con el establecimiento de la disposición inicial o clima del grupo o de la experiencia en clases;

el orientador ayuda a traer a la superficie y a elucidar los propósitos individuales del grupo;

Cuenta con el deseo del alumno de realizar los propósitos que tienen sentido, para cada uno, con la fuerza de la motivación subyacente al aprendizaje significativo;

se esfuerza por organizar y facilitar la disponibilidad de los recursos, para el aprendizaje, de la forma más amplia posible;

se considera, a sí mismo, como un recurso flexible a ser utilizado por el grupo;

Correspondiendo a las expectativas del grupo, en la clase, acepta, a la vez, el contenido intelectual y las actitudes emotivas, y se esfuerza por dar a cada aspecto el grado de importancia que le es prestado por el grupo o por el individuo;

Cuando se establece un clima de receptividad, en clases, el orientador está apto para convertirse, progresivamente, en un aprendiz participante, en un miembro del grupo, expresando sus opiniones como los demás individuos;

Toma la iniciativa de compartir con el grupo, tanto en sus sentimientos como en sus ideas, de modo de no exigir ni imponerse, sino, simplemente, representar una participación personal que los alumnos pueden acoger o rechazar;

a través de la experiencia, en la clase, permanece atento a las expresiones de los sentimientos profundos y fuertes;

en el ejercicio de sus funciones de facilitar el aprendizaje, el líder busca reconocer y aceptar sus propias limitaciones (Rogers, 1977b, pág. 165-166).

Basado en investigaciones realizadas, Rogers afirma el criterio de la eficiencia:

Los profesores más eficientes obtuvieron el más alto cómputo en las diversas actitudes medidas por los inventarios; fueron considerados más auténticos, de nivel más elevado en cuanto a la estima con relación a sus alumnos, de mayor comprensión empática, menos condicionales y juzgadores en sus actividades (1977b, pág. 122).

Las actitudes básicas del sistema rogeriano, la autenticidad, la aceptación y la empatía, deben estar presentes en grado elevado también en un profesor.

El profesor debe ser "capaz de aceptar al alumno tal como es y de comprender los sentimientos que él manifiesta". Para establecer las condiciones de aprendizaje, el profesor debe tener una aceptación calurosa, una aceptación positiva incondicional y "entrar en una relación de empatía con las reacciones de miedo, de expectativa y de desánimo que están presentes cuando se enfrenta una nueva asignatura" (1977a, pág. 266).

Rogers, sin embargo, reconoce que "todo educador eficiente tiene su propio estilo de facilitar el aprendizaje a los alumnos" (1977b, pág.69). Y menciona Buber, para quien el buen profesor "debe ser una persona realmente existente, realmente presente para sus alumnos; es por el contacto que se educa. Contacto es la palabra clave de la educación" (cf. Rogers, 1977b, pág.107).Mi testimonio personales después de 45 años me hace sentir la certeza de esta orientación.

Principios de aprendizaje significativo

Rogers define el término de la siguiente forma:

Por aprendizaje significativo entiendo un aprendizaje que provoca una modificación, sea en la conducta del individuo, en la orientación de la acción futura que elige o en sus actitudes y en su personalidad. Es un aprendizaje penetrante, que no se limita a un aumento de conocimiento, sino que penetra profundamente en todas las etapas de su existencia (1977a, pág. 258).

Rogers presenta cuatro principios de aprendizaje en la Terapia Centrada en el Cliente y diez en Libertad para Aprender. Los cuatro principios e hipótesis iniciales se basan en el principio central de la enseñanza centrada en el alumno: "No podemos enseñar a otra persona directamente; sólo podemos facilitar su aprendizaje" (1974a, pág.381).

Ahora presentaremos los enunciados de los diez principios de aprendizaje significativo de Rogers:

Los seres humanos tienen una natural potencialidad para aprender;

El aprendizaje significativo se da cuando el estudiante percibe que la asignatura a estudiar se relaciona con sus propios objetivos;

El aprendizaje que implica cambio en la organización de cada uno en la percepción de sí mismo es amenazador y tiende a suscitar reacciones;

Los aprendizajes que amenazan el propio ser son percibidos y asimilados más fácilmente cuando las amenazas externas se reducen al mínimo;

Cuando es débil la amenaza al "yo", se puede percibir la experiencia bajo diversas formas y el aprendizaje a llevado a cabo;

Es a través de los actos que se adquiere un aprendizaje más significativo;

El aprendizaje es facilitado cuando el alumno participa responsablemente de su proceso;

El aprendizaje auto-iniciado que abarca a toda la persona a aprendiz – tanto en sus sentimientos como su inteligencia – es más duradero y fecundo;

La independencia, la creatividad y la auto-confianza son facilitadas cuando la autocrítica y la auto-apreciación son básicas y la evaluación hecha por los otros tiene importancia secundaria;

10)el aprendizaje socialmente más útil, en el mundo moderno, es el del

propio proceso de aprendizaje en una continua apertura a la experiencia y a la incorporación dentro de sí mismo, del proceso de cambio (Rogers, 1977b, pág. 159-164).

Un punto importante del aprendizaje rogeriana es que sólo el propio alumno puede evaluar en que grado alcanzó el objetivo. La auto-evaluación es importante para que el aprendizaje sea responsabilidad del alumno. El aprendizaje significativo es la única posibilidad en un mundo en continuo cambio:

El aprendizaje estático, de información, fue bien adecuado en épocas anteriores. Si nuestra cultura actual sobrevive es porque fuimos capaces de desarrollar personas para las cuales el cambio es el hecho central de la vida y para quien haya podido convivir, satisfactoriamente, con este hecho central (Rogers, 1977b, pág.164).

Aplicación del método rogeriano a la orientación

El segundo libro de Rogers, publicado en 1942, denominado Counseling and Psicoterapia, que fue traducido con el título” “Psicoterapia y Consulta Psicológica – mejor hubiera sido Orientación y “CONCEJERÍA”

Nosotros lo usamos con el nombre”ESCUCHAS” En este libro, propone las ideas que fue sacando de su experiencia de orientador y de terapeuta. Él mismo intentó distinguir y definir la función de cada uno. La psicoterapia sería para contactos más intensivos y prolongados, orientados para una organización más profunda de la personalidad, mientras que la orientación sería más para entrevistas ocasionales y superficiales.

Rogers elevó la orientación a una situación más destacada por la seriedad de la investigación que emprendió en este terreno. Es todavía una de las mayores autoridades en el asunto. Basta leer Estudios sobre Orientación Psicológica, bajo la coordinación de Ruth Scheefer, donde hace un resumen de artículos publicados en las revistas especializadas Journal of Counseling and Psychology y The Personnel and Guidance Journal. Muestra muchas investigaciones sobre la orientación centrada en el cliente o midiendo las actitudes básicas del orientador no-directivo.

Concepto y objetivo de la orientación

La orientación rogeriana también basada en una filosofía de la confianza en la persona.

Los métodos antiguos ya están desacreditados, según Rogers. Ordenar, prohibir, exhortar, infundir coraje, explicar e interpretar son maneras superadas en la orientación centrada en el cliente.

La hipótesis de la base propuesta por Rogers puede servir para definir la orientación:

La consulta psicológica eficaz consiste en una relación permisiva, estructurada de una forma definida que permite al paciente alcanzar una comprensión de sí mismo en un grado que lo capacite a progresar a la luz de su nueva orientación (Rogers, 1973, pág.29).

El objetivo de la orientación "es suscitar la aparición de una nueva actitud en el individuo que busca la consulta" (Rogers, 1973, pág.7).

Relación de apoyo

Rogers valoriza mucho el tipo de relación que ocurre en la orientación. Así define la relación de ayuda:

Entiendo por esta expresión una relación en la cual por lo menos una de las partes intente promover en la otra el crecimiento, el desarrollo, la maduración, un mejor funcionamiento y una mayor capacidad para enfrentar la vida. El otro, en este sentido, puede ser un individuo o un grupo. En otras palabras, la relación de ayuda puede ser definida con una situación en la cual uno de los participantes busca promover, en una o en la otra parte, una mayor expresión y una utilización más funcional de los recursos internos latentes del individuo (Rogers, 1977a, pág.43).

El orientador es un factor más significativo en el establecimiento del nivel de la relación, aunque el orientado también tenga su porcentaje de participación (Rogers, 1976, pág.115). O, todavía, "la relación de ayuda excelente es el tipo de relación creada por una persona psicológicamente madura" (Rogers, 1977a, pág.60).

Rogers se aprovecha de las investigaciones de varios estudiosos para saber cuales son las características de esas relaciones que favorecen el crecimiento. Según Fiedler, esos factores son:

Una capacidad para comprender lo que el cliente quiere significar y cuales son sentimientos; una receptividad sensible a las actitudes del cliente; un interés caluroso, sin una excesiva implicación emocional (Rogers, 1977a, pág.47).

c) Características, límites y duración de la orientación centrada en el cliente

Las características del método rogeriano de orientación son:

Hay una confianza mucho más profunda en el individuo para poder orientarse hacia la maduración, para la salud y para la adaptación;

Acentúa más fuertemente los elementos emotivos que los intelectuales;

Acentúa más la situación inmediata que el pasado del individuo;

Resalta que la propia relación es una experiencia de crecimiento (Rogers,

1973, pág. 40-42).

La orientación no-directiva es indicada:

Cuando el individuo está bajo tensión emocional;

Cuando es independiente del control familiar;

Cuando tiene la edad, la inteligencia y la estabilidad deseables;

Cuando no tiene deficiencias orgánicas;

Cuando tiene capacidad de tratar con los elementos de su situación vital;

Cuando el individuo desea recibir ayuda (Rogers, 1973, pág. 61-85).

Los límites de la orientación centrada en la orientación tienen referencia:

A la responsabilidad, que se debe, en gran parte, al cliente;

Al tiempo que establece una limitación humana arbitraria a que el cliente debe adaptarse;

A la acción agresiva, que es una limitación referente a los perjuicios que pueda provocar a los otros o a sus cosas;

Al afecto que el orientador muestra en la relación de ayuda (Rogers, 1973, pág. 105-115).

La duración del proceso de orientación depende del grado de inadaptación existente, de la competencia del orientador, de la osadía del desembarazo del cliente en recibir ayuda de la inteligencia del orientador.

Rogers aconseja que la orientación no tenga una duración superior a sesenta minutos y que el intervalo sea de una semana entre las entrevistas, ya que parece ser más eficaz para haber una buena asimilación (Rogers, 1973, pág. 247-256).

El orientador debe estar atento al progreso del paciente y, cuando perciba una independencia creciente, tome la iniciativa de proponer al cliente el término eventual de los contratos (1973, pág. 244).

d) Cualidades de la atmósfera de la orientación

Como la calidad del encuentro personal con el cliente es el elemento significativo para la eficiencia de la orientación, el clima psicológico que el orientador debe favorecer influye y ayuda al crecimiento (Rogers, 1976, pág. 103-117).

Para Rogers, parece haber por lo menos cuatro cualidades de la mejor atmósfera de la orientación centrada en el cliente:

Calor y capacidad de respuesta por parte del orientador que hace que la relación sea posible y hace evolucionar gradualmente un nivel afectivo más profundo;

Permisividad con relación a la expresión de los sentimientos;

Límites definidos a la acción del individuo en la entrevista;

Estar libre de cualquier tipo de presión: la hora de la entrevista pertenece al paciente y no al orientador (Rogers, 1973, pág. 97-99).

El paciente, correspondiendo a la atmósfera de libertad, puede dejar de lado sus defensas psicológicas habituales y empezar a ser, automáticamente, él mismo.

Cualidades del orientador

La primera cualidad de un orientador no-directivo es que se conozca profundamente. Cuando más conocimiento y aceptación tenga de sí, más podrá ayudar al paciente a ser él mismo.

Las cualidades que Rogers apunta como necesarias a un buen orientador no-directivo son:

Ser sensible a las relaciones humanas;

Tener una actitud objetiva;

Tener un profundo respeto por la integridad de la persona;

Tener una firme comprensión de sí mismo, de los modelos afectivos dominantes y de sus propias limitaciones y carencias;conocimiento profundo de la conducta humana y de sus condiciones físicas, sociales y psicológicas (1973, pág. 268-271).

Sin embargo, las tres actitudes básicas de la congruencia, de la comprensión empática y de la consideración positiva incondicional también deben hacer parte de la vivencia del orientador rogeriano, además de un elevado grado de maduración emocional y de comprensión de sí mismo (Kinget, 1977d, pág. 104).

El orientador debe saber que existe el nivel visceral de la experiencia: necesita escuchar los intercambios, las frases interrumpidas e incompletas, las pausas y los suspiros.


Cuando el cliente percibe un mínimo de autenticidad en el orientador y la aceptación y la empatía que éste siente por él, "es posible predecir desarrollo en la personalidad y cambio en la conducta" (Rogers, 1976, pág. 111).

Los orientadores deberían ser seleccionados entre personas afectuosas, espontáneas, auténticas, comprensivas y no juzgadoras, con empatía y amor por los demás. Pues, como afirma Rogers:

El crecimiento personal constructivo (del cliente) se asocia a la autenticidad del orientador, a su amor auténtico e incondicional por el cliente, a su comprensión sensible del mundo particular del cliente, a su capacidad de comunicar estas cualidades al cliente (Rogers, 1976, pág. 120).

f) Rogers orientador

Si Carmichael, en 1942, ya lo llamaba "orientador experto" (Rogers, 1973, pág. 7), ¿qué es lo que diría 36 años después?

Aunque últimamente estuvo trabajando más con grupos, , pasó gran parte de su vida en su gabinete, intentando comprender el mundo interior de las personas. Los relatos de las entrevistas de orientación ocupan muchas partes de sus libros.

Él dice en un artículo:

He sido principalmente orientador y psicoterapeuta. En el transcurrir de mi vida profesional, trabajé con universitarios perturbados, adultos con dificultades, individuos normales... y, más recientemente, sicóticos hospitalizados (Rogers, 1976, pág. 103).

Su experiencia de orientador se refleja en sus numerosos escritos. Una de las charlas más felices de Rogers, a nuestro parecer, es aquella reproducida en el capítulo XI de Libertad para Aprender: el ser en la relación. Él mismo dice que "contiene mucho de mí mismo".

Habla sobre el placer de escuchar y ser escuchado:

El primer sentimiento, lo más sencillo, que yo quiero, pues, compartir con ustedes, es el placer de realmente escuchar a alguien. Pienso que tal vez sea esa, de larga data, una de mis características. Me acuerdo que soy así, desde los primeros días de la escuela básica. Un niño hacía una pregunta al profesor y éste le daba una respuesta perfectamente correcta a una pregunta completamente diferente. Me producía siempre un sentimiento de pesar y de angustia. Mi reacción era: "pero usted no escuchó lo que él preguntó". Sentía una especie de desesperación infantil frente a aquella falta de comunicación que era (y es) tan común (Rogers, 1977b, pág. 212).

Rogers continúa:

Creo saber el porqué me satisface escuchar a alguien. Cuando realmente puedo escuchar a alguien, entro en contacto con él. Eso enriquece mi vida. Escuchando a los otros aprendí todo lo que sé sobre el individuo, la personalidad, la psicoterapia y las relación interpersonales. Existe ahí otro motivo peculiar de satisfacción: cuando escucho realmente a alguien, es como si escuchara música de las esferas más altas, pues, además del mensaje inmediato de la persona, sea cual sea, hay un universo, el general. Ocultas en todas las comunicaciones personales que realmente escucho, parecen existir leyes psicológicas regulares, aspectos del impresionante orden que encontramos en el universo como un todo. Existe, al mismo tiempo, el placer de escuchar a una persona en particular, y el sentirse en una especie de contacto con lo que es universalmente verdadero (1977b, pág. 212).

Este placer de escuchar no es para nada artificial:

Cuando me refiero al placer de escuchar a una persona, quiero decir, es obvio, escucharla con detenimiento. O sea, escucho las palabras, las ideas, los matices de los sentimientos, el significado personal, hasta incluso el significado que se encuentra subyacente a la intención consciente de quien habla. A veces, también, en un mensaje que parece no tener una importancia mayor, escucho un profundo clamor humano, una silenciosa súplica que yace oculto e inexplorado bajo la superficial apariencia de la persona (Rogers, 1977b. pág. 212-213).

Diserta también sobre el placer de ser escuchado y afirma que "fui más feliz que la mayoría de las personas, por encontrar... individuos (que)... me escuchaban sin juzgarme, diagnosticarme, apreciarme, evaluarme" (Rogers, 1977b, pág. 215).

Después de hablar sobre el deseo de la autenticidad, de desencadenar libertad a los otros, de dar y recibir amor, Rogers concluye su artículo con un testimonio de coraje:

Esos, en mi existencia, son algunos de los elementos que vuelven la comunicación entre personas, el estar en una relación con las personas, más enriquecedores y grandiosos. Estoy lejos de alcanzar esos elementos, pero el hecho de que me vea esforzándome por hacerlo, transforma la vida humana en una aventura ardiente, excitante, perturbadora, inquietante, enriquecedora y, sobre todo, digna de ser vivida (1977b, pág. 225).

Resultados de la orientación

Los resultados de la orientación centrada en el cliente son semejantes a los de la terapia.

En Psicoterapia y Consulta Psicológica, hace una larga investigación del caso de Herbert Bryan. Concluye que el paciente vino a buscar ayuda y al final se convirtió independiente de la ayuda del consejero, porque ganó confianza en su capacidad para orientar su propia vida (1973, pág. 277-431).

Durante el proceso, el cliente pasa por varios estados de conciencia y de sentimientos. Al final, debe ser capaz de vivir libremente y de aceptarse, pasar de la incongruencia a la congruencia y tener un sentido creciente de auto responsabilidad por sus problemas. "La persona se convierte en una unidad en movimiento" (Rogers, 1977a, pág. 138-139).

El resultado del proceso de orientación es que el cliente camine hacia la auto dirección, para una apertura a la experiencia, para una mayor aceptación de los otros, para una mayor confianza en sí mismo (Rogers, 1977a, pág. 150-154).

Rogers relata que estudios empíricos realizados con estudiantes y miembros de la comunidad de un lado, y esquizofrénicos hospitalizados de otro, mostraron que el consejero es un factor significativo en la orientación y que "los clientes en las relaciones marcadas por un alto nivel de congruencia, empatía y consideración positiva incondicional del orientador presentan cambio y desarrollo constructivos de personalidad" (1976, pág. 115).

El resultado más importante que Rogers sacó de su larga experiencia:

Cuando la persona se acepta tal como es, se vuelve mucho más libre para escuchar, comprender y acercarse a los otros. De la auto-aceptación mayor, emerge mayor comprensión y relación más íntima en lo que se refiere a los maridos, a los hijos, a los compañeros de trabajo y de estudio (1977a, pág. 104).

Como la orientación rogeriana no tiene como meta la simple sanación de un enfermo, sino propiciar al individuo un crecimiento para la maduración y para la autorrealización, el resultado final de todo el proceso de orientación debe ser el excelente funcionamiento de la personalidad, la vida plena.

Y eso no es para las personas inseguras o acomodadas:

Ese proceso implica la expansión y la maduración de todas las potencialidades de una persona. Implica el coraje de ser. Significa que se sumerge por completo en la corriente de la vida. Y, sin embargo, lo que hay de más profundamente apasionante con relación a los seres humanos es que, cuando el individuo se vuelve libre interiormente, elige esta "vida plena" como proceso de transformación (Rogers, 1977a, pág. 176).

TERCERA PARTE

COMPARACIÓN ENTRE DOS EDUCADORES

“LA VIDA DE DON BOSCO Y DE CARL ROGERS”

Don Bosco nació en una familia pobre y muy religiosa. Quedó huérfano de padre muy temprano. Se sintió muy amado por su madre y el cariño paternal de un sacerdote Don Calosso que le ayudó en esos años Y DEPUES DE ORDENADO DON Cafasso.

Rogers nació en una familia protestante, rigurosa y de situación económica razonable. La familia se creía muy unida, pero sin intimidad y sin la capacidad para la demostración sensible del amor existente entre sus varios miembros. Además por temperamento muy sensible, emotivo, tenaz, con gran rigor científico

Don Bosco, desde pequeño, tuvo claro el sentido de su misión. Él encontró siempre grandes dificultades para realizarla, pero persistió en sus planes y no sólo logró tener éxito en la concretización de su vocación como también dejó seguidores que persisten en su ideal de promoción total de la juventud.

Rogers fue teniendo clara su misión poco a poco, y también consiguió despertar discípulos que mantienen encendidas por el mundo muchas otras lámparas de creencia en la persona humana.

Don Bosco fue pionero, iniciando un contacto directo con los jóvenes marginados, reuniéndolos para enseñarles la FE divina y, con ella, el alfabeto, los rudimentos del estudio y de la civilidad y, para que, en la alegría y en la expansión de sus energías juveniles, tuvieran la ocasión de cambiar el rumbo de sus vidas. De a poco fue estructurando sus obras dentro de un esquema casi idéntico.

Don Bosco, sin embargo, jamás dejó de preocuparse con soluciones globales para el problema del menor abandonado y realizó investigaciones, por especial encargo del ministro Crispi, para la aplicación del sistema preventivo en las instituciones estatales de reeducación.

Rogers fue pionero también, pero sigue hasta hoy como un investigador en búsqueda de experiencias nuevas, sin preocuparse demasiado en estructurar su obra.

Don Bosco empezó su trabajo en las prisiones, donde los jóvenes estaban encarcelados. Después de Bartolomeu Garelli, reunía esos y otros jóvenes marginados en una sana recreación, luego de asistir a la fracción del Pan

Preocupado con la totalidad de la persona de los jóvenes, empezó a albergar a algunos que no tenían donde vivir, les conseguía buenos jefes, los visitaba en el trabajo, les enseñaba oficios que los habilitaban a enfrentar el competitivo mundo del trabajo. Hacía todo esto porque creía en su recuperación y promoción. En sus memorias, enumera muchas personas bien conceptuadas en la sociedad que habían sido divulgadas en sus obras.

Rogers también empezó como psicólogo trabajando con menores delincuentes o carentes. Con ellos mismos, tuvo seguramente los primeros "insights" sobre la capacidad de la persona. Luego se dedicó más a otro tipo de clientela y al magisterio.

Tanto Rogers como Don Bosco formularon teorías partiendo de la experiencia comprobada por años de actuación.

Ambos reconocen el valor fundamental en la formación de los jóvenes orientarlos a la DECISIÓN Amar.

EL CONCEPTO DE PERSONA HUMANA

Don Bosco y Rogers sufrieron varias influencias en la evolución de sus conceptos de persona humana.

Para Don Bosco, la familia fue positiva; para Rogers, fue negativa y él se desarrolló en una perspectiva contraria a la recibida y vivida en sus primeros años.

Don Bosco se situó entre las varias escuelas de la educación de su época. Entre las varias concepciones de persona, adoptó aquella que estaba más de acuerdo con sus conceptos filosóficos y teológicos, y con su experiencia práctica. Rechazó la idea optimista y materialista de Rousseau por el hecho de oponerse a la doctrina de la FE, de modo especial a lo que se refiere a la doctrina del pecado original. También fue en contra del pesimismo de los jansenistas porque no correspondía a lo que había previsto en el sueño que tuvo cuando tenía nueve años y lo que las primeras experiencias con los compañeros demostraron: con bondad y amor, los jóvenes considerados perdidos se podrían convertir en muchachos trabajadores, útiles a la sociedad y buenos cristianos.

Rogers, en el inicio de su trabajo, adoptó los métodos contradictorios de Freud y de Thorndike, percibiendo de inmediato que la posición teórica freudiana entraba en conflicto con la experimental de Thorndike, que más tarde evolucionó a la teoría del estímulo-respuesta (E-R) de Skinner. Los conflictos que enfrentó le posibilitaron partir en la búsqueda de nuevos caminos. Con los descubrimientos hechos durante el trabajo con numerosos clientes, formuló una nueva manera de ayudar al paciente en el proceso terapéutico. Desarrolló, así, el concepto optimista y positivo de persona humana. A pesar de las incomprensiones de muchos, de la rivalidad con los behavioristas, se apegó siempre a su concepción optimista de hombre.

Para Rogers, las personas tienen fundamentalmente una orientación positiva, constructiva, que tiende a la autorrealización, progresando hacia la maduración y para la socialización. El ser humano, cuando funciona libremente, es digno de confianza. La libertad, la tendencia a la actualización y a la autorrealización son inherente a la persona humana concebida por Rogers, que deberá ser un hombre nuevo.

Para Don Bosco, el hombre es el más perfecto de todos los seres visibles creados por Dios. Es compuesto de ESENCIA Y estructura. Con la muerte, sólo queda la ESENCIA que es el espíritu. La salvación del alma es lo más importante. El pecado aparta a la persona de Dios y compromete la salvación del alma. Por ser hijo de Dios, el hombre merece ser respetado y libre. Si Don Bosco aceptaba que la naturaleza humana tenía inclinación por la maldad, por el pecado original social, creía también que ella era pasible de perfección. El miedo del pecado entraba en conflicto con la creencia en la persona del joven, donde, según su experiencia, existe siempre un punto accesible al bien. Dios no hace basura. Veía al joven con realismo – limitado por el pecado original y por el ambiente donde se desarrolló, pero perfectamente capaz de caminar hacia su perfección cristiana por el estímulo ambiental, por la gracia de Dios y por su cooperación.

Hay una diferencia muy significativa entre las dos concepciones de Don Bosco y de Rogers en lo que se refiere a la persona humana. Rogers rechazó totalmente la creencia protestante desde la niñez, para quien el hombre es fundamentalmente pecador y que sólo por milagro de Dios puede ser anulada su naturaleza pecadora. Sin embargo, para Rogers, la naturaleza humana es capaz y digna de confianza, y las personas pueden tener actitudes y sentimientos destructivos por necesidad de defensa. Para Don Bosco, las actitudes antisociales demuestran la maldad que existe en el mundo, causado por el pecado original y por los pecados actuales que alcanzan a todos los hombres. Sin embargo, cree que estos hombres tienen siempre la posibilidad de recuperación y de crecimiento por la gracia de Dios, por la ayuda del ambiente y por la propia fuerza interior.

Trabajando Don Bosco con los jóvenes pobres, les ponía como ideal: "el hombre honesto, ciudadano y buen cristiano", "englobando las responsabilidades sociales y religiosas que debería seguir. Presentaba la perfección cristiana como la meta última de la persona en este mundo.”Sed perfectos como MI PADRE es PERFECTO.”

Rogers coloca en la "persona plena" el ideal del hombre. Es una vida en proceso, una dirección seguida por el organismo total de la persona. Es un proceso que implica la expansión y la maduración de todas las potencialidades de una persona. Él considera la autorrealización como la cúspide del proceso vital. Eso no sucede en Don Bosco, para quien la persona perfecta (santa)ES LA REALIZA TODOS LOS DIAS LA ARMONIA INTERIOR. Del latín “sancire”, que quiere decir aprobado en armonía. Que conlleva a la dimensión trascendental.

Ambos tienen en común una concepción de hombre en el porvenir, en proceso, inacabado, pero que puede lograr sus objetivos más elevados.

Faltaba a Don Bosco el instrumento científico de conocimiento de la personalidad elaborado por Freud y continuado por varios otros autores en las escuelas psicológicas diversas. Rogers tuvo la ocasión de aprovecharse de estas conquistas y, teniéndolas como punto de partida, desarrolló sus axiomas.

ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE LOS DOS METODOS

Don Bosco colocaba en la trilogía "razón, religión y amor" el principio básico de su método de educación, mientras que Rogers tenía la trilogía de AMAR Y SER AMADO DARLE EL SENTIDO, LA ETICA DE TODO.

SER ÚTIL Y QUE SEA RECONCIDO COM TAL

ENCONTRARLE EL SENTIDO ¿EL POR QUÉ Y EL PARA QUÉ de todo?. Positiva

No hay oposición entre los elementos, pues, incluso Don Bosco también exige la coherencia y la autenticidad del educador. Por lo menos una vez lo vemos recomendar que el educador se ponga en el lugar del alumno para ver si éste da el mismo valor a una actitud que el educador juzga merecedora de castigo.

La Bondad es el elemento común a los dos sistemas. La FE es en el fondo también los une a los dos. En Don Bosco, la Fe es medio y fin de la educación. Rogers, aunque se declare religioso, no consigue, desde su juventud, integrarse a una religión concreta por heridas no superadas..

EL AMAR COMO DECISIÓN Y NO SOLO COMO SENTIMIENTO

La B O N D A D de Juanito Bosco y la aceptación incondicional positiva de Rogers tienen puntos de convergencia y de divergencia.

Rogers propone una expresión incondicional del educador para con el joven La aceptación debe ser para la persona completa, sin evaluación ni juzgamiento, ni negación de afecto por una actitud del alumno. Don Bosco ya condicionaba esa expresión de los sentimientos a una conducta positiva por parte del alumno. Por palabra o por manifestaciones no orales (mirar, prestar atención, sonreír) demostraba que no estaba satisfecho con aquella conducta.

Para Don Bosco, el amor debería ser concreto y lleno de afecto, pero debería tener como base el espiritual sobrenatural y significaba el amor de Dios, que se expresaba a través del educador.

Rogers definió el amor como aceptación total o como sentimiento que impele a un ser humano hacia el otro, dejándolo libre para crecer o como el equivalente al término teológico ágape. Es la única vez en que vemos Rogers recurrir a la teología que estudió en su juventud.

Don Bosco y Rogers realmente se acercaron mucho en su concepto de la BONDAD.

En general se contraponen el término "eros" de Platón, "filia" de Aristóteles y "ágape" de los cristianos, pudiendo definirse el "eros" como el amor sexual, la "filia" como amor-amistad y el "ágape" como amor-donación, comunión. Buscamos en el Diccionario de Teología, impreso bajo la dirección de Heinrich Fries el significado del amor-ágape. Encontramos que el "ágape” se dirige inmediatamente al "tú" del propio ser amado" (Fries, v. I, 1970, pág. 66).

El "ágape" es "un amor totalmente personal, que deriva esencialmente de una libre opción y que sería imposible sin la libertad" (Fries, 1970, v. I, pág. 70). Este amor proviene del centro de la persona. Es sentimiento, voluntad y acción, por el sacrificio, por el servicio y por el perdón magnánimo. En la descripción de Fries respecto al "ágape", encontramos otros elementos:

El ágape no es egoísta, pero contiene una fuerza que libera y crea algo de nuevo, a punto de hacer dignos de nuestro amor los miserables, y hermanos, aunque nuestros enemigos. A pesar de su origen divino, el "ágape" está echo de bondad y de calor humano, ya que en Cristo se manifestó la "filantropía divina". En realidad, solamente el "ágape" permite encontrar al prójimo en la peculiaridad de su ser personal, en su verdadero tú... (1970, vol. 1, pág. 71).

El "ágape" crea comunidad en una profunda conexión de su ser y de su destino, sin destruir o limitar la libertad personal, pues el amor representa la realización del ser de la persona. "El ágape es, entonces, esencialmente, donación, y al mismo tiempo, realización en sí" (Fries, 1970, v. I, pág. 88).

Don Bosco ciertamente aceptaría ese concepto de amor-"ágape". Lo que no sabemos es si Rogers subscribiría estos conceptos cuando habla de amor como sinónimo del término teológico "ágape". Muchas de las ideas enunciadas caben perfectamente dentro del cuadro referencial teórico que le es peculiar.

Para Don Bosco y para Rogers, el AMAR debe ser no-posesivo, caluroso y demostrado, y debe llevar al crecimiento del otro.

Don Bosco sintió gran simpatía por los jóvenes, le gustaba vivir entre ellos y era correspondido en este amor. Rogers, igualmente, simpatiza con los jóvenes y dice haber siempre aprendido mucho con ellos.

LA LIBERTAD

La libertad, para Don Bosco, era consecuencia de la dignidad de la persona. Quería mucha libertad, principalmente en el recreo, pero no aceptaba lo que consideraba inmoral y usaba severidad con los infractores. La libertad tenía la finalidad de llevar al joven a alcanzar el objetivo de la vida: vivir como honesto ciudadano y buen cristiano para salvar el alma.

La libertad, en Rogers, es consecuencia del concepto de persona humana que él formuló - una persona constructiva, digna de confianza, volcada a la autorrealización. Para él, la persona humana es libre, a pesar de las apariencias contrarias y de las estructuras condicionadas y hasta opresivas.

El concepto de "libertad para", de la liberta finalizada, lleva a afirmar que la vida que causa satisfacción es aquella que tiene una finalidad unificada. La libertad finalizada nos parece un elemento común a Don Bosco y a Rogers, a pesar de existir también el factor religioso que aleja a uno del otro en lo que a ella se refiere.

LA EDUCACIÓN

Don Bosco definía la formación "como el arte de formar personas". El hombre, para él, significaba "el honesto ciudadano y el buen cristiano", el hombre comprometido constructivamente con la sociedad y con la Iglesia. Rogers quiere que la finalidad de la educación sea desarrollar individuos abiertos al cambio, por la rapidez con que evolucionan las personas y las instituciones en la época actual. La escuela, como institución democrática, debe ayudar a los alumnos a convertirse en individuos libres, responsables y autodirigidos.

Los dos fueron profesores: Don Bosco, de sus niños y jóvenes, y Rogers en las universidades y centros donde trabajó. Ambos valorizan todo el ambiente educativo, más que cualquier actividad especial. También consideran al profesor no como una persona "que enseña", sino como una persona que debe ser auténtica y preocuparse con toda la persona del joven y no sólo con su parte intelectual.

Rogers se opone vigorosamente a la educación actual, lo que Don Bosco no hacía, quizás, para no criticar a la Iglesia, que, en la época que él inició su trabajo en Turín, todavía tenía el monopolio de la educación en el Reino de Piemonte.

Don Bosco y Rogers enfatizan la importancia del clima afectivo para la creación de una buena relación entre educador y alumno. Para el santo, el educador debía ser un asistente, estar presente en la vida, en los juegos y en los gustos de los alumnos. Prefería el contacto directo, el lenguaje claro y personal y la identificación de cada elemento de la gran familia.

Rogers para quien el buen profesor debe ser una persona realmente existente, presente para sus alumnos - "es por el contacto que se educa".

Los dos educadores están en contra de las humillaciones. Ambos llaman la atención hacia el hecho de que tanto la frialdad y la actitud distante como la simpatía excesiva e involucrarse emocionalmente son elementos desfavorables para el educador y para el terapeuta u orientador.

Don Bosco propone el cultivo de la simpatía para con el joven, mientras que Rogers va más allá hablando de la necesidad de la empatía (comprensión empática) en el profesor. Ciertamente Don Bosco vivió esta empatía en la forma de tratar a los jóvenes.

Don Bosco desarrolló más la educación fuera de la clase, donde fue muy creativo con sus teatros. Pero no se interesó mucho por la innovación de los métodos didácticos.

Rogers, aunque hable de la educación del hombre en su integridad, revolucionó los métodos de enseñanza-aprendizaje.

Don Bosco incentivó la participación del estudiante, principalmente en las actividades extracurriculares. Lo que quería era que el educador gustara lo que a los jóvenes les gusta. Rogers propone una enseñanza en que el alumno es el centro, el sujeto y no su objeto pasivo.

Para Don Bosco, el profesor debe estimular el alumno a través del elogio, cuando éste practica una buena acción, y, cuando no se porta bien, basta restar la benevolencia o mirar de forma no amable al alumno. Sería el uso del refuerzo positivo y negativo. Para Rogers, es un orientador que debe poner los recursos técnicos, incluso él mismo como recurso, sin imponerse.

ORIENTACION

Don Bosco fue un consejero muy preocupado por sus jóvenes. Prefería la conversa informal del recreo, pero atendía también en el confesionario y en la oficina. Usaba el método directivo como todos los directores espirituales de su época. Recomendaba que se escuchara bastante al alumno. En el patio, preparaba el coloquio con los que eran tímidos y huían de él por algún motivo.

Rogers fue gran orientador y, a través de su experiencia, elaboró los principios de un método no-directivo en que no hay consejos, ni censuras, sino mucha autenticidad, comprensión y aceptación positiva. Él escribió una de sus más lindas frases al hablar del placer de escuchar y ser escuchado: "cuando escucho a alguien, es como si escuchara la música de las esferas más altas" (Rogers, 1977b, pág. 212).

CUARTA PARTA

CONCLUSIONES PRÁCTICAS

Luego de un estudio comparativo entre los dos destacados educadores, concluimos con lo que es de nuestro interés: ¿en qué aspecto las ideas de Rogers, un psicólogo actual, Y el aporte del sistema preventivo de S. J. Bosco pueden ayudarnos a las (CCEES)COMUNIDADES DE ENCUENTRO CRISTIANS EN EL ESPIRITU a la actualización DE LA NUEVA SICOLOGÍA DE LA BONDAD.

No sé si interesa a Rogers y al sistema PREVENTIVO DE S.J.BOSCO sus seguidores la alternativa Y la hermosa experiencia de la familia de ENCUENTROS?

Rogers y Juanito Bosco nos convencen de la actualidad del concepto de FORMACIÓN como la indispensable de la presencia activa del FORMADOR en la vida del JOVEN. La asistencia debe ser una presencia menos proteccionista( para evitar ,Ya, los “SÍDROMES PATERNO Y MATERNO) y evaluadora, y más comprensiva y llena de aceptación del JOVEN CON SU MISMIDAD. El ambiente también no puede ser muy cerrado, visando a inmunizar al joven de los peligros externos, sino abierto a su comunidad, donde el joven pueda estar en contacto con la realidad.

El amor individualizado, y demostrado en un clima afectivo, permanece como un valor esencial de la EXPERIENCIA. No puede estar tan condicionado a las actitudes que el educador considera buenas, como la disciplina EN CLAVE AFECTIVA, el trabajo, la alegría, el estudio y la FE.

La preocupación de Don Bosco Y K.ROGERS ES INDISPENSABLE la creación de un ambiente favorable al desarrollo y a la expansión del joven en toda su situación formación, sobre todo en momentos informales de encuentros y en los recreos, sigue teniendo mucha validez hoy EN CADA UNO “ENCUENTROS” son para romper los hielos y el cansancio.

Rogers, por otro lado, ME alerto hacia la necesidad de reformar nuestros métodos de testimonios y aprendizaje. Si no podemos transformar toda la experiencia en aprendizaje centrado en el joven, tenemos los compatires generales que crean "espacios de libertad" y tiempos de creatividad y convertir al joven en centro-sujeto de la propia aventura de ser PERONA EN CONSTRUCCIÓN. Aquí los jóvenes tienen capacidad para evaluarse a sí mismos y a las actividades del FDS, de los COORDINADORES y de los ASESORES. ¿Cuáles fueron los buenos y malos momentos de hoy Y que sentimientos me brotan aquí y ahora en mi corazón. Para la crisis de la dirección espiritual, Rogers tal vez nos da algunas pistas de reflexión: es necesario saber escuchar, sobre todo si es mujer, con mayor razón y sin interrumpirla. Somos totalmente distintos, ellas solo necesitan se escuchadas, no soluciones.

Comprender y creer en las posibilidades del orientado. Más que consejos y sanciones, el joven necesita un amigo que lo aceptes sin juzgarlo, que lo comprendas empáticamente, que creas en él y que tengas con él una relación auténtica, de cara a cara de sentimientos, en F M sin barreras, sin fachadas y sin temores.

Sin dejarlo botado por que vuelve a caer. En vez de una dictadura, se podría denominar de orientación espiritual, indicando en este último término que la orientación ocurría más en el grupo o en la comunidad que en un compartir particular.

Los grupos de encuentro NOS indicaron una nueva manera de trabajo en la ciudad, en que los grupos de base (dirección, profesores, alumnos y padres)Y SOBRE TODOS LOS MOVIMIENTOS TAN QUERIDOS POR EL PAPA Juan Pablo II; Ellos se reúnen no sólo para revisar y planear, sino para conocerse y tener una relación interpersonal más auténtica y más afectiva.

Los jóvenes de hoy piden una relación auténtica, quieren una libertad de o mismo contra algo definido o indefinido, y nosotros, educadores, debemos mostrarles la libertad para, finalizada, con un sentido que lleva a la autorrealización de la persona.

Además de la simpatía para con los jóvenes, necesitamos cultivar la empatía, la comprensión empática - debemos ponernos dentro de un cuadro interno de referencia del joven.

La BONDAD empática favorecería mucha la aceptación mutua entre educadores y estudiantes, entre orientadores y orientados. El joven es muy sensible a la aceptación y a la comprensión lo hacen feliz: un simple gesto o movimiento facial de espanto o desaprobación puede ocasionar un cierre y un posterior alejamiento.

La comprensión debe extenderse también a los conflictos que los jóvenes enfrentan en el área afectiva y sexual. La dramatización de estas situaciones sólo fijan y amplían los problemas en estas áreas. La educación para la maduración debe dar importancia a la orientación sexual trascendente y afectiva, en un clima de apertura y de tranquilidad.

Con Rogers compartimos un ideal de persona que se deseamos formar en la formación en armonía interior, de vida donde la Esencia de cada persona es la brújula autónomo, que lo hace creativo, consciente y no-autómata, no pasivo y no dependiente.

Con S.J.BOSCO reconocemos que la FE es el motor de cambio.

QUE la BONDAD no se da sin ella. Son una para la otra.

La Bondad para la Fe Y esta para la Bondad.

En, el mundo de la técnica, de la organización y del trabajo racionalizado, no podemos prescindir del método científico.

Agradecemos el respeto, el afecto de ambos a la expresión de los sentimientos que brotan del AMAR al estilo de JESÚS”;MI ALMA ESTA TRISTE HASTA LA MUERTE”Y que esta dentro de todos. Ellos nos defienden de los que atentan contra nosotros, son mi escudo, la llave maestra que abre los corazones de piedra.

Llego a la conclusión del presente trabajo con la convicción de que LA NUEVA SICOLOGÍA (EN EL SENTIDO AMPLIO DE LA PALABRA) de Don Bosco, en sus elementos esenciales, es actual, principalmente porque se basa en un valor universal y perenne: LA B O N D A D.

- A MIS QUERIDOS HIJOS Y HERMANOS QUE CREEN EN LA BONDAD.

- QUE IRRADIA SENTIMIENTOS, QUE SON NUESTRO ESCUDO

- Y EL MEJOR REGALO PARA NUESTRO HERMANO MAYOR, JESÚS...,

- PARA LA GLORIA DEL PADRE DE TODOS, QUE NO DISCRINA A NADIE

- EN EL ESPÍRITU DE LA BONDA DIVINA. TQM. JOSÉ FORBES FIGUEROA sdb

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